El papa Francisco se dispone a tomar medi­das severas, "cambios y resoluciones", dentro de la Iglesia de Chile al término de tres días de reuniones en el Vaticano tras los escándalos por abusos sexuales cometi­dos por religiosos en ese país.

En una carta divulgada ayer y entregada a los 34 obispos convocados por el Papa en el Vaticano, el jefe de la Igle­sia Católica anunció que se dispone a tomar medidas "a corto, mediano y largo plazo" contra la jerarquía de la Iglesia Católica, responsable de haber encubierto por décadas "abu­sos sexuales y de poder" come­tidos por religiosos a meno­res de edad.

"Les agradezco la plena disponibilidad que cada uno ha manifestado para adherir y colaborar en todos aquellos cambios y resolucio­nes que tendremos que imple­mentar en el corto, mediano y largo plazo", escribió el Papa. Se tratan de medidas "nece­sarias para restablecer la jus­ticia y la comunión eclesial", explicó el pontífice.

En la misiva, el Papa recono­ció que los encuentros con los obispos fueron marcados por "un discernimiento franco frente a los graves hechos que han dañado la comunión eclesial y debilitado el tra­bajo de la Iglesia de Chile en los últimos años". El pontífice argentino convocó en abril a la jerarquía de la Iglesia chi­lena al Vaticano, una medida excepcional para "discernir el asunto" y preparar medidas que reparen el escándalo desa­tado por los casos de pedofilia y su encubrimiento.

ACONTECIMIENTOS DOLOROSOS

"A la luz de estos acontecimientos dolorosos respecto a los abu­sos –de menores, de poder y de conciencia–, hemos profun­dizado en la gravedad de los mismos así como en las trágicas consecuencias que han tenido particularmente para las vícti­mas", reconoció el pontífice.

"A algunas de ellas yo mismo les he pedido perdón de corazón, al cual ustedes se han unido en una sola voluntad y con el firme propósito de reparar los daños causados", añadió al referirse a la invitación especial hecha hace dos semanas al Vaticano a tres de las víctimas del cura Fernando Karadima: Juan Carlos Cruz, José Andrés Murillo y James Hamil­ton, quienes pidieron medidas ejemplares.

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