Caracas, Venezuela | AFP

Menos ventas, pasajes aéreos costosos, escasez de gasolina. Las sanciones de EEUU comienzan a ahogar a los venezolanos, ya golpeados por una crisis que no parece tocar fondo.

En su negocio de videojuegos en Caracas, Manuel Saavedra cuenta que importa menos y vende más caro, luego de que el 15 de mayo el Departamento de Transporte estadounidense suspendiera los servicios aéreos de pasajeros y carga desde y hacia Venezuela, alegando razones de seguridad.

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Las empresas de envíos aéreos subieron sus costos de 3,5 a 4,5 dólares la libra; y las marítimas de 8 a 10 dólares el pie cúbico, comenta Saavedra.

Los courriers envían la mercancía a República Dominicana o Panamá antes de despacharla a Venezuela, triangulación que les evita ser penalizados.

“Esto incrementa el costo y provoca que se venda menos”, señala a la AFP el comerciante, en una economía colapsada por la hiperinflación, que el FMI proyecta en 10.000.000% para el 2019, y cuyo tamaño se redujo a la mitad desde el 2013.

Antes de las sanciones, la profunda crisis en que cayó la otrora potencia petrolera durante el gobierno de Maduro había obligado a Saavedra a cerrar un local y reducir de 14 a dos sus trabajadores. Washington busca estrangular a Maduro para sacarlo del poder y que el opositor Juan Guaidó, reconocido como presidente encargado por medio centenar de países, asuma y convoque a elecciones.

Pero Saavedra cuestiona la estrategia: “Nos están asfixiando a nosotros, al ciudadano de a pie (…), yo no sé hasta cuándo van a seguir con eso, en cualquier país afecta a todos, menos a los que están en el gobierno”. Las encomiendas son clave para muchos venezolanos, que reciben incluso provisiones de sus familiares en el exterior por la escasez de bienes básicos. Unos 3,3 millones emigraron desde el 2016, según la ONU.

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