Islamabad, Pakistán. AFP.
Brigadas de socorristas y soldados buscan el miércoles posibles sobrevivientes del sismo en Pakistán que causó 38 muertos y centenares de heridos, además de importantes daños materiales. Al menos 37 personas murieron, según dos responsables de la región du Cachemira paquistaní. La Autoridad nacional de gestión de desastres (NDMA) también registró en un comunicado una muerte en la provincia vecina de Punjab.
Por su parte, la ministra de Información, Firdous Ashiq Awan, informó que 500 personas habían resultado heridas y que se pagarían indemnizaciones a los supervivientes. El anterior balance dado a conocer por la Autoridad Nacional de Gestión de Desastres era de 25 muertos y 350 heridos, 80 de gravedad. Durante la noche cayeron fuertes lluvias, lo que dificultó la circulación del material de rescate a través de carreteras embarradas y complicó aún más la situación de los habitantes.
Las precipitaciones podrían continuar en los próximos días. Cientos de personas se reunieron el miércoles para un funeral cerca de Mirpur, la gran ciudad de la Cachemira pakistaní, donde las escuelas permanecían cerradas. “Fue como el Día del Juicio Final para nosotros”, cuenta Muhamad Azam a la AFP durante el funeral. “Nuestros seres queridos nunca regresarán”.
El sismo, que se produjo a 10 km de profundidad, abrió grietas del tamaño de un auto en las carreteras. El epicentro fue a 22,3 kilómetros al norte de la ciudad de Jelum, a lo largo de la frontera entre la provincia de Punyab y la Cachemira paquistaní, según el Instituto de Estudios Geológicos de Estados Unidos (USGS).
“LO PEOR”
“Se sintió en la mayor parte de la provincia de Punyab y en partes de Jíber Pajtunjwa”, en el noroeste de Pakistán, declaró a la AFP el meteorólogo paquistaní Muhamad Riaz. “Lo peor ocurrió en Mirpur”, añadió. El primer ministro de la Cachemira paquistaní, Raja Farooq Haider Khan, informó a la AFP que cientos de heridos estaban siendo atendidos en un hospital de Mirpur.
La Cachemira controlada por Pakistán ya sufrió un terremoto de magnitud 7,6 el 8 de octubre de 2005, que causó la muerte de más de 73.000 personas y dejó sin hogar a unos 3,5 millones. Las infraestructuras de la región –carreteras, torres telefónicas y postes eléctricos– sufrieron cuantiosos destrozos.