Los bomberos seguían luchando este domingo contra un incendio en las laderas del Vesubio, tras haber cerrado a los turistas todos los senderos que conducen al volcán cercano a Nápoles, en el sur de Italia. El incendio arrasa el parque nacional desde el viernes y los bomberos desplegaron 12 patrullas además de seis aviones Canadair. También solicitaron la ayuda de bomberos de otras regiones italianas.

“Por razones de seguridad (...) y para facilitar las operaciones de lucha contra el incendio y limpieza en las zonas afectadas, todas las actividades en la red de senderos del parque nacional del Vesubio quedan suspendidas hasta nuevo aviso", anunció el parque el sábado en un comunicado.

Cerca de 620.000 personas visitaron el cráter del volcán en 2024, según estadísticas del parque. El humo del incendio era visible el domingo desde el yacimiento arqueológico cercano de Pompeya, que sin embargo permaneció abierto a los turistas.

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Bomberos luchan en Francia

Los bomberos siguen luchando este domingo por extinguir un enorme incendio forestal en el sur de Francia, entre alertas por altas temperaturas y condiciones de sequía que podrían reavivar las llamas. El incendio, el peor en la cuenca mediterránea francesa en medio siglo, devastó una vasta zona del departamento sureño de Aude, en plena temporada turística de verano, mató a una persona el miércoles e hirió a varias más.

Las autoridades afirmaron que los vientos cálidos y secos del domingo y la ola de calor dificultarían el trabajo de los bomberos. “Es un día difícil, dado que es probable que estemos en alerta roja por ola de calor a partir de las 16:00, lo que no facilitará las cosas”, indicó Christian Pouget, prefecto del departamento de Aude.

Las llamas ya no avanzan, pero siguen ardiendo en una zona de 16.000 hectáreas, declaró el sábado Christophe Magny, jefe de la unidad de bomberos de la región, quien añadió que no estaría controlado hasta el domingo por la noche. Sin embargo, el incendio, “no se extinguirá hasta dentro de varias semanas”, afirmó.

Unos 1.300 bomberos se movilizaron para evitar que el incendio se reavivara, ante el temor de que el viento, que según las autoridades se intensificó durante la noche del sábado, pudiera avivar los focos de calor persistentes. Se espera que las temperaturas alcancen los 40 ºC en algunas zonas este fin de semana, y se prevé que el lunes sea “el día más caluroso en todo el país”, según el servicio meteorológico nacional Méteo-France.

Esta es la segunda ola de calor que afecta al país este año, tras la registrada entre el 19 de junio y el 4 de julio, y la número 51 desde 1947. Requiere “una vigilancia especial, especialmente para las personas sensibles o expuestas”, indicó Météo-France. Los expertos afirman que los países europeos son cada vez más vulnerables a los incendios debido a la intensificación de las olas de calor estivales relacionadas con el calentamiento global.

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Mezquita de Córdoba

La famosa mezquita-catedral de Córdoba, en el sur de España, reabrió al público este sábado, un día después de que se viera afectada por un incendio que causó daños “muy localizados”, según su alcalde. Las imágenes de las llamas el viernes hicieron temer daños similares a los sufridos por la catedral de Notre-Dame de París en 2019, pero fueron rápidamente extinguidas por los bomberos.

“Hay algunos daños, daños significativos, pero son muy, muy localizados”, dijo el alcalde José María Bellido a los periodistas fuera del edificio. La mayor parte de los escombros se concentra en una capilla donde se originó el incendio, cuyo techo “se derrumbó por completo” debido a las llamas y al peso del agua utilizada para sofocarlas, añadió en una entrevista con la televisión pública española.

Dos capillas contiguas sufrieron “daños colaterales”, principalmente por el humo, que afectó a retablos y otras obras de arte, precisó. Estimó que el incendio dañó solo entre 50 y 60 metros cuadrados del vasto interior del edificio, que se encuentra en el centro de Córdoba, rodeado por los antiguos barrios judío y musulmán.

“Afortunadamente, ayer se evitó una catástrofe que podría haber significado perder por completo la mezquita-catedral”, afirmó. Varios camiones de bomberos y patrullas policiales se alineaban en una calle cercana al edificio el sábado, mientras la gente se reunía para observar, según un fotógrafo de la AFP presente en el lugar.

El lugar, un monumento declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco y visitado por más de dos millones de personas cada año, abrió sus puertas el sábado a las 10:00 (8:00 GMT) y cerrará a las 19:00, en su horario habitual, con solo la zona donde se produjo el incendio cerrada al público, informó un vocero por teléfono a AFP. La sección dañada por el fuego, conocida como la nave de Almanzor, estaba acordonada con vallas a la altura de la cintura.

“Una primera chispa”

Apenas había empezado el incendio y ya circulaban numerosos videos en redes sociales mostrando el fuego alzándose por encima de una parte de los muros del templo. Los primeros indicios apuntan a que el fuego se declaró en la capilla central, antes de extenderse a una parte de la cubierta de las bóvedas, pero sin ir más allá.

La dirección de la mezquita-catedral almacenaba en esta capilla, según el alcalde, material de limpieza y material audiovisual, que podría haber sido el origen del siniestro. “Parece que podría tratarse de una batería o un contacto eléctrico que habría producido una primera chispa”, explicó.

El diario ABC y otros medios informaron de que una máquina de limpieza se incendió en el lugar. Famosa por sus arcos y columnas musulmanas, la mezquita de Córdoba comenzó a ser construida en el siglo VIII en el sitio de una basílica cristiana bajo el emirato de Abderramán I, y fue ampliada en varias fases a lo largo de cuatro siglos.

Tras la conquista cristiana en 1236, se consagró como catedral y se añadieron elementos arquitectónicos propios de este estilo, respetando muchos detalles musulmanes del templo, a diferencia de lo que ocurrió en muchas otras mezquitas de España, sobre cuyas ruinas se erigieron templos cristianos. En 2001, un pequeño incendio ya había dañado el monumento y, en particular, veinticinco documentos antiguos que se encontraban en la sala de archivos de los consejos de la catedral.

Fuego cerca de Atenas

En el municipio de Palaia Fokaia, a una hora en coche al sur de Atenas, un típico paisaje bucólico griego de olivares y pueblitos quedó devastado el viernes por un feroz incendio forestal que lo redujo a tierras quemadas y casas calcinadas. Un fuerte viento atravesó la aldea el sábado, esparciendo polvo y cenizas procedente de las colinas circundantes, donde aún ardían incendios y brasas humeantes.

El suelo temblaba mientras helicópteros y aviones cisterna sobrevolaban a baja altitud el terreno escarpado lanzando agua sobre los focos restantes y recogiendo nuevamente agua del mar. Horas antes más de 200 bomberos luchaban para evitar que el fuego, que estalló en la región rural de Keratea, a unos 43 kilómetros al sureste de Atenas, amenazara los complejos costeros en la costa de Ática.

En una casa calcinada residentes con mascarillas regresaban para recuperar los pocos objetos que sobrevivieron al infierno. Una mujer abatida llamada Dimitria tuvo más suerte. Las llamas respetaron su hogar, pero arrasaron el bosque más cercano, dejando un terreno desolado de árboles quemados y cenizas.

“Desde anoche hubo muy pocos refuerzos de los bomberos”, lamenta, describiendo cómo la ayuda llegó cuando el incendio avanzado amenazaba “muchas casas” cerca del bosque. “La mía está bien pero mi bosque se quemó. Y eso duele”, añade con voz temblorosa y los ojos llenos de lágrimas mientras se aleja para inspeccionar los daños. Los bomberos, con mangueras en mano, recorren un pequeño bosque para apagar brasas y evitar que se reaviven, mientras ramitas quemadas y escombros crujen bajo sus botas.

“Sabíamos que era peligroso”

Desde su casa intacta, Kostas Triadis observa el panorama aliviado. A pesar de los daños al paisaje, elogia el trabajo de los bomberos y voluntarios. “De lo contrario habría sido mucho peor”, destaca. “Se regenerará por sí solo, espero que ese sea el futuro natural”, comenta el hombre de 75 años, refiriéndose a la vegetación devastada. “Es un bosque pequeño, pero siempre supimos que era peligroso”, lamenta.

Su esposa Eleni, de 71 años, especifica que “todos hicieron lo posible por salvar la zona, pero la verdadera tragedia es que el bosque se perdió”. “Era muy antiguo”, insiste. Según ella, muchos árboles quedaron relativamente intactos porque las llamas de la hierba que los residentes cortaron en junio se apagaron rápidamente.

“Es una tragedia, es la primera vez que el fuego llega aquí”, indica refiriéndose a la zona donde la pareja pasa los meses de verano, alejados de su residencia en Atenas. A poca distancia, en la costa, el contraste es monumental. Allí los bañistas pasean por la arena y nadan en el Mediterráneo resplandeciente en una mañana de verano cálida y aparentemente normal. Pero las señales de la emergencia son inconfundibles, ya que los comensales frente a la playa contemplan el espectáculo de los aviones cisterna rozando el agua para rellenar sus depósitos y regresar a los incendios que aún arden.

Fuente: AFP.

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