• Roma, Italia. AFP.

El fundador de Amazon, Jeff Bezos, y la expresentadora Lauren Sánchez intercambiarán sus alianzas el viernes en Venecia, dividida por el impacto de esta gran boda en una ciudad ya abarrotada de turistas. Los superyates de los famosos invitados navegan por la laguna y el famoso hotel Aman elegido por los novios, un palacio renacentista con un precio mínimo de 2.000 euros (2.340 dólares) por noche, ha colgado el cartel de completo.

“Esta boda es aceptable hasta cierto punto porque genera dinero, pero va contra la cultura y la naturaleza de la ciudad”, considera Chiara Trabuio, estudiante de 26 años que vive en Mestre, una localidad en tierra firme justo enfrente de Venecia. Según la prensa italiana, Bezos, de 61 años, y Sánchez, de 55, intercambiarán sus anillos y sus votos matrimoniales en la isla de San Giorgio Maggiore, situada frente al Arsenal, la antigua base naval de la ciudad. El sábado está previsto el gran baile.

Entre los invitados figuran la estrella de la telerrealidad Kim Kardashian, la hija del presidente estadounidense Ivanka Trump, la estrella del fútbol americano Tom Brady, la reina Rania de Jordania o la presentadora Oprah Winfrey, todos ellos vistos en la Ciudad de los Canales por fotógrafos de AFP.

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“Pequeño Montecarlo”

A pesar de las reticencias de parte de la población, las autoridades locales defendieron acoger la boda del magnate, uno de los hombres más ricos del mundo, que posee unos 215.000 millones de dólares en acciones de Amazon.

El presidente de la región, Luca Zaia, explicó que Bezos donará tres millones de euros (3,5 millones de dólares) a una asociación de protección de la laguna, la Universidad Internacional de Venecia y la Unesco.

“Espero que la chispa que ha prendido entre Bezos y Venecia pueda transformarse (...) en un compromiso constante a favor de la ciudad”, deseó.

Los dirigentes locales desvinculan la elección de Bezos del exceso de turismo contra el que ellos mismos han tomado múltiples medidas, como imponer el pago de un boleto de entrada para los visitantes diarios.

Unos 100.000 turistas duermen en la ciudad en temporada alta, pero también hay decenas de miles de visitantes que solo pasan el día en la ciudad. Al mismo tiempo, la población local se reduce.

Para Samuel Silvestri, un comerciante veneciano de 55 años, “el exceso de turismo está principalmente causado por la gente que solo viene un día con la mochila en la espalda y su comida y que contribuyen en muy poco a la ciudad”.

“No quienes transforman Venecia en un pequeño Montecarlo”, el célebre y exclusivo barrio de Mónaco, continúa. “Esta boda moldea también la imagen de la ciudad”, asegura.

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“Venecia no está en venta”

Pero parte de los habitantes se oponen a los festejos bajo el colectivo “No space for Bezos” (No hay espacio para Bezos). “Venecia no está en venta”, gritaban algunos activistas en una manifestación el martes.

“Esta boda causa problemas en la ciudad: además de cierres de canales y controles más estrictos, hubo también una represión a los miembros de Extinction Rebellion”, una organización ecologista, denunció Alice Bazzoli, una militante de 24 años de “No space for Bezos”.

El prefecto de Venecia, Darco Pellos, aseguró a AFP que “no hay ninguna intención de bloquear la ciudad”. Según él, el evento no precisó de ningún “refuerzo” policial respecto al dispositivo habitual de la temporada de verano.

Bezos no es el primer famoso en casarse en Venecia. Hace once años lo hicieron el actor estadounidense George Clooney y la abogada Amal Alamuddin sin causar tanto revuelo.

Pero el perfil de Bezos genera más divisiones por su inmensa fortuna y por las críticas por trato que Amazon da a sus trabajadores o el impacto medioambiental de su empresa aeroespacial Blue Origin. Greenpeace ha denunciado precisamente el daño ecológico del enlace, al que muchos invitados llegaron en jet privado, justo cuando el frágil equilibrio de Venecia “se hunde bajo el peso de la crisis climática”.

Yates, estrellas y VIP

Estrellas de moda, actores y pesos pesados del sector tecnológico se mezclan ayer jueves con los turistas en Venecia, donde el multimillonario Jeff Bezos, presidente ejecutivo de Amazon, celebrará su suntuosa boda, un evento que suscita curiosidad, pero divide a la población local. Las festividades de Bezos y su futura esposa Lauren Sánchez empiezan el jueves y terminarán el sábado con una ceremonia en un lugar secreto por razones de seguridad.

Según la prensa italiana, ambos intercambiarán el viernes alianzas y votos en la isla de San Giorgio Maggiore, frente al Arsenale, donde un gran baile se anunció para el sábado. Mientras tanto, los invitados viajan de una isla a otra a bordo de las famosas lanchas venecianas, flanqueados por sus guardaespaldas. Le siguen otras embarcaciones alquiladas a precio de oro por medios de comunicación de todo el mundo.

Entre los cerca de 200 invitados figuran, según la prensa italiana, Leonardo DiCaprio, Elton John, Mick Jagger, Lady Gaga y Orlando Bloom. Los fotógrafos de AFP vieron a Ivanka Trump, la hija del presidente estadounidense, acompañada de su esposo Jared Kushner y sus hijos.

También a Kim Kardashian y otros miembros de su familia, al estilista estadounidense Spencer Antle, al inversor y exagente Michael Kives, a la presentadora estrella Oprah Winfrey y a la reina Rania de Jordania.

En la laguna, los yates se elevan ahora como catedrales de fibra de carbono y sus picos en forma de antena parabólica se confunden con las agujas de las iglesias, las cúpulas de los palacios y las aves marinas. Algunos celebran que el multimillonario haya elegido la zona para casarse. Pero otros denuncian la privatización de un frágil ecosistema lacustre, amenazado por un turismo excesivo y la subida del nivel del mar.

Christine Baker, una turista estadounidense de 51 años, lo considera “una exhibición excesiva de riqueza y codicia”. “Entiendo por qué la gente está disgustada”, declaró esta profesora a AFP. Adriana, una veneciana de 83 años, ve las fiestas como un regalo caído del cielo. “Todos ganan, los taxis (barcos), los hoteles de lujo. Si no se benefician ellos, ¿quién lo hará?”, afirma.

“Venecia no está en venta”

El derroche de lujo, sin embargo, suscita polémica en Venecia, donde parte de la población teme que los invitados hagan todavía más inhabitable una ciudad ya invadida por los turistas.

Unas 100.000 personas duermen en la ciudad durante la temporada alta, a las que se suman decenas de miles de visitantes al día, muchos de los cuales desembarcan de gigantescos cruceros mientras la población de la ciudad está en caída libre.

Hace once años, la boda del actor George Clooney no causó ningún revuelo en la laguna, pero Bezos, uno de los hombres más ricos del mundo, provoca más división, entre otras por la polémica en torno al trato que Amazon dispensa a sus empleados.

La huella de carbono de los invitados también plantea dudas, y la oenegé Greenpeace no deja de denunciar las asombrosas sumas gastadas en un momento en que el frágil equilibrio de Venecia “se hunde bajo el peso de la crisis climática”.

Un grupo de activistas de la oenegé desplegó el lunes una pancarta gigante en la plaza San Marco con una foto de Bezos riendo acompañado por el mensaje: “Si puedes alquilar Venecia para tu boda, puedes pagar más impuestos”.

En los últimos días fueron pegados afiches con la inscripción “No space for Bezos” (“No hay espacio para Bezos”). Y el martes, un grupo de activistas coreó “Venecia no está en venta” frente a una casa ocupada.

“Venecia es también un lugar donde la gente vive en empleos mal pagados y precarios, a menudo en el turismo”, declaró a la AFP Tommaso Cacciari, portavoz del grupo. Deploró la presencia “ostentosa” de yates “frente a los barrios populares” de la ciudad.

Simone Venturini, adjunto de Turismo del ayuntamiento veneciano, aseguró a AFP que “la boda de Bezos no tiene ninguna relación lógica con la cuestión del turismo excesivo” y no tendrá “ningún impacto en la ciudad”.

Construida a lo largo de los siglos sobre islotes en la laguna, Venecia introdujo una polémica tarifa de entrada para los visitantes de un día, pero algunos piden una política más ambiciosa para atajar la crisis de la vivienda, debida en gran parte a los alquileres turísticos. Bezos y Sánchez habrían pedido a sus invitados que no les hicieran regalos de boda. En su lugar, las donaciones se harán a la UNESCO “para preservar el patrimonio cultural irremplazable” de Venecia, según un comunicado de la pareja citado por los medios.

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