Trump dice que bombardearía Irán nuevamente si retoman actividades nucleares
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El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, afirmó el viernes que salvó al ayatolá iraní Alí Jamenei de ser asesinado y declaró que consideraba más bombardeos a Irán si el país intenta desarrollar armas nucleares.
En un arrebato extraordinario en su plataforma Truth Social, Trump criticó duramente a Teherán por afirmar que ganó la guerra contra Israel y anunció que detendría los trabajos sobre un posible alivio de las sanciones contra el país.
Trump afirmó que Estados Unidos consideraba “sin duda” bombardear Irán de nuevo si los datos de inteligencia concluyen que es capaz de enriquecer uranio a los niveles necesarios para fabricar armas nucleares.
El presidente estadounidense acusó al líder iraní de ingratitud después de que Jamenei dijera en un mensaje desafiante que los informes sobre daños a sus instalaciones nucleares por los bombardeos estadounidenses eran exagerados y que Estados Unidos había recibido una “paliza”.
Trump publicó: “Sabía EXACTAMENTE dónde se refugiaba y no permitiría que Israel ni las Fuerzas Armadas de Estados Unidos, por lejos las más grandes y poderosas del mundo, le quitaran la vida”.
“LO SALVÉ DE UNA MUERTE MUY HORRIBLE E IGNOMINIOSA, y no tiene por qué decir: ‘¡GRACIAS, PRESIDENTE TRUMP!’”.
El republicano afirmó que en los últimos días había estado trabajando en la posible eliminación de las sanciones contra Irán, una de las exigencias de Teherán a largo plazo.
“Pero no, en cambio, recibí una declaración de ira, odio y repugnancia, e inmediatamente abandoné todo trabajo sobre el alivio de las sanciones, y más”, añadió Trump, exhortando a Irán a volver a la mesa de negociaciones sobre su programa nuclear.
El ministro de Asuntos Exteriores de Irán, Abás Araqchi, negó el miércoles que se planea reanudar las conversaciones con Estados Unidos, después de que Trump dijera en una cumbre de la OTAN en La Haya que las negociaciones se retomarían la próxima semana.
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Irán rechazó este viernes el pedido del jefe del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), Rafael Grossi, de visitar las instalaciones bombardeadas por Israel y Estados Unidos y lo acusó de tener “malas intenciones”.
“La insistencia de @rafaelgrossi en visitar los sitios bombardeados (...) no tiene sentido e incluso puede ocultar malas intenciones”, escribió el canciller iraní en la red social X.
Derrotados brutalmente
El enviado especial de Trump para Medio Oriente, Steve Witkoff, había expresado su esperanza de “un acuerdo de paz integral”.
Previamente, en una conferencia de prensa en la Casa Blanca, se le preguntó a Trump si consideraría nuevos ataques aéreos si las incursiones de la semana pasada no lograban poner fin a las ambiciones nucleares de Irán: “Claro. Sin duda. Absolutamente”.
Trump añadió que Jamenei e Irán “fueron derrotados brutalmente”.
En la publicación de Truth Social, el presidente acusó a Jamenei de decir “descaradamente y tontamente” que Irán ganó la guerra de 12 días con Israel, y agregó: “Como un hombre de gran fe, se supone que no debe mentir.
Esta guerra de palabras se produce mientras se mantiene un frágil alto el fuego en el conflicto entre Israel e Irán desde el martes.
El Ministro de Relaciones Exteriores de Israel afirmó el viernes que el mundo tiene la obligación de impedir que Irán desarrolle una bomba atómica, pocos días después de que Israel afirma haber “frustrado el proyecto nuclear de Irán” con la guerra.
“Israel actuó en el último momento posible contra una amenaza inminente para sí mismo, la región y la comunidad internacional”, escribió Gideon Saar en X.
“La comunidad internacional tiene ahora la obligación de impedir, por cualquier medio eficaz, que el régimen más extremista del mundo obtenga el arma más peligrosa”, insistió.
Tomar el desayuno y correr al búnker en 90 segundos
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Cuando empiezan a sonar las sirenas de alerta sobre los cielos de Tel Aviv, la familia Weisman y millones como ellos buscan refugio de los misiles en camino y hoy continúan recogiendo los escombros de sus vidas.
Vera Lucía Papaterra, de origen dominicano, reportera del periódico estudiantil The Independent Florida Alligator (Gainesville, EE. UU.) busca ser una corresponsal internacional y fue invitada a Israel por la agencia de noticias del Medio Oriente para el mundo hispano parlante, Fuente Latina, para adentrarse a lo más profundo de un país que sigue en guerra pero que una vez más, da muestra de resiliencia, tras los ataques sufridos desde Irán, semanas atrás.
Una de sus entrevistadas fue una mujer israelí residente en Tel Aviv, Hadar Weisman, quien le relata como es la vida casi cotidiana bajo el sonar de las sirenas.
El decir por favor y gracias. Cómo usar cubiertos. Respetar a los mayores. A esa lista de lecciones básicas, la israelí Hadar Weisman añadió una que sus hijos repiten sin dudar: qué hacer en los 90 segundos después de que suenan las sirenas que indican que algún o varios misiles vienen en camino.
El 22 de junio de 2025 fue uno de esos días. En la llamada “Guerra de los doce días”, Israel y Estados Unidos habían atacado instalaciones nucleares iraníes e Irán había devuelto el fuego, lanzando decenas de misiles contra Israel. Varias zonas residenciales de Tel Aviv y en otras ciudades resultaron impactadas; 30 personas fallecieron y al menos 23 personas quedaron heridas. En Tel Aviv resultaron con daños severos varios edificios de Ramat Aviv,incluido el de Weisman. Fue una mañana de concreto roto y vidrios pulverizados que dejó a miles de israelíes sin casas, aunque con vida.
Hadar Weisman frente a lo que solía ser el panel de electricidad de su hogar. Foto: Gentileza
Misma sirena, diferente final
Aquella mañana, a las 7:23, tocaron a la puerta de Weisman. Eran los repartidores de un gavetero que había pedido una semana antes. Lo pusieron en el dormitorio. Apenas salieron, sonó la alerta. “Estamos muy acostumbrados a entrar al cuarto seguro”, cuenta Weisman. “Con los niños lo hacemos desde antes del 7 de octubre (del 2023 cuando terroristas de Hamás atacaron Israel)”.
Todos en casa de Weisman estaban ya vestidos y despiertos por el ruido de los obreros, así que caminaron con calma hacia la mamád, la habitación reforzada que muchos israelíes tienen en sus casas para protegerse de los misiles. El impacto llegó minutos después. El misil cayó entre los edificios de la cuadra. Ninguna estructura recibió un golpe directo, pero el golpe de la onda expansiva convirtió la casa en escombros. “Todo el edificio se sacudió y se cortó la luz”, recuerda Weisman, doctora en economía y profesora de microeconomía en la Universidad de Tel Aviv que vivía en ese apartamento desde 2019. “Nos quedamos 45 minutos en la oscuridad, sin saber qué habría cuando abriéramos la puerta”.
Los misiles iraníes golpearon todo lo que tenía el apartamento, reventando cristales y paredes. Foto: Gentileza
Sentados con una bolsa de caramelos
Dentro del cuarto seguro, un detalle dominguero: la tapa plástica del conducto del aire acondicionado salió volando y por ahí entraron polvo y residuos del edificio tras el impacto. Sentados en un colchón, con el teléfono en una mano y una bolsa de caramelos en la otra, los padres usaron el tiempo para hacer llamadas y tranquilizar a los niños. El mayor, de nueve años, lloró pensando en sus juguetes.
El impacto en el más pequeño, su hijo de tres años y medio, se mide más allá de una preocupación por sus cosas. En sí, el niño siempre pregunta la ubicación del cuarto seguro —como quien pregunta por el baño— cuando llega de visita a una casa desconocida. “Es una forma de vida y no debería serlo”, dice visiblemente emocionada Weisman. “No es manera de criar a nuestros hijos”.
Parte del techo del departamento, el cual fue mayormente impactado. Al salir del búnker, Weisman dijo que temía que el techo completo se cayera. Foto: Gentileza
Afuera, el grupo de WhatsApp del edificio se convirtió en un mapa humano. Vecinos reportaban quién estaba adentro y quién estaba en la calle para que los equipos de rescate no perdieran tiempo en búsquedas inútiles. Policías, bomberos y la unidad de rescate de la Fuerza de Defensa israelí subieron piso por piso. Forzaron la puerta acorazada del quinto piso, que quedó doblada, del apartamento de los Weisman. “Menos mal que esperamos”, dice. “Si hubiéramos intentado salir, el corredor estaba cubierto de muebles y cosas caídas. Nos habrían caído encima”.
Hay que mantener la rutina
El edificio de Weisman es uno de los más nuevos en el barrio y sus cimientos resistieron mejor que otros. Otros en la cuadra, no tanto. La familia pasó dos semanas en un hotel y luego consiguió un subarriendo en el mismo barrio para que los niños siguieran asistiendo a su misma escuela y su kínder. “Volveremos, dicen que para Pascua”, explica, con ese optimismo que nace de una rutina resistente. “Creo que será más tarde, quizá en julio”, añade con una sonrisa corta, como quien ya aprendió a negociar con la incertidumbre.
Uno de los baños de la casa, donde el impacto afuera derribó paredes y quebró cerámica.
El ataque del 22 de junio fue parte de una escalada de doce días que cruzó fronteras y agendas políticas. Para Weisman, sin embargo, la política se traduce en una caminata sabatina. Ella asiste cada sábado a las manifestaciones por la paz que se llevan a cabo en la avenida Begin de Tel Aviv, donde discurso tras discurso pide el fin de la guerra y el retorno de todos los rehenes. “Voy desde antes de octubre”, cuenta, refiriéndose al 7 de octubre del 2023. “Esto no puede seguir así. Incluso si alguien creyó que al principio había justificación, ya no se ve un final ni resultados positivos. Es la forma equivocada de hacer las cosas”.
Su crítica tiene varios destinatarios. A su gobierno, que a su juicio no ha ofrecido una salida real ni ha priorizado un acuerdo para los rehenes capturados en el ataque del 7 de octubre. A Hamás, “una organización terrible, mala para Israel y aún peor para los gazatíes”. Y a cualquiera que crea que “disparar es mejor que hablar”, o que la vida de alguien vale menos que “un pedazo de tierra”. “Es inexcusable porque es obra humana”, dice Weisman, y la frase le tiembla en la garganta.
El impacto de los misiles quebró el horno de Weisman. Foto: Gentileza
La confianza, admite, ya estaba dañada antes de octubre. “Siguen intentando cambiar el Estado de derecho en medio de la guerra”, señala Weisman sobre las modificaciones constitucionales que el gobierno trata de implantar para fortalecer los poderes ejecutivos y legislativos a expensa del judicial, algo que ha creado malestar en sectores de la sociedad israelí. Weisman escucha rumores sobre comicios, sospechas de fraude y un clima que erosiona las instituciones. Aun así, la decisión íntima no es simple. “Si nos paramos y decimos que esto es demasiado y nos vamos, ¿quién se queda? ¿Los que creen que esto está bien? Tampoco quiero que mi hijo cargue con esto”. Lo discuten en casa, una y otra vez.
Los vecinos de Weisman perdieron toda la estructura externa de su hogar. Según ella, la razón por la cual ella y su familia se salvaron de esta experiencia fue por la antigüedad de su hogar. Foto: Gentileza
Como casas de muñecas
Al volver a su apartamento en ruinas para recoger papeles y ropa, Weisman mira por la ventana y ve fachadas abiertas como casas de muñecas. Luego baja la mirada al pasillo, donde antes no se podía caminar sin tropezar, y recuerda la lección que repite a los niños: Hay una alarma. Se hace lo que toca. La vida va primero. “Estamos bien”, les dice. “La casa es solo cosas”.
La normalidad se despega a veces en pequeños gestos. Volver al subarriendo con mochilas y bolsas. Hacer la tarea de matemática. Preparar una cena sencilla. Y sí, repetir las reglas: por favor y gracias, respetar a los mayores, así se agarra un tenedor. Y esa otra, más urgente y aprendida a la fuerza, que suena como un juego pero enseña a sobrevivir: Sirenas en el aire. Un minuto y medio. Respira. Vete al búnker. Cierra su puerta reforzada. Espera. Vuelve a salir. Sigue adelante.
Informe sobre DD. HH. elogia a El Salvador y condena a Brasil
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Estados Unidos publicó ayer martes un informe sobre derechos humanos en el mundo adaptado a las prioridades del presidente Donald Trump en el que ensalza a sus aliados, como El Salvador, y fustiga a los que considera rivales como Brasil.
Este informe anual suele generar polémica independientemente del partido en el poder, pero este año el Departamento de Estado ajustó la parte redactada por el gobierno del expresidente demócrata Joe Biden, por ejemplo, en lo relacionado con las políticas favorables a la diversidad o el aborto. En política extranjera pasó otro tanto. Washington arremete contra países con los que mantiene una relación tensa como Sudáfrica o Brasil.
“La situación de los derechos humanos en Brasil se deterioró” en 2024, se lee en el texto días después de que Estados Unidos impusiera aranceles del 50 % al país por lo que considera una “caza de brujas” contra el expresidente ultraderechista Jair Bolsonaro, juzgado por una presunta intentona golpista en 2022.
El gobierno del presidente Luiz Inácio Lula da Silva “socavó el debate democrático” y reprimió “de manera desproporcionada la expresión de los partidarios” de Bolsonaro, así como de periodistas y políticos, añade este informe, solicitado anualmente por el Congreso.
Los tribunales brasileños adoptaron medidas “desproporcionadas para socavar la libertad de expresión” y en internet, sostiene Washington, que sancionó recientemente al juez de la Corte Suprema de Brasil Alexandre de Moraes, a cargo del juicio contra Bolsonaro.
En la lista de los malos alumnos de América Latina Washington también incluye a Venezuela y Nicaragua, donde dice que la situación de los derechos humanos “empeoró” el año pasado. No ve “cambios significativos” en Cuba, otro país latinoamericano muy criticado por el jefe de la diplomacia Marco Rubio.
También salen mal parados algunos de los aliados europeos de Estados Unidos como Reino Unido, Alemania o Francia, donde considera que la situación se ha deteriorado, principalmente en lo relativo a la libertad de expresión. No ve cambios en España. No es la primera vez que la administración Trump ve presunta censura en Europa.
El vicepresidente JD Vance dejó atónitos a los alemanes y a los europeos en general con un discurso pronunciado en Múnich (sur) a mediados de febrero, en el que afirmó que la libertad de expresión está “retrocediendo” en Europa, en particular en Alemania. Por el contrario, Trump ve con muy buenos ojos la gestión del presidente salvadoreño Nayib Bukele, un gran aliado del republicano en su lucha contra la inmigración ilegal que se prestó a encarcelar a migrantes deportados por Estados Unidos a cambio de dinero.
“No hubo informes creíbles de abusos significativos de los derechos humanos” en el país, afirma el Departamento de Estado. “Los informes de violencia de pandillas se mantuvieron en un mínimo histórico bajo el estado de excepción” gracias a las “detenciones masivas”, añade. Este panorama apologético contrasta con las denuncias de las oenegés y de los migrantes detenidos en el Centro de Confinamiento del Terrorismo (Cecot) de El Salvador, adonde Trump expulsó en marzo a más de 250 venezolanos a los que acusó de pertenecer a la pandilla Tren de Aragua, antes de que fueran liberados como parte de un canje.
Una vez en libertad, varios de estos migrantes contaron a la AFP haber vivido un infierno con palizas constantes, comida podrida y celdas de castigo diminutas. Además, en un informe de julio de 2024, Human Rights Watch documentó violaciones de los derechos humanos contra niños en el Salvador.
Otra oenegé, Socorro Jurídico Humanitario, denunció incluso ante la Corte Penal Internacional (CPI) casos de torturas, desapariciones de personas y muertes de presos en este país bajo el régimen de excepción invocado por Bukele como parte de su “guerra” contra las pandillas.
Israel, otro gran aliado de Trump, se beneficia de las alteraciones. Washington reconoce casos de arrestos arbitrarios y asesinatos por parte de Israel, pero afirma que las autoridades tomaron “medidas creíbles” para identificar a sus responsables. Senadores demócratas expresaron hace meses su preocupación por los cambios introducidos en el informe que, según ellos, perjudican la credibilidad de Estados Unidos.
El Dr. Antonio "Tony" Garrastazu del Instituto Republicano Internacional (IRI) de EE.UU está de visita en el Paraguay buscando fortalecer los temas para la Cumbre de las Américas. Foto: Néstor Soto.
Paraguay fortalece la agenda democrática camino a la Cumbre de las Américas
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Con el objetivo de avanzar en el fortalecimiento de la próxima Cumbre de las Américas, que se llevará a cabo en República Dominicana, se encuentra en nuestro país de visita el doctor Antonio “Tony” Garrastazu, director Regional para América Latina y el Caribe en el Instituto Republicano Internacional (IRI); una organización que apoya los valores del Partido Republicano de los EE.UU.
En una charla exclusiva con La Nación/Nación Media, Garrastazu destacó que el propósito de este viaje, como instituto en Washington, es avanzar en ese camino hacia la Cumbre de las Américas que se llevará a cabo en diciembre próximo.
Por ello, tienen previsto para este miércoles 13 de agosto un encuentro con miembros del Poder Ejecutivo, encabezado por el presidente Santiago Peña, junto con el canciller nacional Rubén Ramírez, y otros miembros del gabinete. Además, se prevé la participación de los líderes de ambas cámaras del Congreso, así como representantes del sector privado.
“Vamos a tener una mesa redonda, donde van a haber varios actores clave, con la presencia del presidente Peña; esa es una gran apertura para nosotros para poder hablar sobre la integración regional. ¿Por qué es tan importante?, para poder contrarrestar estas influencias malignas, como es el Partido Comunista alrededor del mundo”, expresó.
En ese marco, señaló que están haciendo una gira por la región que inició en junio pasado en Miami, y se extenderá hasta diciembre. Indicó que ya estuvieron por República Dominicana, ahora están en Paraguay, y luego visitarán Argentina. Resaltó que estas visitas están enfocadas en diferentes pilares que serán puntos principales durante la Cumbre de las Américas.
Señaló que estos temas estarán enfocados en cómo contrarrestar las influencias de los países con dictaduras como Cuba, Venezuela y Nicaragua; frente a las naciones que son democráticas.
El doctor Garrastazu destacó el papel estratégico de Paraguay como único país sudamericano que mantiene relaciones diplomáticas formales con Taiwán. Foto: Néstor Soto.
“Somos una Nación que nos enfocamos en fortalecer las democracias. Pero estamos en Paraguay, no solamente por la integración regional, sino también analizar cómo contrarrestar la influencia de China en la región”, indicó.
Otro pilar de la Cumbre será el aspecto económico, que será el tema que se concentrarán en la visita en la Argentina. “Tomaremos todos estos insumos de las iniciativas que surjan que será la plataforma, para la cumbre de los presidentes en República Dominicana”, indicó.
Socio estratégico
El doctor Garrastazu destacó el papel estratégico de Paraguay como único país sudamericano que mantiene relaciones diplomáticas formales con Taiwán y una fuerte alianza de cooperación estratégica con la administración del presidente Donald Trump.
Remarcó que el Paraguay es un socio clave, no solamente para su país, Estados Unidos y toda la región. “Creo que hay un liderazgo muy fuerte en esta administración, del presidente Santiago Peña. Demostró en lo que está haciendo, por ejemplo, en temas de fortalecimiento con Taiwán; el cual recuerdo que fue un tema clave durante las elecciones, que imagino fue un tema muy complicado por tantas presiones agrícolas”, acotó.
Garrastazu destacó que el gobierno actual está demostrando un liderazgo fuerte hacia la democracia; lo cual consideró importante el poder trabajar con los aliados democráticos del mundo y obviamente de la región.
“La administración de Peña ha hecho, y está haciendo unos esfuerzos bien fuertes en términos de facilitar los procedimientos de aduanas. Creo que es algo muy relevante. O sea, este tipo de liderazgo que se está viendo, yo creo que tiene mucho que ver para fortalecer la integración de nuestra región”, destacó.
DATOS CLAVES
PhD Antonio “Tony” Garrastazu
Director sénior para América Latina y el Caribe del Instituto Republicano Internacional.
Supervisa programas en más de 20 países centrados en la gobernanza, el fortalecimiento legislativo, la inclusión política y las elecciones libres y justas.
Con más de 20 años de experiencia internacional, ha dirigido diversos programas empresariales, gubernamentales y académicos.
Ocupó cargos en gestión de alianzas público-privadas (Globalvia).
Fue director ejecutivo de la Cámara de Comercio España‑EE. UU.
Trabajó en diplomacia económica para el estado de Florida.
Colaboró con la Fundación Paraguaya en desarrollo internacional thedialogue.org.
El presidente Donald Trump anunció ayer lunes que las autoridades federales asumirán el control de la seguridad de la capital de Estados Unidos y desplegará a la guardia nacional para “limpiarla” de la delincuencia de las “pandillas violentas”. A pesar de que las cifras oficiales dan cuenta de una disminución de los delitos violentos en Washington los republicanos aseguran que esta ciudad gobernada por los demócratas tiene índices elevados de delincuencia y de personas sin techo.
Trump prevé combatirlo con medidas drásticas como las aplicadas contra la inmigración ilegal en la frontera con México o los manifestantes que protestaron en junio en Los Ángeles contra las redadas migratorias. “Hoy es el Día de la Liberación en Washington D.C. y vamos a recuperar nuestra capital”, prometió Trump en una rueda de prensa en la Casa Blanca.
El presidente republicano de 79 años también comparó la situación en la capital con la de “algunos de los lugares considerados los peores del mundo” en términos de inseguridad. Citó varias capitales latinoamericanas, como Ciudad de Panamá, Brasilia, San José, Bogotá, Ciudad de México o Lima.
“¿Quieres vivir en lugares así? No lo creo. No lo creo”, dijo en una sala abarrotada de periodistas. Trump anunció el despliegue inicial de 800 efectivos de la guardia nacional, un cuerpo de reserva, “para ayudar a restablecer el orden público en Washington” y “si es necesario” movilizará a los militares.
Amenazó con ampliar su iniciativa más allá de Washington, donde decretó el estado de emergencia. “Empezamos con mucha fuerza en Washington D. C. y vamos a limpiarlo rápidamente, muy rápidamente”, dijo. Para su gusto la policía y los fiscales no son lo suficientemente duros contra la delincuencia en la capital, donde, según el gobierno del expresidente demócrata Joe Biden, los delitos violentos alcanzaron en 2024 su nivel más bajo en más de 30 años.
El millonario republicano también promete expulsar a los sin techo. El Departamento de Vivienda afirma que en 2024 Washington figuraba entre las 15 urbes estadounidenses con el mayor número de personas sin hogar: 5.600 registradas.
“Se está convirtiendo en una situación de total anarquía. También nos deshacemos de las barriadas (...) Nos estamos deshaciendo de ellos. Sé que no es políticamente correcto”, reconoció. Trump estaba acompañado por parte de su gabinete, incluido el jefe del Pentágono, Pete Hegseth.
“Siguiendo sus instrucciones esta mañana hemos movilizado a la guardia nacional de Washington D. C.” que se desplegará en las calles “la próxima semana”, dijo el secretario de Defensa. Precisó que están preparados para recurrir a “unidades especializadas”.
En un comunicado el líder de la minoría demócrata en la Cámara de Representantes, Hakeem Jeffries, criticó duramente la decisión de Trump. “La administración Trump ha infringido la ley y violado la Constitución sistemáticamente para impulsar la agenda personal y política de un aspirante a rey”, condenó. Y calificó al presidente y a los republicanos de “cobardes”.
“Un espectáculo”
Decenas de personas se congregaron frente a la Casa Blanca para condenar el anuncio. “Trump debe irse ya”, se leía en algunas pancartas. “DC dice libertad, no fascismo”, escribió en un cartel Elizabeth Critchley, una jubilada de 62 años sobre esta ciudad que no es un estado, sino un distrito federal bajo control directo del Congreso pese a poder elegir un consejo municipal desde 1973. “No hay ninguna necesidad de la Guardia Nacional aquí. No la hubo en California. Todo es un espectáculo. Es solo un gran teatro”, opina Critchley.