Con palas mecánicas, barcazas y a mano, centenares de militares y pescadores artesanales remueven afanosamente este viernes una planta flotante que cubre el lago Suchitlán de El Salvador para devolverle la prosperidad a esta zona turística. La llamada “lechuga de agua” (Pistia stratiotes), de unos 30 centímetros de diámetro, se ha propagado sobre la superficie de este embalse artificial situado a 45 km de la capital, al alimentarse de contaminantes químicos que llegan por sus afluentes.

Para recuperar la economía de los poblados ribereños, el gobierno movilizó a 360 soldados para remover las plantas. “Yo creo que es importante este trabajo que están haciendo de limpieza, (pero) creo que deberían haber actuado más rápido”, dijo a la AFP Eduardo Orellana, un constructor de 74 años de la zona.

El lago alberga una rica biodiversidad, con aves migratorias en sus islas, pero ahora buena parte de su espejo de agua está cubierto por la “lechuga”. Su expansión se ha visto favorecida por el viento y las copiosas lluvias, y ha paralizado la pesca artesanal y el turismo. Para apoyar a los militares, el gobierno contrató a unos 340 lugareños, mayoritariamente pescadores artesanales que llevaban meses sin trabajar pues era imposible navegar entre las plantas.

Lea más: El dilema de prohibir las redes sociales a los menores

Con trajes impermeables que cubren la mitad de su cuerpo, los soldados van pacientemente sacando las plantas invasoras, apoyados con tres barcazas, y los pescadores cargan las plantas en cestos en medio de un olor nauseabundo. Los comerciantes de la zona están esperanzados de que el lago recupere su esplendor.

“A nosotros nos ha afectado, porque la verdad es que somos ocho áreas de restaurantes y hay que pagarles a todas las personas que son meseros, meseras, y [...] si no viene turista ¿adónde se va a hacer dinero?”, indicó a la AFP la comerciante Julia Álvarez. Unos 50 trabajadores de restaurantes perdieron sus empleos en Puerto San Juan de Suchitoto, un pueblo turístico con casas de estilo colonial y techos de teja, agregó la mujer de 52 años. La planta flotante cubre alrededor de la mitad de las 13.500 hectáreas del lago, según estimaciones de los militares.

Para el ambientalista Ricardo Navarro, líder de la ONG Centro Salvadoreño de Tecnología Apropiada, el lago enfrenta “el efecto del descuido de no tratar las aguas contaminadas”. “Esas plantas encontraron en el lago el mejor caldo de cultivo”, dijo Navarro a la AFP. El embalse, construido en los años 70, provee de agua a una central hidroeléctrica y es alimentado por el caudaloso río Lempa, que a su vez recibe aguas de otros ríos contaminados.

Fuente: AFP.

Lea también: Albania nombra a una ministra generada por IA

Dejanos tu comentario