Baghuz, Siria | AFP

El “califato” del Estado Islámico (EI) cayó este sábado cuando las fuerzas kurdoárabes apoyadas por Estados Uni­dos conquistaron en Siria el último territorio controlado por esta organización yiha­dista.

Para celebrar la victoria, combatientes de las Fuerzas Democráticas Sirias (FDS), punta de lanza de la lucha antiyihadista en Siria, iza­ron su bandera amarilla en el pueblo de Baghuz, donde los yihadistas opusieron resis­tencia hasta el final.

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Cerca de Baghuz, en Al Omar, campo petrolero usado como retaguardia del asalto anti­yihadista, hombres y muje­res que integran las FDS, en las que predominan los kur­dos, bailaban la dabke, una danza tradicional. Una fan­farria militar tocó el himno estadounidense.

“Las FDS anuncian la total eliminación del supuesto califato y una derrota terri­torial del EI al 100%”, declaró un portavoz, Mustefa Bali, en un comunicado.

La pérdida de lo poco que les quedaba en su último reducto significa el final territorial del EI en Siria, tras su derrota en el vecino Irak en el 2017. Pero comandantes kurdos y occi­dentales estiman que com­bate no ha terminado.

Tras haberse apoderado de extensas regiones en Siria y en Irak, el EI proclamó en junio del 2014 un “califato” en un territorio del tamaño de Reino Unido, en el que instauró su propia administración, recaudó impuestos y lanzó una campaña de propaganda para atraer a extranjeros.

Esta organización yihadista, la más brutal de la historia contemporánea, hizo reinar el terror con decapitaciones, ejecuciones masivas, raptos y violaciones. Eso sin con­tar secuestros y decapitacio­nes de extranjeros y atenta­dos reivindicados en Siria, en otros países árabes o asiáticos e incluso en Occidente, o des­trucción de tesoros arqueo­lógicos.

REAFIRMA AL PENTÁGONO EN SU ESTRATEGIA

Con la pérdida oficial del “califato” geográfico del Estado Islámico (EI), el Pen­tágono vive un momento histórico en su larga cam­paña contra los yihadistas. Al menos desde una perspec­tiva militar, Estados Unidos puede decir que tuvo un éxito significativo en su estrategia de trabajar “por, con y a tra­vés” de fuerzas locales, en la que milicia kurda en Siria y las fuerzas de seguridad iraquíes se llevaron la mayor carga de los combates… y de las bajas.

Pero el EI aún tiene miles de combatientes en varios paí­ses y la duda que surge es si la pérdida territorial del grupo puede convertirse en derrota duradera o si la decisión del presidente Donald Trump de retirar la mayor parte de las tropas de Siria es prematura y pone en riesgo el juego final.

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