Más de 300 millones de menores en todo el mundo se han visto privados del comedor escolar por la pandemia del coronavirus, en particular en África donde, a menudo, la escuela ofrece la única comida del día, alertó ayer viernes la ONU.
Según el Programa Mundial de Alimentos (PMA), una agencia de la ONU, más de 860 millones de menores, entre ellos unos 320 millones de escolares, están afectados por el cierre de centros en los países donde ha llegado la pandemia del COVID-19.
El PMA estima que en torno a la mitad de los 18 millones de menores a los que se les garantizaba un almuerzo cada día ya han dejado de tenerlo.
“Se puede enseñar a distancia pero no alimentar a distancia, hay que encontrar soluciones”, dice a la AFP Carmen Burbano, responsable de alimentación escolar en el PMA.
Los gobiernos de los países ricos como Estados Unidos, Canadá, Reino Unido o Francia establecen mecanismos particulares para garantizar que los alumnos más pobres puedan comer.Pero para los pequeños que viven en países con mucha pobreza, con conflictos armados y con unos sistemas sanitarios precarios o inexistentes, la situación es mucho más difícil.