Santiago, Chile | AFP

Un mes de protestas multitudinarias pacíficas, en tono de fiesta, deportivas, artísticas, fúnebres y muchas con finales de una destrucción jamás vista en la joven democracia chilena. Cinco hitos de una rebelión popular que dio vuelta la realidad de uno de los países más estables de América Latina.

METRO

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La semana que antecedió al 18 de octubre, jóvenes estudiantes secundarios se convocaron a través de redes sociales para evadir los torniquetes en diversas estaciones del metro como protesta a un aumento de 0,030 centavos de dólar en tarifa del transporte público más usado.

GUERRA

El primer fin de semana de estallido –con saqueos e incendios muy violentos en 70 estaciones del metro y de un céntrico edificio de la empresa de energía italiana Enel, además de supermercados, sobre todo en zonas pobres o de clase trabajadora–, el presidente Sebastián Piñera atribuyó crisis a problema de “desorden público” y más tarde dijo que el país enfrentaba “una guerra”.

MARCHA

Más de 1 millón de personas se concentraron en la “marcha más grande Chile”, que en su mayoría reunió a personas de clase media, media alta y trabajadora, quienes reclamaron por el derecho a la educación y salud pública, y una corrección al sistema de pensiones privadas, que a la mayoría de los jubilados les paga menos del salario mínimo, de 418 dólares.

PROTESTAS

Las protestas siguieron sin pausa, convocadas en redes sociales, logrando juntar casi 100.000 personas incluso en la última semana, a casi 30 días del estallido social. Llegaron en bicicleta a la casa de Piñera y recorrieron varias veces el palacio presidencial.

ACUERDO

Senadores, diputados y presidentes de distintas colectividades, de izquierda a derecha, menos el Partido Comunista, llegaron a un acuerdo histórico para convocar a un plebiscito en con el fin de que la ciudadanía escoja de 2 opciones que permitirán cambiar la Constitución.

TENSIÓN IMPACTÓ EN LA ECONOMÍA

La convulsión impactó en la economía, ese modelo ejemplar en cifras macroeconómicas que ha logrado dar el mayor ingreso per cápita de la región (unos 23.000 dólares anuales).

El peso llegó a mínimos históricos y la bolsa acumuló una pérdida por encima del 13%, aunque ambos se recuperaron tras el acuerdo político del viernes.Chile también perdió el primer lugar en el índice de riesgo país –clave a ojos de los inversionistas extranjeros– y lo cedió a Panamá. “La calle obliga a la clase política chilena de manera transversal a hacer lo que no quiso hacer en 30 años y hacerlo en horas”, sostiene a la AFP Marcelo Mella, académico de la Universidad de Santiago (USACH). “Chile salió del closet”, dicen algunos muros en el sector financiero de Santiago.

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