El estado norteamericano de Arkansas ejecutó ayer a su primer condenado en una década, a pesar de las críticas por su polémico plan de aplicar la pena de muerte apresuradamente a varios condenados antes de fin de mes.
Ledell Lee fue ejecutado el jueves en la noche, después de que la Corte Suprema de EEUU rechazara un recurso de última hora para suspender la medida, informó la fiscal general de Arkansas, Leslie Rutledge.
El preso recibió una inyección de tres drogas, incluida una que ha encendido un debate legal. Originalmente el gobernador republicano Asa Hutchinson había planificado la ejecución de ocho hombres en un lapso de 11 días antes de fines de abril, cuando expira uno de los medicamentos (el midazolam) que se utiliza para el cóctel letal.
Pero en medio del horror de la opinión pública que se opone a la pena de muerte y de numerosas manifestaciones en la capital los abogados consiguieron la suspensión de cuatro ejecuciones. Jason McGegee, cuya muerte estaba prevista para el 27, consiguió el 6 de abril un aplazamiento de un mes debido a un recurso de clemencia. Luego, el viernes, la Corte Suprema de Arkansas postergó la ejecución de Bruce Ward prevista para el lunes. El lunes de noche, después de que Don Davis degustara su llamada "última cena" y a pocos minutos de su ejecución, una decisión de último minuto de la Corte Suprema de EEUU le salvó la vida. Stacey Johnson fue el cuarto preso que consiguió el miércoles un respiro en su ejecución.
El viernes pasado un juez suspendió temporalmente todas las ejecuciones. Pero una corte de apelaciones levantó este bloqueo y dio luz verde al estado para que ejecute a sus presos con las drogas previstas, lo que selló la suerte de Ledell Lee, el primero de la lista en ser ejecutado. Ésta fue la primera ejecución en Arkansas en una década.