París, Francia. Agencias.
La décima sexta marcha de los “chalecos amarillos” se inició este sábado por las calles de París para protestar contra la política económica y social del conservador presidente francés, Emmanuel Macron.
Este atípico movimiento de protesta, apolítico y al margen de los sindicatos, se oponía originalmente a un nuevo impuesto a la nafta y con el paso del tiempo comenzó a exigir un mayor poder adquisitivo, restablecer el impuesto a las grandes fortunas y reformas para construir instituciones más representativas.
La movilización se realiza también en otras ciudades del país como Bordeos, Lyon, Toulouse y Lille, de acuerdo con las diversas convocatorias lanzadas a través de las redes sociales. También en Niza, Estrasburgo y Nantes, donde hubo altercados poco después del inicio de la manifestación y al terminar el cortejo. En esas ciudades hubo una quincena de detenidos, en París 33.
En París, los “chalecos amarillos” salieron a las calles en los Campos Elíseos, a la altura del Arco de Triunfo, así como en los Campos de Marte, al pie de la Torre Eiffel.
En París, los manifestantes realizaron un recorrido de 12 km bajo una fuerte vigilancia policial. Un hombre resultó herido en la cara, según fuentes coincidentes por un disparo de bola de goma, y la policía abrió una investigación al respecto.
En Colmar, una ciudad cerca de Estrasburgo, los participantes en la protesta colocaron un chaleco amarillo gigante en la réplica de la estatua de la Libertad. Varios miles de personas se concentraron igualmente en Burdeos y Toulouse (suroeste), dos ciudades claves de la protesta.
En las calles de Toulouse, donde la cita dio lugar a enfrentamientos con la policía, Pierre Rivière, artesano, aseguraba que la movilización “no se debilitaría antes del final del gran debate”.
En Burdeos, donde la estación fue invadida brevemente, los participantes colgaron una pancarta en la que se leía: “16 de marzo, Aquitania invade París ultimátum temporada 2”.
FINAL DE “LA GRAN CORTINA DE HUMO”
Los manifestantes tienen las esperanzas puestas en la movilización del 16 de marzo, presentada como una jornada clave que coincidirá con el final del Gran Debate nacional que lanzó Macron. Este, muy criticado por los “chalecos amarillos” que reclaman su dimisión, organizó una consulta nacional para intentar responder a la ira de los manifestantes.
El debate, que dio lugar a 10.000 reuniones en Francia y más de un millón de aportaciones por internet, fue tachado de “farsa” y de “campaña de comunicación” por numerosos “chalecos amarillos”. “El final del gran debate será el final de la cortina de humo”, afirmó Alexandre Chantry en Lille.