Riad, Arabia Saudita. AFP.
El emir de Catar, jeque Tamim bin Hamad Al Thani, no confirmó su presencia en este Consejo de Cooperación del Golfo (CCG), a pesar de haber sido invitado oficialmente. Catar está representado por el número dos de su diplomacia, el ministro de Relaciones Exteriores, Sultán al Merriji, según un portavoz oficial en Doha.
Catar, pequeño y riquísimo Estado, sigue marginado por sus poderosos vecinos como Arabia Saudita y Emiratos Árabes, que lo acusan de apoyar a grupos islamistas radicales y de estrechar sus vínculos con Irán. Baréin, otro miembro del CCG, y Egipto también participan en el embargo contra Catar.
A pesar de la ausencia del emir catarí, el rey Salmán de Arabia Saudita defendió en un breve discurso inaugural la necesidad de “preservar la entidad que es” el CCG. Acusó a Irán de “continuar entrometiéndose en los países de la región”. “Esto nos empuja a preservar las garantías de nuestros países y a defender en colaboración con nuestros socios la seguridad y la estabilidad en el Golfo”, añadió. Por su parte, el emir de Kuwait, jeque Sabah al Ahmed al Sabah, que intentó una mediación entre Catar y sus vecinos, llamó a frenar esta crisis, la más grave de la historia del CCG.
ROMPIERON VÍNCULOS
Pidió “poner fin a las campañas de prensa que sembraron la discordia (entre los pueblos de la región) para preparar el terreno a una reconciliación”. En junio del 2017, Arabia Saudita, Emiratos, Baréin y Egipto rompieron sus vínculos diplomáticos, pero también económicos y sociales, con Catar, que anunció recientemente que abandonará en enero la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP).
El CCG también cuenta como miembros a Omán y Kuwait, que no participaron en el embargo a Catar. Esta alianza regional, surgida en 1981 para hacer frente al régimen iraní de los ayatolás, ha visto cuestionada su pertinencia durante los últimos años.