Nueva York, Estados Unidos. AFP.

El presidente de Esta­dos Unidos, Donald Trump, fue impli­cado de conspirar para come­ter fraude electoral y dos de sus colaboradores más cer­canos enfrentan penas de pri­sión tras procesos judiciales que asestaron un golpe legal y político a su asediada pre­sidencia. En un drama que se desarrolló simultáneamente en dos ciudades de Estados Unidos, dos lugartenientes clave del mandatario se decla­raron o fueron hallados cul­pables de diferentes cargos derivados de una investiga­ción federal sobre las eleccio­nes presidenciales del 2016.

En Nueva York, Michael Cohen, quien fue abogado de Trump durante una década, se declaró culpable de ocho cargos, incluido el de hacer contribuciones ilegales a la campaña electoral. En un giro sensacional al proceso, el hombre que una vez dijo que era tan leal al presidente que “recibiría un balazo” por él lo señaló como un conspirador. Cohen se declaró culpable de hacer pagos secretos antes de las elecciones, entre otros a la estrella porno Stormy Daniels, que dice que tuvo una aventura con Trump. En el marco de un acuerdo con la fiscalía, afirmó que actuó “en coordinación y bajo la direc­ción de un candidato a un cargo federal”.

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¿REVELARÁ SECRETOS?

“Tuve esta conducta con el propósito de influir en las elecciones”, le dijo Cohen al juez, con la voz por momen­tos temblorosa. Esto pone a Trump en riesgo legal y plan­tea la posibilidad de que un ex asesor revele secretos de larga a cambio de reducir su senten­cia. La Casa Blanca se negó a comentar sobre la afirmación de Cohen. “Consulten al ase­sor externo del presidente”, se limitó a decir secamente a los periodistas la secreta­ria de prensa, Sarah Sanders.

Más tarde, en un comunicado a la prensa estadounidense, el abogado de Trump, Rudolph Giuliani, dijo que “no hay acu­saciones de ningún delito con­tra el presidente en los cargos presentados por el gobierno contra el Sr. Cohen”. Al mismo tiempo, en Alexan­dria, cerca de Washington, un jurado halló al ex jefe de campaña de Trump, Paul Manafort, culpable de ocho cargos, incluidos fraude ban­cario, evasión fiscal y omi­sión de declarar cuentas ban­carias extranjeras.

PRESIDENTE, CON AGUA AL CUELLO

Preguntado por un juez fede­ral en Manhattan, Cohen dijo que pagó 130.000 y 150.000 dólares a dos mujeres que afir­maron haber tenido una aven­tura con Trump a cambio de su silencio. Se cree que una es Stormy Daniels y la otra Karen McDougal, una modelo de Playboy. Cohen dijo que hizo los pagos para silenciar “infor­mación que sería perjudicial para el candidato y la cam­paña”.

“¿Usted sabía que todo esto estaba mal y era ilegal?”, le preguntó el juez Pauley. “Sí su señoría”, le respondió Cohen, la voz temblorosa. Durante la audiencia, Cohen “testificó bajo juramento que Donald Trump le ordenó cometer un crimen al hacer pagos a dos mujeres para influir en la elección”, dijo tras la audiencia su abogado Lanny Davis en un comunicado. “Si esos pagos eran un crimen para Michael Cohen, ¿entonces por qué no lo serían para Donald Trump?”, preguntó.

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