Bagdad, Irak. AFP.

Irak volvió a vivir una jornada sangrienta de protestas el viernes, con miles de manifestantes en las principales ciudades del país reclamando reformas económicas y el fin de la corrupción, un movimiento cuya represión ha causado 44 muertos en cuatro días.

Los enfrentamientos entre las fuerzas antidisturbios y los manifestantes se intensificaron y la principal autoridad chiita del país tomó partido por los participantes en las marchas.

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La policía acusó a grupos de “francotiradores no identificados” de disparar en las protestas en la capital. Dos civiles y dos miembros de las fuerzas de seguridad murieron a causa de esos disparos, según el comunicado oficial.

Pese al bloqueo de internet, los iraquíes volvieron el viernes a echarse a la calle, especialmente en Bagdad, en la plaza Tahrir.

En un barrio residencial cercano a la plaza Tahrir, la mayoría de los comercios y de las gasolineras cerraron. Los clientes se abalanzaban sobre los pocos abiertos, cuyos precios se triplicaron debido al cierre de las carreteras que van a Bagdad.

Al caer la noche, los tiroteos eran incesantes, comprobaron los periodistas de la AFP. Varias personas cayeron heridas de bala, sobre todo en el vientre y la cabeza.

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