Cuando los brasileños aún no digerían la actitud irresponsable del presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, asumida el domingo cuando se reunió con decenas de partidarios y hasta se tomó selfies sin tener en cuenta la confirmación de que varios miembros que lo acompañaron a EEUU estaban infectados con coronavirus, el anuncio de que celebrará su cumpleaños durante dos días seguidos cayó como un balde de agua fría.
Bolsonaro, a quien la prueba de COVID-19 resultó negativa el mismo día en que en Brasil se producía la primera muerte por coronavirus, tildó de histeria la pandemia y avisó que los días 21 y 22 de marzo celebraría su cumpleaños número 65 y el de su esposa. También criticó a los gobernadores que implementan medidas de emergencia, puesto que, según afirmó, esta acción perjudicaría a los trabajadores no registrados.
“La economía estaba yendo bien, hicimos algunas reformas, los números demostraban bien las tasas de interés bien abajo, la confianza en Brasil, el tema del riesgo Brasil también, entonces estaba yendo bien. Ese virus trajo una cierta histeria y algunos gobernadores, a mi entender, yo puedo estar equivocado, están tomando medidas que van a perjudicar mucho a nuestra economía”, dijo el mandatario a radio Tupí, de Río de Janeiro.
ESTADO DE EMERGENCIA
El estado de Río y la ciudad de San Pablo, donde se produjo la primera muerte, decretaron el estado de emergencia para contener la propagación del COVID-19, restringiendo los servicios comerciales y el uso de los transportes públicos.
Entre las medidas, figuran el cierre durante 15 días de lugares turísticos emblemáticos de Río, como el Pan de Azúcar o el Cristo Redentor del Corcovado. En las estaciones de metro, la alcaldía realizó un operativo de limpieza.
En San Pablo, la mayor ciudad de América Latina, el alcalde Bruno Covas autorizó la compra sin licitación de suministros vinculados al combate contra la enfermedad.
Con más de 200 millones de habitantes, Brasil registra casi 300 casos confirmados del nuevo coronavirus (la gran mayoría en los estados de San Pablo y Río), y las autoridades prevén una intensificación de la pandemia en las próximas semanas.