París, Francia. AFP.

Francia estaba impa­ciente el domingo por conocer las “medidas” que Emmanuel Macron anunciará a inicios de semana para desactivar la crisis de los “chalecos amari­llos” tras una nueva jornada violenta, que se saldó con casi 2.000 detenciones y pone al gobierno contra las cuerdas.

Es una “catástrofe para los comercios, una catástrofe para nuestra economía”, estimó el ministro de Eco­nomía, Bruno Le Maire, el domingo, después de cuatro sábados consecutivos de pro­testas de los “chalecos ama­rillos” que degeneraron en actos violentos. Este movi­miento desestructurado y sin líder representa sobre todo a la población de clase modesta, que considera que la política social y económica de Macron beneficia a los ricos.

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Comenzó como manifesta­ciones contra un alza de los impuestos a los combusti­bles y se ha convertido en un movimiento popular frente a la pérdida de poder adquisi­tivo y contra Macron.

Macron hizo concesiones. Anuló el alza del gravamen a los combustibles, que for­maba parte de un plan para combatir el cambio climático, y congeló los precios del gas y la electricidad durante los próximos meses. Pero tendrá que ir más allá para calmar la cólera de las calles.

Una ira que pone en jaque al gobierno y que, según el minis­tro de Exteriores, Jean-Yves Le Drian, no se debe tomar a la ligera. Le Drian está preocu­pado por la democracia debido a los llamados “a la insurrec­ción”. “El peligro es que se cuestionen nuestras propias instituciones”, advirtió.

Macron pronunciará un dis­curso a la nación a inicios de semana, en el que anunciará “medidas” para “reunir a toda la nación francesa”, adelantó el sábado por la noche el primer ministro, Edouard Philippe, quien estimó que “ha llegado el tiempo del diálogo”.

Un diálogo precedido por una movilización nacional que se vio empañada por actos violentos. Disparos de gases lacrimógenos, coches incen­diados, barricadas en llamas y comercios desvalijados en París, disturbios y saqueos en Burdeos, Toulouse, Nan­tes y Marsella.

LE PIDEN A TRUMP NO INTERFERIR

El ministro de Relaciones Exteriores francés, Jean-Yves Le Drian, pidió este domingo al presidente estadounidense, Donald Trump, no interferir en la política interna francesa tras una serie de tuits sobre las protestas en Francia.

“Le digo a Donald Trump y el presidente de la República (Emmanuel Macron) le dice también: no tomamos partido en los debates estadouni­denses, déjenos vivir nuestra vida como nación”, declaró Le Drian en una entrevista tele­visiva. Donald Trump escribió el sábado que París vivía “un día muy triste” tras nuevas manifestaciones de los “cha­lecos amarillos”, un movi­miento desestructurado y sin líder que representa sobre todo a la población de clase modesta, que considera que la política social y económica de Macron beneficia solo a los ricos.

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