Sokcho, Corea del Sur. AFP.

Decenas de ancianos surcoreanos entra­ron este lunes a Corea del Norte para reunirse con parientes por primera vez desde que la península y sus familias quedaron separadas por la guerra, hace casi siete décadas. Del lunes al miérco­les, los participantes pasarán unas 11 horas con sus familia­res del Norte en la localidad turística del Monte Kumgang, bajo la supervisión de agen­tes norcoreanos. Esta nueva tanda de reuniones de familias divididas desde la contienda bélica, la primera en tres años, se decidió a raíz de la disten­sión registrada en la península desde el comienzo del año. La Guerra de Corea (1950-1953) separó a millones de perso­nas: hermanos, padres e hijos, maridos y mujeres.

El conflicto terminó con un armisticio, sin la firma de un tratado de paz, por lo que el Norte y el Sur se encuen­tran todavía técnicamente en estado de guerra y están sepa­rados por una zona desmili­tarizada, y las comunicacio­nes civiles están prohibidas entre ambos países. Bajo un sol abrasador, los 89 surco­reanos, que vestían sus mejo­res galas, fueron llenando los 14 autocares que los espera­ban en la ciudad de Sokcho, en el noreste de Corea del Sur. El convoy se dirigió hacia la zona desmilitarizada, escol­tado por la policía y perso­nal médico, antes de cruzar la frontera con el Norte.

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Entre los participantes del viaje se encuentra Lee Keum-seom, de 92 años, que no ha visto a su hijo, de ahora 71 años, desde la guerra. Cuando huyó del conflicto dejó atrás a su marido y al chico, que tenía entonces cuatro años. Partió en un ferry al Sur con su hija, quien la acompaña este lunes.

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