Según un artículo publicado ayer por el diario El País, de España, Latinoamérica vio cómo la pandemia del coronavirus avanzaba en todo el mundo. Aquello le dio cierta ventaja: ver la forma en que la enfermedad evolucionaba y el comportamiento ante la misma en Europa, Asia y Estados Unidos. Sin embargo, la experiencia de los demás países no le dio la oportunidad de prepararse de manera eficiente.
Esto ha provocado, según El País, que la mayoría de los países de la región, en especial los gigantes Brasil y México “se movilizan contra reloj para intentar comprar respiradores o material de protección para los sanitarios, cuyas denuncias comienzan a multiplicarse y evidencian las carencias de unos sistemas de salud ya de por sí frágiles. La alta demanda a la que se enfrentan todos los países y la escasez de recursos económicos, en algunos casos, ponen en entredicho la capacidad de respuesta al pico de la pandemia, que se prevé en las próximas semanas”.
El gobierno de Brasil anunció la fabricación y compra de 6.500 respiradores a un consorcio de fabricantes nacionales, pero la entrega se demorará semanas o meses. “Esta semana solo la mitad de sus millones de habitantes se mantuvo confinada frente al 60% de semanas previas, lo que aún queda lejos del 70% que los especialistas sanitarios consideran necesario para que los casos no se disparen y colapsen los hospitales. Aunque las cifras de fallecimientos y de nuevos casos son cada día mayores –941 fallecidos y 17.857 contagios hasta el jueves en todo el país– las medidas de aislamiento social no terminan de cuajar”, publica el diario español.
En la segunda economía de la región, México, el panorama no es mejor. Para algunos, el presidente Andrés Manuel López Obrador ha tratado de transmitir tranquilidad, para otros minimizó el impacto de la pandemia. “El Gobierno, hasta esta semana, ha evitado aplicar medidas de confinamiento estrictas a la población para tratar de mitigar los daños económicos. Sobre el papel, ha avanzado en la paralización de la actividad económica del país; en la práctica, no está resultando sencillo contener en su casa a millones de personas: más de la mitad del país vive al día”.
“En el Cono Sur, Ecuador se ha convertido en el epicentro de la crisis en América Latina, en la medida en que el Estado ha quedado desbordado ante la incapacidad de retirar cadáveres de los domicilios, especialmente en la ciudad de Guayaquil. El colapso que ha sufrido el país sudamericano es el mayor miedo de toda la región”, menciona el medio.
Argentina, uno de los países que más rápido adoptó medidas drásticas –este fin de semana cumple 20 días de confinamiento obligatorio, con fronteras cerradas y la actividad económica en hibernación–, confía en que la cuarentena y el fortalecimiento de la estructura sanitaria ayuden a mitigar el golpe.