La renuncia del príncipe Enrique y su esposa Meghan a sus funciones reales sacude el jueves al Reino Unido, incluida una monarquía “herida” por una decisión, tildada de hipócrita por algunos, que aparentemente tomó por sorpresa incluso a la reina Isabel.
“No se lo dijeron ni a la reina”, fustigaba en portada y a plena página el diario Daily Mirror junto a una imagen de los duques de Sussex bajando sonrientes unas escaleras. “El palacio solo descubrió que Enrique y Meg renunciaban cuando la pareja publicó su comunicado”, afirmaba.
El malestar se hizo evidente poco después de que Enrique, hijo menor del príncipe Carlos y Meghan, actriz californiana que tuvo que renunciar a su profesión al entrar en la familia real, hicieran el jueves su chocante anuncio.
“Tenemos la intención de retirarnos como miembros de primer rango de la familia real y trabajar para adquirir independencia financiera”, lanzaron en un “mensaje personal”. Después precisaron en su página web cómo pretenden romper su relación oficial con la prensa.
Pese a que Enrique, 35 años, y Meghan, 38, llevaban tiempo mostrando su incomodidad con la presión mediática y las limitaciones propias de la familia real, el anuncio pilló al país por sorpresa.