Washington, Estados Unidos. AFP.

En momentos en que el gobierno de Estados Unidos desclasifica miles de documentos secre­tos sobre el asesinato del pre­sidente John F. Kennedy, 54 años atrás, una mirada a lo sucedido aquellos días. Unas 200.000 personas ven cómo avanza por las calles de la ciu­dad de Dallas el descapota­ble azul que traslada al pre­sidente Kennedy.

Es el 22 de noviembre de 1963 y el mandatario demócrata se encuentra en campaña para las elecciones presidencia­les de 1964. Su esposa Jackie se encuentra a su lado, en su primer viaje oficial desde la muerte de su hijo recién nacido, Patrick.

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El gobernador del estado de Texas, John Connally, y su esposa están sentados frente a ellos. Cuando el coche enlentece su marcha al hacer un giro, suenan tres disparos. Son exactamente las 12:30.

Alcanzado por las balas, Ken­nedy cae hacia adelante, y su sangre salpica el traje rosa de Chanel de su esposa. Dos balas hieren al presidente, cuya cabeza sangra. Tam­bién Connally resulta herido. "Dios mío, nos van a matar a todos", dice. El auto se dirige velozmente hacia el hospi­tal Parkland. A pesar de los esfuerzos de 14 médicos y cirujanos, Kennedy es decla­rado oficialmente muerto a las 13:00. Connally sobrevive.

Un periodista de televisión visiblemente conmovido, Walter Cronkite, de CBS, anuncia la noticia en vivo.

CAE OSWALD

A las 13:50, Lee Harvey Oswald, empleado del edifi­cio en el que funciona el depó­sito de libros escolares desde cuya ventana en el sexto piso se efectuaron los disparos, es detenido en un cine mientras salía de la zona. Se dice que mató a tiros a un oficial de policía que pretendió arres­tarlo más temprano.

Los investigadores han deter­minado que fue Oswald quien asesinó al presidente, pero sus conclusiones no explican cómo este ex marine y deser­tor a la Unión Soviética pudo haber actuado solo.

JACK RUBY MATA A LEE HARVEY

El 24 de noviembre Oswald es llevado por la policía hacia un vehículo blindado que debe trasladarlo desde la jefatura hacia el tribunal donde debe ser juzgado. En medio de la multitud de periodistas que le lanzan preguntas, emerge de repente un hombre que dispara a quemarropa al dete­nido. Oswald se toca el abdo­men y cae muerto.

No han pasado aún 59 horas del asesi­nato de Kennedy. El atacante de Oswald se llama Jack Rub­instein -conocido como Jack Ruby-, es propietario de clubes nocturnos y estaba vinculado con la mafia.

Fallece en prisión en 1967 de cáncer. Cuatro días después de su asesinato, Ken­nedy es enterrado en el cemen­terio nacional de Arlington, en Washington, el 26 de noviem­bre de 1963. La ceremonia fúnebre es retransmitida ínte­gramente en directo a decenas de millones de personas.

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