El presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, dijo ayer jueves que está dispuesto a negociar con Estados Unidos tras los nuevos aranceles anunciados por Donald Trump, pero reiteró que el gobierno de Brasil evalúa medidas de reciprocidad. El mandatario de la principal potencia latinoamericana enfrenta un desafío económico inédito, luego de que su par estadounidense anunciara el miércoles gravámenes adicionales del 50 % a las importaciones de origen brasileño.

“No tengo dudas de que primero vamos a intentar negociar”, dijo Lula en una entrevista con el canal Record TV, divulgada parcialmente en las redes sociales del presidente. “Pero si no hay negociación, la ley de reciprocidad será puesta en práctica. Si él nos cobra 50 %, nosotros le cobramos 50 % a él”, añadió.

Lula ya había aludido la noche del miércoles a la Ley de Reciprocidad Económica en respuesta a los nuevos gravámenes estadounidenses, cuya entrada en vigor está prevista para el 1 de agosto. Aprobada en abril por el Congreso brasileño después de que Trump anunciara aranceles del 10 % a las importaciones del gigante sudamericano, la ley autoriza al Ejecutivo a suspender concesiones comerciales, inversiones, entre otras medidas.

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Al amenazar con nuevos aranceles a Brasil, Trump describió el juicio contra el expresidente brasileño Jair Bolsonaro por cargos de golpismo como “una cacería de brujas que debería parar ¡DE INMEDIATO!” El exmandatario ultraderechista, expuesto a una pena de hasta 40 años de prisión por presuntamente haber conspirado para impedir la asunción de Lula, dijo el jueves que recibió la noticia de los gravámenes “con sentido de responsabilidad”.

“Dejo claro mi respeto y admiración por el Gobierno de los Estados Unidos. La medida es resultado directo del alejamiento de Brasil de sus compromisos históricos con la libertad, el Estado de Derecho y los valores que siempre han sustentado nuestra relación con el mundo libre”, afirmó Bolsonaro en sus redes sociales.

Uno de sus hijos, el diputado Eduardo Bolsonaro, se radicó meses atrás en Estados Unidos, donde hace lobby para que el gobierno de Trump presione a las autoridades brasileñas, incluso a magistrados que juzgan a su padre. De su lado, Lula dijo que su gobierno negocia desde hace meses con Washington. No descarta, sin embargo, recurrir a la Organización Mundial del Comercio.

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El mandatario incluso anunció un comité para “repensar la política comercial brasileña con Estados Unidos”. “Si Estados Unidos no quiere comprar, vamos a buscar a quien quiera”, dijo.

Lula por ahora descartó una llamada telefónica con su par estadounidense. Ambos no han hablado desde el regreso del magnate republicano a la Casa Blanca en enero. “No tengo nada que conversar con Trump”, aseguró Lula al canal Globonews.

Aunque Trump afirmó que Estados Unidos tiene un “déficit” comercial con Brasil, cifras oficiales brasileñas muestran un superávit estadounidense sostenido durante los últimos 16 años, que representó casi 284 millones de dólares en 2024. Según Lula, el comercio bilateral representa “apenas 1,7 % del PIB” brasileño.

Fuente: AFP.

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