Una docena de precandidatos a las elecciones presidenciales de octubre presentaron ayer propuestas para superar la grave crisis que vive Brasil, en ausencia de los dos favoritos, el izquierdista Lula, encarcelado, y el ultraderechista Jair Bolsonaro. El acto, que fue organizado en Niterói (zona metropolitana de Río de Janeiro) por el Frente Nacional de Alcaldes, se vio impactado por el anuncio de que el ex presidente de la Corte Suprema Joaquim Barbosa no se presentará a los comicios, que se anuncian como los más inciertos y polarizados desde la restauración de la democracia en 1985.

Si el campo del centro y la derecha carece de candidatos fuertes, el de la izquierda está más que incierto, dado que su principal dirigente, el ex presidente Lula da Silva (2003-2010), cumple desde hace un mes una pena de 12 años de prisión por corrupción y está virtualmente inhabilitado para competir. Así y todo, su formación política, el Partido de los Trabajadores (PT), insiste en que no tiene un plan alternativo.

Uno de los principales aspirantes a ocupar el espacio de la izquierda, Ciro Gomes, ex gobernador de Ceará y ex ministro de Lula, hizo un llamado al "diálogo". La evangélica Marina Silva fue prudente al ser cuestionada sobre si el retiro de Barbosa mejoraba su posición. Para la comunista Manuela d'Ávila, la decisión de Barbosa demuestra que hay un camino "muy largo" hasta la definición del boleto electoral.

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