COMENTARIO

Por Ricardo Rivas, corresponsal en Argentina

“No habrá cambios en el Gabinete porque no entiendo hacerlo por cuestiones simbólicas”, respondió el presidente Mauricio Macri en el transcurso de una rueda de prensa que protagonizó en la Casa Rosada, luego de haber mantenido reuniones con sus colaboradores desde que se conociera, en la noche del pasado domingo, que fue derrotado en las elecciones Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias (PASO).

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Macri, junto con su compañero de fórmula, el senador Miguel Pichetto, luego de que este enfatizara que “no hay un gobierno de transición”, pese a la derrota recibida, aseguró estar en su cargo “para ayudar” a los argentinos a no volver al pasado y “para eso vine”.

Macri-Pichetto, superados por más de 17 puntos porcentuales por el binomio del frente con Todos integrado por Alberto Fernández y Cristina Fernández, responsabilizaron a sus adversarios por el fuerte impacto negativo que el resultado de los comicios tuvo en los indicadores económicos, financieros, cambiarios y bursátiles locales porque “el kirchnerismo no despierta confianza en el mundo”.

“Hoy, estamos más pobres que antes de las PASO”, enfatizó Macri, quien en tono de campaña electoral sostuvo también que “vamos a revertir esta mala elección para que el cambio [que iniciamos] continúe”.

Visiblemente incómodo, el mandatario admitió que “hay un voto bronca que se expresó en las urnas porque la situación económica es muy dura”, pero, pese a ello, exhortó a “no” volver al pasado porque “hay que entender lo sucedido y entender lo que ha pasado” desde que dejaron de gobernar en diciembre del 2015 porque “el mundo cambió” y “la reacción de hoy en los mercados es una muestra de lo que puede pasar”, el venidero 27 de octubre cuando se realicen las elecciones presidenciales para elegir quién lo sucederá a partir del 10 de diciembre.

“Tenemos mucho para recorrer. Toda elección es un mensaje y lo entendemos. Estamos acá para seguir trabajando convencidos de que tenemos mucho para debatir y hacer. La elección en octubre va a ser una buena oportunidad de mostrar que el cambio continúa. Vamos a hacer una buena elección para ir a la segunda vuelta”, dijo con convicción.

Mientras, en el mercado de cambios, el dólar se ubicó en los $57,30 por unidad, lo que importa un incremento del 20% respecto del viernes de la semana pasada aunque, para que alcanzara ese precio luego de haber tocado los $62, el Banco Central (BCRA) –para contener el valor de esa divisa– colocó poco menos de 105 millones de dólares. Por su parte, el índice MERVAL (Mercado de Valores) de la bolsa local caía en promedio más allá del 36% con algunos papeles que se derrumbaron en un 47%, como es el caso de la empresa Edenor, mientras que la tasa de riesgo país se elevó 1,9% hasta alcanzar los 876 puntos básicos.

Consultado por este corresponsal, Matías Carugatti, economista jefe de la consultora Management & Fit, después de precisar que “la economía argentina no tiene relevancia en el nivel mundial”, estimó que “la disparada en el tipo de cambio se explica por el shock político emergente del completamente inesperado y adverso resultado electoral para el Gobierno, por lo que muchos inversores procuran refugiarse en otros activos que consideran más seguros”. Carugatti, asimismo, sostuvo que “esta situación es sumamente inestable” y “para llegar a octubre [con otros indicadores] dependerá de la respuesta del gobierno a la adversidad que debe combinar tanto cuestiones económicas como políticas”, aunque “también influirá lo que haga Alberto Fernández, que ahora se lo ve como posible presidente”.

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