Mientras que el presi­dente de Brasil, Jair Bolsonaro, conti­núa con su posición de res­tarle importancia a la pan­demia, el COVID-19 se cierne sobre más de 180 países y ya se ha cobrado casi 21.000 víc­timas fatales y 460.000 con­tagiados. Las estrategias del mandatario crean estupor no solo en la población, sino que también en políticos y hasta en la mafia organizada.

Bolsonaro se opone vehe­mentemente a las cuaren­tenas impuestas por varios estados brasileños para fre­nar la propagación del coro­navirus, no solo provocó crí­ticas de los más encumbrados políticos, sino que también cacerolazos populares.

En su “irresponsabilidad”, el presidente llegó a compa­rar la estrategia de Japón, un país de primer mundo, y preguntó por qué Brasil no podría hacer lo mismo. Más de 20 asociaciones brasile­ñas de profesionales de salud emitieron un comunicado en el que calificaron de “intole­rable e irresponsable” la acti­tud y adelantaron sus pala­bras como las de un “discurso de muerte, incoherente y cri­minal”.

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Su discrepancia con las reco­mendaciones de la OMS es evi­dente y tildó como política de “tierra arrasada” a las medi­das aplicadas por los estados de San Pablo y Río de Janeiro.

El propio presidente del Senado, David Alcolum­bre, calificó de “grave” la conducta de Bolsonaro y en un comunicado expresó: “Nuestro país necesita un liderazgo serio, responsa­ble y comprometido con la vida y la salud de la pobla­ción”.

Tuits del mandatario dando sus “recetas” para superar la crisis del coronavirus.FOTO:CAPTURA DE PANTALLA

DESDE EL NORTE

Para Bolsonaro, la estrate­gia de Donald Trump es la correcta e instó a sus com­patriotas a reanudar su vida normal para proteger la eco­nomía, sin tener en cuenta el rápido incremento en el número de casos de corona­virus.

“Nuestra vida debe continuar. Se deben mantener los traba­jos, se debe preservar el sus­tento de las familias”, expresó en un discurso televisado a nivel nacional. “Debemos vol­ver a la normalidad”, agregó, lo que le valió la reprobación popular, que está atenta de lo que sucede en Italia, España, Estados Unidos y China, los países con mayor cantidad de infectados y fallecidos.

Bolsonaro, cuyo sistema de salud pública no cuenta con fondos suficientes ni está equipado de la forma ade­cuada, cree en la premisa de Trump, quien presiona para reabrir la economía local antes de Semana Santa.

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