AFP.
Dispuesta a hacer concesiones para salvar su acuerdo de Brexit, la primera ministra Theresa May propuso ayer martes a los diputados británicos un cuarto voto que incluya esta vez decidir sobre un segundo referéndum y una unión aduanera temporal con la UE.
Tras el referéndum de junio del 2016, en el que 52% de los británicos votó a favor del Brexit, Reino Unido debería haber abandonado la Unión Europea el 29 de marzo.
Pero el repetido rechazo del parlamento al acuerdo de divorcio con Bruselas empujó a May a aceptar un aplazamiento “flexible” del Brexit: hasta el 31 de octubre, aunque el país puede salir antes si halla una solución al bloqueo.
“Hay una última oportunidad”, lanzó May, antes de anunciar este “nuevo acuerdo” que incluye muchas de las exigencias del opositor Partido Laborista, con el que había negociado sin éxito hasta el viernes.
Entabladas a principios de abril, esas conversaciones tenían como objetivo encontrar un modo de obtener el apoyo de una mayoría del Parlamento, que desde enero tumbó estrepitosamente tres veces el texto firmado en noviembre por la primera ministra con sus 27 socios europeos.
Pero el líder laborista Jeremy Corbyn anunció el viernes que se retiraba ante la incapacidad del gobierno de “alcanzar un compromiso” debido a su “creciente debilidad e inestabilidad” a medida que el Partido Conservador busca un sucesor a May.
La jefa de gobierno ya había anunciado su intención de someter de nuevo el acuerdo a los diputados a principios de junio, y en un último intento por salvar el texto negociado durante casi dos años con Bruselas, parece ahora dispuesta a ceder a las exigencias laboristas. Tal vez con la esperanza de que el parlamento las rechace.