Más de un millón de personas asistieron este domingo a una misa en Roma presidida por el papa León XIV que cierra el llamado Jubileo de los Jóvenes y que ha reunido a participantes de todo el mundo.

El evento, que duró una semana y termina el domingo, se celebró en una gran explicación en las afueras de la ciudad.

Se trata de uno de los momentos más destacados del Año Santo y supuso un enorme esfuerzo logístico para el Vaticano, con medio millón de jóvenes en Roma durante la mayor parte de la semana.

El sábado por la noche, antes de una vigilia al anochecer encabezada con el pontífice, los organizadores confirmaron la asistencia de 800.000 personas en el enorme espacio al aire libre en el este de Roma.

Y este domingo, el Vaticano anunció que la cifra había aumentado a un millón de asistentes.

La mayoría de los presentes durmieron en el suelo, en tiendas de campaña, sacos de dormir o colchonetas, esperando la misa del domingo bajo un cielo soleado.

Con música de un coro, los obispos vestidos de verde comenzaron a ocupar el enorme escenario —cubierto con un arco dorado y una cruz monumental— antes de que el papa llegara en helicóptero.

Según el Vaticano, 450 obispos y unos 700 sacerdotes participaron en la misa.

Fuente: AFP

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