Río de Janeiro, Brasil.

La niña Agatha Sales Felix, de 8 años de edad, falleció por la madrugada en un hospital después de recibir el impacto de una bala perdida en la espalda durante una operación policial la noche del viernes, mientras estaba con su madre en un transporte público en el Complejo de Alemão, que reúne varias favelas en el norte de Río.

En medio de gritos de dolor y rabia de familiares fue enterrada el pasado domingo una niña de 8 años, víctima de “gatillo fácil” de la Policía Militar (PM) en una favela de Río de Janeiro. “Policía asesina” le gritaron a uniformados en el lugar unas cincuenta personas que acompañaron el entierro, donde llegaron después de protestar en el Complejo de Alemão.

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Diversas organizaciones sociales y comunidades de las favelas en Río de Janeiro denunciaron que el asesinato de la niña Agatha Felix corresponde a las políticas violentas impulsadas por el presidente de Brasil, Jair Bolsonaro.

La menor fue alcanzada por una bala proveniente de un arma automática de la policía de la seguridad pública de Río Janeiro, cuyo gobernador, Wilson Witzel, cercano al presidente brasileño, ha sido cuestionado por los controvertidos operativos.

La Red de Derechos Humanos, Reducción de Homicidios y Alivio de la Pobreza expresó que entre el 2007 y el 2019, 57 niños y niñas fueron asesinados por balas perdidas en Río de Janeiro.

“Todo este derramamiento de sangre que sufren los niños pobres no ha cambiado las políticas de seguridad pública, que insisten en el capitán del modelo de Bush”, indica en su informe la Red.


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