Mae Sai, Tailandia. AFP.

Los 12 niños atrapa­dos en una cueva de Tailandia desde hace 14 días enviaron el sábado, a través de los buzos, cartas a sus familiares, mientras los equipos de rescate hablaban de un plazo de tres o cuatro días para evacuarlos antes del regreso de las lluvias.

El entrenador de fútbol de los menores que se encuen­tra con ellos en la gruta tam­bién hizo llegar una carta a los padres, pidiéndoles dis­culpas: “Gracias por todo el apoyo moral, pido perdón a todos los padres”, dijo Ekka­pol Chantawong, de 25 años, en esta misiva publicada el sábado por los socorristas.

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El sentimiento de culpabi­lidad del joven entrenador está en el centro de los deba­tes del país, blanco de críticas por haber llevado a los niños a una cueva que se podía inun­dar durante las lluvias del monzón.

Tras la publicación de dos videos, el primero grabado cuando unos buzos británicos descubrieron al grupo el lunes por la noche y el segundo, el martes, no se ha vuelto a publicar ningún video. Las cartas escritas por los niños a sus familias son las prime­ras pruebas de vida que se han hecho públicas desde el martes.

“No os preocupéis, papá y mamá. Hace dos semanas que me fui pero volveré para ayu­daros en la tienda”, escribió Bew, cuyos padres regentan un negocio de ultramarinos.

“UN POCO DE FRÍO”

“Estoy bien, pero hace un poco de frío aquí. No os preocupéis por mí. No olvi­déis prepararme una fiesta de cumpleaños”, dice otro niño, Duangphet, firmando con su apodo, Dom. “Si salgo, por favor, llevadme a comer moo krata”, un plato tailan­dés a base de cerdo y verdu­ras, pide otro, Piphat, cono­cido como Nick.

Los equipos de rescate bara­jaban el sábado la posibilidad de efectuar una evacuación peligrosa, antes del regreso de las lluvias monzónicas que echarían por tierra todos los esfuerzos para drenar el máximo de agua de la cueva.

MÁS DE 1.100 PERIODISTAS

El sábado por la mañana había dicho que los niños no estaban todavía preparados para efectuar el peligroso recorrido para salir de la cueva. Pero el nivel del agua en la gruta descendió gracias a las operaciones de drenaje. La muerte de un ex buzo de la marina tailandesa el vier­nes durante una operación de abastecimiento refleja el nivel de riesgo del trayecto.

La operación de rescate sigue copando las portadas de la prensa, y más de 1.100 perio­distas se encuentran en el lugar, con sus equipos insta­lados en medio del barro de esta selva tropical. Una buena parte de los niños, de entre 11 y 16 años, no sabe nadar y ninguno ha practicado sub­marinismo, lo que complica aún más las operaciones.

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