El papa Francisco afirmó ayer en El Vaticano que quiere que los curas que hayan sido condenados por pedofilia no puedan apelar su condena en el marco del derecho canónico, y además no está dispuesto a concederles ningún tipo de perdón. El papa argentino hizo estas declaraciones ante la comisión de expertos que creó para luchar contra la pedofilia, en un discurso improvisado. "El abuso de un menor, si hay pruebas, es suficiente para denegar una apelación. Si hay pruebas, la sentencia es definitiva", aseguró el papa.
Jorge Bergoglio hizo esta advertencia mientras explicaba los procedimientos canónicos del Vaticano contra los religiosos acusados de pedofilia en el mundo entero, independientemente de una posible investigación criminal en el país donde ocurrieran los abusos. Oficialmente la pena máxima en derecho canónico para los curas acusados de pedofilia es la pérdida de su estatuto religioso. "Y si hay una petición de perdón dirigida al papa, yo en el caso de esos crímenes no firmaré nada", aseguró.