Brasilia, Brasil. AFP.

Brasil sufría este lunes represalias comerciales por el escándalo causado por supuestas adulteraciones en productos cárnicos para el consumo humano, luego de que China y Chile cerraran sus mercados y la Unión Europea (UE) impusiera restricciones. El caso golpea de lleno a dos gigantes del sector, JBS y BRF, que buscaban tranquilizar a los consumidores y limitar sus pérdidas en la bolsa, mientras que el gobierno pugnaba por atemperar las consecuencias para un sector clave de la economía, en recesión desde el 2015.

Este nuevo revés se produce en momentos en que Brasil enfrenta las revelaciones del gigantesco esquema de sobornos en la estatal Petrobras, que involucró a las mayores constructoras del país y golpeó a buena parte de su élite política y empresarial.

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Esta semana, las malas noticias fueron encabezadas por el anuncio de que China resolvió frenar el ingreso de cortes brasileños a la espera de explicaciones detalladas sobre el caso. Brasil es el mayor exportador mundial y China su segundo cliente de carne vacuna y aviar. "Hasta recibir las informaciones, China no desembarcará carnes importadas desde Brasil. El ministro (de Agricultura, Blairo Maggi) preparaba anoche una videoconferencia con autoridades chinas para hacer las aclaraciones", publicó la cartera en su sitio de internet. Poco después, Chile –sexto importador de carne roja brasileña– también decretó un bloqueo temporal.

Los medios brasileños indicaron que Corea del Sur suspendió las importaciones de pollos.

La Unión Europea (UE), por su parte, pidió a Brasil "que elimine de inmediato a los establecimientos implicados en el escándalo de la lista aprobada por la UE", dijo el portavoz de la Comisión Europea, Enrico Brivio. De los 21 frigoríficos implicados en la trama revelada el viernes por la Policía Federal brasileña, 4 tenían permiso para exportar a los 28 países del bloque europeo.

La saga coincide con los esfuerzos para acelerar el acuerdo de libre comercio entre el Mercosur (Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay) y la UE, que tiene en el sector alimentario uno de sus capítulos más espinosos.

Sobornos y venta de carnes no aptas para el consumo

La Policía Federal (PF) reveló el viernes que inspectores sanitarios supuestamente recibían sobornos de los frigoríficos para autorizar la venta de alimentos no aptos para el consumo. Más de 30 personas fueron detenidas, tres frigoríficos fueron clausurados y 21 quedaron bajo investigación.

El gobierno buscó restringir su impacto y cuestionó parte de las denuncias de la PF sobre la venta de productos vencidos o en mal estado, "maquillados" con ácidos. Según sus datos, de las 4.837 plantas que operan en el país solo 21 están bajo sospecha y apenas seis realizaron exportaciones en los últimos 60 días.

El presidente Michel Temer se puso al frente de la campaña y el domingo afirmó que "la manera como se dio la noticia pudo haber creado una preocupación muy grande, tanto en países que importan nuestra carne como en consumidores brasileños" y luego invitó a un nutrido grupo de diplomáticos a una parrillada en Brasilia. Las imágenes del jefe de Estado comiendo con entusiasmo trozos de carne brasileña asados a la espada tapizaron los periódicos del lunes.

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