A la hora del rezo del Regina Coeli, el Santo Padre dedicó un pensamiento especial a los cuatro mártires beatificados el sábado en la provincia de La Rioja, Argentina. Además, el Pontífice pidió rezar por los refugiados detenidos en Libia y por las víctimas de las inundaciones en Sudáfrica.
El domingo 28 de abril, Francisco se asomó a la ventana del Palacio Apostólico para rezar la oración mariana del Regina Coeli –que sustituye al Ángelus en periodo pascual– con su habitual comentario al Evangelio. Bajo un cielo nublado y lluvioso, la Plaza de San Pedro congregó a miles de fieles y peregrinos que no quisieron perderse la habitual cita dominical junto al Santo Padre.
Antes de rezar a la Madre de Dios, el Papa dedicó un pensamiento especial a los cuatro nuevos beatos argentinos: “En La Rioja, Argentina, fueron proclamados beatos: Enrique Ángel Angelelli, obispo diocesano, Carlos de Dios Murias, franciscano conventual, Gabriel Longueville, sacerdote fidei donum y Wenceslao Pedernera, catequista. Estos mártires de la fe fueron perseguidos por la justicia y la caridad evangélica. Que su ejemplo y su intercesión apoyen en particular a aquellos que trabajan por una sociedad más justa y unida. ¡Demos un aplauso a los nuevos beatos!”, dijo Francisco.
Los cuatro nuevos beatos fueron asesinados durante la última dictadura cívico-militar argentina (1976-1983). Fueron beatificados en una ceremonia en la ciudad de La Rioja presidida por el prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos, Angelo Becciu.
El Papa saludó a fieles romanos y peregrinos de Italia y de varios países, en particular a los de Tlalnepantla (México), jóvenes de Valencia, estudiantes de Tricase, adolescentes de Arcore y de Carugo; fieles de Modugno y Génova. También dirigió un saludo especial a la peregrinación de la Arquidiócesis de Trani-Barletta-Bisceglie y a devotos de la Divina Misericordia.