La Paz, Bolivia. AFP.
La autodenominada “presidenta interina” de Bolivia, Jeanine Áñez, se encuentra este martes bajo fuego cruzado, en momentos en que la oposición fiel al ex mandatario Evo Morales demanda su renuncia y sus propios aliados le exigen convocar a elecciones generales en la brevedad posible.
En este marco conflictivo y de múltiples presiones, la Iglesia católica mantiene un espacio de diálogo con oficialistas y opositores para acordar la elección de autoridades electorales y la convocatoria a nuevos comicios, luego de que denuncias de fraude en las presidenciales del 20 de octubre desencadenaran la actual crisis. Cocaleros seguidores de Morales, quien renunció y está asilado en México desde hace una semana, se enfrentaron el lunes con militares y policías en la región de Cochabamba (centro), en su afán por continuar su ruta a La Paz, sede del Poder Ejecutivo, para buscar la dimisión de la mandataria interina. Los incidentes se registraron en las afueras de la ciudad de Cochabamba (400 km este de La Paz), después de otros violentos choques en el poblado cercano de Sacaba, que dejaron el viernes pasado nueve labriegos muertos. Las muertes en represiones policiales y militares ya suman una veintena bajo el “gobierno interino” de Áñez.
El lunes, enfurecidos por la muerte de sus compañeros, los seguidores de Morales intentaron entrar a la ciudad por la fuerza, pero fueron dispersados con bombas lacrimógenas y vehículos blindados, mientras la multitud respondía con piedras. “Vamos a seguir intentando llegar (a Cochabamba) hasta que lo logremos.