La Paz, Bolivia. AFP.
Bolivia repatrió ayer a 480 ciudadanos que estuvieron varados durante casi una semana en Chile y los instaló en un campamento en la zona fronteriza de Pisiga, donde cumplirán cuarentena supervisada por organismos internacionales y vigilada por el Ejército.
“Hicimos un gran cambio. Se ha decidido que venga el 100% de las personas y no solo 300 (como se anunció inicialmente). Tenemos que tener una barrera de salud en Pisiga, 14 días de cuarentena, y (luego) se van tranquilos a sus lugares de origen”, declaró a la prensa el ministro de Defensa, Luis Fernando López.
Los bolivianos repatriados llegaron en buses a la frontera, donde hicieron trámites de migración y pasaron por controles de bioseguridad, después de que sus equipajes fueran desinfectados.
El ministro detalló que el campamento “Tata” Santiago, instalado en esa localidad fronteriza, es de “primer nivel”, pues consta con carpas térmicas, cocinas, servicios sanitarios, consultorio de salud y laboratorios para hacer pruebas del coronavirus. A última hora del viernes se cambió la ubicación del campamento para protegerlo mejor de los fuertes vientos que corren en esta zona altiplánica andina, a 3.700 metros de altitud, y que provocan el descenso de la temperatura a niveles bajo cero.