Salar de Uyuni, Bolivia. AFP.

A 3.663 metros de altura en el Salar de Uyuni, el mayor desierto de sal del mundo, el trasiego de camiones entre piscinas donde se evaporan las sales para extraer litio no cesa. Bolivia se prepara para dar el salto a la producción industrial de este metal clave en la industria electromotriz que lidera China.

El país altiplánico, que cuenta con los mayores recursos del mundo, se suma de forma activa al llamado “Triángulo del litio” junto con Chile y Argentina, dos de los mayores productores actuales de este “oro blanco”, junto con Australia y China. Utilizado sobre todo en la fabricación de baterías recargables de ion litio para vehículos eléctricos y dispositivos electrónicos, el carbonato de litio, un polvo blanco fino como harina de repostería, también se usa para fabricar cerámica, vidrio y hasta medicinas.

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Cuando la actual planta piloto de Llipi –resguardada por el ejército boliviano– pase a la producción industrial a finales del 2020, tendrá “una capacidad de producción de 15.000 toneladas” de carbonato de litio, dice a la AFP el jefe de implementación del proyecto, Marco Antonio Condoretty. Yacimientos de Litio Bolivianos (YLB), la empresa estatal creada en el 2008 por el gobierno del presidente Evo Morales para explotar los recursos evaporíticos de los salares, espera convertir a Bolivia en el cuarto productor mundial de litio y el segundo de Sudamérica para el 2021.

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