Polémico, amado y odiado, la figura y carisma de la estrella de la lucha libre Hulk Hogan nunca pasó desapercibida. Ni si quiera en su muerte, que sorprendió a todos, menos a él, ya que desde hacía años ocultaba un secreto al público y a sus fans.
El mundo del espectáculo, de la lucha y de Hollywood no lo esperaban, pero el motivo del sorpresivo deceso ocurrido el 24 de julio salió a luz este jueves tras el estudio realizado en el cuerpo del luchador.
La causa de la muerte de Hulk Hogan oficialmente fue un infarto agudo de miocardio, informó Page Six, que tuvo acceso a su informe de aprobación de la incineración. El documento también menciona el historial de fibrilación auricular del que padeciera la exestrella de la World Wrestling Entertainment (WWE).
El silencio crónico
El verdadero nombre de Hulk Hogan era Terry Gene Bollea, quien en su vida privada estaba casado con Sky Daily y tenía dos hijos, Nick Hogan y Brooke Hogan.
A pesar de que nunca fue un hombre común, la leyenda de la lucha libre estadounidense durante años mantuvo oculta una grave enfermedad que en los últimos tiempos terminó por deteriorar su cuerpo.
Según un reporte del Centro de Ciencias Forenses del Condado de Pinellas, Hogan tenía antecedentes de leucemia linfocítica crónica, que se caracteriza por el crecimiento de glóbulos blancos cancerosos en la médula ósea, la sangre, los ganglios linfáticos y el bazo, situación que el luchador jamás mencionó.
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El hombre no hizo público este diagnóstico de cáncer en vida y se fue de este mundo como lo que era, un gran luchador, sufriendo en silencio, dolido, deteriorado, pero nunca vencido.