Buenos Aires, Argentina. AFP.
Una huelga nacional contra las políticas económicas se cumplió ayer en Argentina, convocada por sindicatos opositores, mientras el gobierno amenazó con aplicar sanciones y multas, en una jornada con marchas a seis meses de comicios presidenciales. “Esta jornada es un 'No' a la política del hambre”, declaró Hugo Yasky, docente y dirigente de la Central de Trabajadores Argentinos (CTA).
El desempleo creciente (9,1% a fines del 2018), una inflación de 11,8% acumulado en el primer trimestre y de 54,7% anualizada, actividad frenada y aumento de la pobreza agitan los peores fantasmas en un país donde aún está fresco el recuerdo de la mayor crisis de su historia a fines de 2001. En el primer trimestre del 2019, los despidos y suspensiones ascienden a casi 20.000 casos, 41% más que en el mismo lapso del 2018, y 77% de ellos en el sector industrial, según un análisis del Centro de Estudios de Pensamiento Americano (CEPA) en base a datos oficiales.
Sin aviones ni actividad portuaria este martes, paran además maestros de la educación pública, trabajadores de la salud, bancarios, camioneros -que incluyen al transporte de caudales y recolección de residuos, en una jornada que culminará con una movilización en el centro de Buenos Aires. Sin embargo, este paro nacional no tiene el alcance de otras huelgas generales, ya que no cuenta con el aval de la poderosa Confederación General del Trabajo (CGT).
No hay clima de paro. Hoy el trabajador está cuidando su fuente de trabajo, es un momento difícil y no quiere perder presentismo, dijo el ministro de trabajo.