Un policía comparecía el jueves ante la justicia francesa por haber arrojado un adoquín contra “chalecos amarillos”, el primer juicio contra un agente tras numerosas denuncias de violencias policiales en las protestas antigobierno que sacuden Francia desde hace un año.
La audiencia se celebra unos días después del primer aniversario de este movimiento popular, que el sábado pasado volvió a movilizar a miles de manifestantes en toda Francia en una jornada que se saldó con fuertes disturbios y choques con la policía, sobre todo en París.
Los “chalecos amarillos” acusan a la policía de utilizar tácticas brutales para reprimir el movimiento, en particular el uso de balas de goma que, según un recopilatorio realizado por el periodista independiente David Dufresne, han costado la pérdida de un ojo a al menos 24 personas.
Desde la primera manifestación de los “chalecos amarillos” la Inspección General de la Policía francesa (IGPN) ha recibido 313 denuncias de violencia policial, de las cuales dos tercios están siendo examinadas por fiscales que deben determinar si existen pruebas suficientes para presentar cargos.
El oficial de 44 años, llegó al tribunal de París con el rostro disimulado bajo una capucha.