Luego de declararse el bote en Wuhan, el COVID-19 se exten­dió hacia Europa, donde hizo estragos sobre todo en Italia y España. Sin embargo, ahora los efectos de la pandemia se cen­tran en los Estados Unidos, que ya tiene el récord de contagia­dos, con más de 325.000 casos, más que el doble en cualquier otro país.

Los preparativos son inten­sos, sobre todo en Nueva York, ciudad en la que se produce mayor cantidad de muertos en el mundo. Un panorama semejante no se había vivido antes y solo es comparable con la Segunda Guerra Mundial o el ataque a las torres geme­las. Los norteamericanos están conscientes de que esta semana tendrán que enfren­tar el comienzo de la oleada de muertos en los hospita­les “como el de Pearl Harbor o el del 11-S”, opinó el direc­tor general de salud pública, Jerome Adams.

A diferencia del ataque a Pearl Harbor aquella mañana del 7 de diciembre de 1941, cuando las bombas llegaron desde Asia, esta vez Estados Unidos dependen en gran medida de la ayuda asiática para enfren­tar al enemigo invisible. Los que hasta hace pocas sema­nas eran los enemigos en una guerra comercial, los chinos, ahora envían logística.

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Según la AFP, los políticos esta­dounidenses han expresado su furia por el manejo de la crisis del coronavirus de Pekín, pero se enfrentan a una dura realidad: Estados Unidos nece­sita desesperadamente de los suministros de China. Antes de la crisis, el gigante asiático pro­ducía casi la mitad de las mas­carillas importadas a Estados Unidos, que en tiempos nor­males cuestan menos de un dólar, pero ahora escasean en momentos en que se ha pedido a los estadounidenses usarlas cuando estén afuera.

­NUEVA YORK, EPICENTRO DEL VIRUS

Nueva York, Estados Unidos, AFP.

El estado de Nueva York registró 594 nuevas muertes en 24 horas, que elevaron la cifra total a 4.159 víctimas en ese territorio, informó ayer el gobernador Andrew Cuomo. El número resultó inferior a los 630 registrados la víspera, pero “aún es demasiado pronto” para sacar conclusiones, agregó.

Las cifras de nuevas hospitalizaciones y de personas intubadas también descendie­ron levemente, pero se necesitarán “dos o tres días” para ver dibujarse una tendencia, insistió Cuomo. Estamos “muy cerca del pico” de contagios o puede que “ese pico sea una meseta y que estamos en ella”, añadió el político, cuyo estado concentra más del tercio de los 325.000 casos de COVID-19 en el país y cerca de la mitad de las 8.503 personas que murieron por la enfermedad.

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