Lima, Perú | AFP
La prisión preventiva para el octogenario ex presidente Pedro Pablo Kuczynski y el suicidio del ex mandatario Alan García abren polémica sobre los posibles excesos de la justicia peruana para los presuntos involucrados en el escándalo de corrupción de la brasileña Odebrecht.
Estos dos casos pusieron la mirada de la población, los políticos y analistas en la decisiones judiciales, y si se están cometiendo excesos o abusos al aplicar la ley en los casos de las investigaciones sobre la corrupción de Odebrecht, un entramado de millonarios sobornos que ha tocado a varios políticos latinoamericanos.
El juez Jorge Chávez Tamariz, especializado en delitos de corrupción, dictó el viernes prisión preventiva de 36 meses para Kuczynski, pese a que estaba internado en una clínica donde había sido sometido a una cirugía cardíaca derivada de una crisis hipertensiva.
El diario Perú 21, en su sección editorial, criticó una orden “a todas luces exagerada” contra el ex presidente “como parte del proceso que se le sigue por presunto lavado de activos” en un caso vinculado al escándalo Odebrecht.
“Es una decisión inhumana, arbitraria y abusiva que espero que el abogado apele de inmediato. Este tipo de medidas a los ojos del mundo deslegitiman y desacreditan a la justicia peruana”, señaló a AFP el congresista Gilbert Violeta, de la tolda de Kuczynski.
Pero para el legislador izquierdista de Nuevo Perú, Oracio Pacori, el suicidio de García y la prisión preventiva de Kuczynski “no deben usarse para entorpecer las investigaciones de la corrupción de Odebrecht, la justicia tiene que ser igual para todos”.
Tras rechazar el pedido de arresto por el estado de salud del ex mandatario, planteada por la defensa, el juez Chávez Tamariz señaló que “si bien Kuczynski tiene 80 años existe peligro procesal de obstaculización y fuga porque no tiene arraigo familiar, ya que su esposa vive en Estados Unidos y trató de viajar a ese país para una atención médica”.