Brasilia. Brasil. AFP.
La hora de la verdad ha llegado para Jair Bolsonaro, que podrá demostrar a partir de mañana si tiene tanta habilidad para gobernar Brasil como para hacer diatribas electorales contra la corrupción política, los partidos de izquierda y la “ideología de género”.
El ex militar, de 63 años, llega con una legitimidad conferida por una clara victoria en las urnas y con un paisaje político devastado por cuatro años de escándalos de corrupción, de crisis económica y de auge de la criminalidad. La izquierda está dividida y los partidos de centro-derecha quedaron reducidos a fuerzas inexpresivas.
El Partido Social Liberal (PSL) del mandatario, con apenas 52 escaños de un total de 513, será la segunda bancada de una pulverizada Cámara de Diputados. Para asegurar la gobernabilidad, deberá mantener la convergencia de los lobbies transpartidarios que le dieron un apoyo clave en la campaña: los grandes productores agrícolas, las ultraconservadoras iglesias pentecostales y los defensores de la flexibilización al porte de armas.
También obtuvo el respaldo del mundo de los negocios, seducido por sus promesas de recortes fiscales y privatizaciones. La tarea se anuncia compleja. La reforma del régimen de jubilaciones, considerada esencial por su equipo económico, encuentra resistencias entre sus propios aliados. Y el acercamiento con Israel es visto con desconfianza por los exportadores de carne, que temen represalias comerciales de los países árabes.
Desde las elecciones, Bolsonaro tuvo que dar marcha atrás o dejar en veremos algunas de sus promesas, sin dar señales de por dónde arrancará.
“Estamos en vísperas de la asunción del presidente electo y aún hay una gran incógnita sobre cómo será el gobierno”, afirma Rogério Bastos Arantes, profesor de Ciencias Políticas de la Universidad de Sao Paulo (USP).
Uno de sus pocos anuncios concretos fue el de la retirada de Brasil del Pacto Mundial de la ONU sobre Migración. Otro, la precipitación del fin de la cooperación médica con Cuba.
Acercamiento a EEUU
Donald Trump invitó a Jair Bolsonaro, que asume la presidencia de Brasil el 1 de enero, a visitar Estados Unidos a principios del 2019, en momentos en que ambos países tienen en agenda varios temas regionales comunes, informó este viernes un funcionario estadounidense. “Esperamos con ansias que ojalá pueda realizar su primera visita a principios del próximo año”, dijo a la prensa un funcionario bajo condición de anonimato.
Durante su visita a Brasil a finales de noviembre, el asesor de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, John Bolton, ya le había extendido a Bolsonaro una invitación de Trump para visitar Estados Unidos.