- Ciudad del Vaticano, Santa Sede. AFP.
El cardenal francés Dominique Mamberti, hombre de confianza del difunto papa Francisco, será el encargado a sus 73 años de pronunciar la famosa frase “Habemus papam” para anunciar la elección del nuevo pontífice. Como cardenal protodiácono --el purpurado de más antigüedad en este orden cardenalicio--, le corresponde realizar el anuncio desde el balcón de la logia de la basílica de San Pedro.
“Annuntio vobis gaudium magnum: Habemus papam!” (Les anuncio con gran alegría: ¡Tenemos papa!), debe gritar en latín antes de revelar la identidad del nuevo papa a la multitud de fieles congregados en la plaza de San Pedro. Mamberti nació en la ciudad marroquí de Marrakech el 7 de marzo de 1952 y fue ordenado sacerdote en 1981 en Francia. Este diplomado en Estudios Políticos y Derecho Público entró en el servicio diplomático de la Santa Sede en 1986.
Entre 1986 y 1990, trabajó en la nunciatura apostólica de Argelia, antes de Chile (1990-1993), la sede de Naciones Unidas en Nueva York (1993-1996) y Líbano (1996-1999). A continuación, estuvo tres años en El Vaticano como consejero en la Secretaría de Estado para las relaciones con la ONU.
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A partir de 2002, ejerció como nuncio apostólico -embajador- en Sudán, Eritrea y Somalia. Y, por su experiencia diplomática, Benedicto XVI lo nombró en 2006 en el puesto de “ministro de Relaciones Exteriores” del Vaticano. Francisco lo designó en noviembre de 2014 como prefecto del Tribunal Supremo de la Signatura Apostólica, uno de los más altos puestos de la jerarquía pontificia.
El jesuita argentino lo elevó pocos meses después al rango de cardenal. Este hombre famoso por su discreción y su experiencia es uno de los 133 cardenales electores, menores de 80 años, que escogerán al sucesor del primer papa latinoamericano.
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“¡Nunca más la guerra!”: el papa pidió por la paz en Ucrania y Gaza
El papa León XIV llamó este domingo al mundo a evitar el “dramático escenario” de una tercera guerra mundial e hizo llamados a la paz en Ucrania y Gaza en la misma línea de su antecesor Francisco.
El pontífice nacido en Estados Unidos y nacionalizado peruano encabezó su primera bendición dominical en la plaza de San Pedro, que tradicionalmente sirve de ventana a los pontífices para abordar temas de interés mundial. El otrora cardenal Robert Francis Prevost realizó su segunda aparición en el balcón de la basílica de San Pedro desde su elección el jueves como 267º sumo pontífice, con motivo de la oración Regina Coeli ante miles de fieles.
“En el dramático escenario actual de una Tercera Guerra Mundial fragmentada, como el papa Francisco ha afirmado varias veces, me dirijo también a los grandes del mundo, repitiendo el llamamiento siempre presente: ¡Nunca más la guerra!”, dijo tras la oración.
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León XIV, de 69 años, ya hizo múltiples llamamientos a la paz en su primera aparición pública, pocas horas después de su elección. Entre la multitud estaba sor Geneviève, la monja francesa que se hizo famosa en el mundo tras romper el protocolo para recogerse ante el ataúd del fallecido pontífice argentino que era su amigo.
La religiosa acogió con satisfacción el resultado del cónclave y el primer mensaje. “Es la continuidad de Francisco”, dijo a la AFP. Cardenales y expertos ven a León XIV en el molde de Francisco, cuya tumba visitó el sábado. Destacan su compromiso con los pobres y desfavorecidos y por poner el foco en áreas de la Iglesia lejanas a Roma. Aunque al mismo tiempo consideran al primer papa agustino más moderado que el impulsivo jesuita argentino.
“Paz verdadera”
“Llevo en el corazón los sufrimientos del amado pueblo ucraniano que se haga todo lo posible para alcanzar cuanto antes una paz verdadera, justa y duradera”, señaló el papa. El mensaje llegó poco después de que el presidente ruso, Vladimir Putin, propusiera negociaciones directas con Ucrania el 15 de mayo en Estambul, una “señal positiva” para su par ucraniano, Volodimir Zelenski.
El pontífice señaló además que estaba “profundamente entristecido por lo que ha sucedido en la Franja de Gaza” y pidió un “cese al fuego inmediato”. “Ofrezcamos ayuda humanitaria a la población civil” y “liberemos a todos los rehenes”, siguió.
Israel lanzó una ofensiva en Gaza en respuesta al ataque del movimiento islamista Hamás el 7 de octubre de 2023 en suelo israelí, que dejó 1.218 muertos, en su mayoría civiles, según un recuento de AFP basado en datos oficiales. Las represalias israelíes por su parte han causado al menos 52.810 muertos en Gaza, la mayoría civiles, según datos del ministerio de Salud de Hamás, considerados fiables por la ONU.
El papa saludó además el alto al fuego entre India y Pakistán y apostó por “un acuerdo duradero”. En su último discurso desde la plaza de San Pedro, Francisco llamó de nuevo a la paz, por lo que muchos fieles se sintieron aliviados de escuchar que el nuevo pontífice retoma estos temas.
“A mí me ha gustado que siga esa línea del último discurso de Pascua del papa Francisco”, aseguró Gloria Rojas Quintana, una española de 26 años y estudiante de doctorado de Derecho Romano en Roma. “Ha sido bastante sorprendente”, agregó.
“La Iglesia los necesita”
León XIV asume el liderazgo de una Iglesia con más de 1.400 millones de fieles, que aparece dividida y enfrenta numerosos desafíos, como la crisis de vocaciones, el papel de las mujeres y los casos de agresiones sexuales. En su oración llamó a los jóvenes a dedicarse a la vida religiosa y pidió a la Iglesia que les ofrezca “modelos creíbles” para aumentar las vocaciones. “¡La Iglesia los necesita!”, pidió.
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Fue un tema que abordó más temprano en la misa que ofició en las grutas vaticanas, donde reposan los restos del apóstol San Pedro. “Debemos ser valientes en el testimonio que damos, con nuestras palabras y sobre todo con nuestras vidas (...), sirviendo a veces con grandes sacrificios”, apuntó en su homilía.
“Es importante que todos aprendamos a escuchar cada vez más, a entrar en diálogo”, a “saber tender puentes, saber escuchar para no juzgar, no cerrar puertas”. León XIV tiene prevista una rueda de prensa el lunes con medios internacionales, seis días de su misa de entronización en la basílica de San Pedro.
Fuente: AFP
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Miles de fieles peruanos rindieron homenaje a León XIV en una misa en Chiclayo
Miles de fieles rindieron homenaje al nuevo papa León XIV ayer sábado en la catedral de la ciudad peruana de Chiclayo, donde fue obispo de la diócesis.
“La ciudad de la amistad, ciudad eucarística, acompañó en su peregrinar al santo padre León XIV para que ahora acompañe y guíe a la Iglesia universal desde Chiclayo, desde América Latina, el continente de la esperanza para el mundo entero”, dijo frente a una multitud el actual obispo de la diócesis, Edinson Farfan.
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Robert Francis Prevost, nacido en Estados Unidos residió en el país andino y obtuvo la nacionalidad en 2015. Estuvo al frente de la diócesis de Chiclayo entre 2015 y 2023. “Papa, amigo, Chiclayo está contigo”, corearon varias veces los fieles asistentes al oficio en medio de aplausos de júbilo.
“Cercanía”
Rodeado por decenas de sacerdotes, Farfán subrayó “la cercanía” del papa “con los pobres, con los mas vulnerables, con los que sufren, los migrantes, los refugiados, es un hombre profundamente sensible a la justicia social”, dijo.
Chiclayo “es un pueblo sencillo que él amó profundamente y que sigue llevando en su corazón y, seguro, haremos la invitación para que nos visite”, lanzó Farfán al nuevo papa. “Su santidad León XIV es un pontífice preparado, equilibrado, con capacidad de gobierno, pero sobre todo con un corazón grande, abierto para acoger a todos”, agregó el obispo.
La misa fue retransmitida por medio de dos pantallas gigantes ante miles de personas que se congregaron en la catedral de Santa María. “Como todos los chiclayanos estamos muy contentos al saber que ahora el actual papa es un chiclayano”, dijo a la AFP María Elena Laboriano, de 45 años, presente en la primera fila de la celebración.
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“Yo siento una sensación tan enorme, tan grande no lo puedo explicar, una alegría inmensa”, dijo por su parte Noemi Pardo, de 50 años. Durante su primer discurso desde el Vaticano el jueves, el papa de 69 años saludó brevemente en español a su “querida diócesis de Chiclayo”, en homenaje a su “pueblo fiel”.
Fuente: AFP
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León XIV quiere seguir el camino de Francisco
El papa León XIV visitó ayer sábado la tumba de su predecesor Francisco tras pronunciar un discurso ante los cardenales, en el que se declaró “humilde siervo de Dios” y afirmó querer seguir el camino trazado por el jesuita argentino.
Durante la jornada León XIV, quien pertenece a la Orden de San Agustín, también visitó la basílica de Nuestra Señora del Buen Consejo de Genazzano, a 50 kilómetros al sureste de Roma, indicó El Vaticano.
Antes, en una reunión de cardenales en la Santa Sede, el 267.º pontífice de la Iglesia católica dio algunas pistas sobre sus prioridades y estilo. El nuevo papa fue ovacionado al entrar en la sala de conferencias vestido con una túnica papal blanca, según muestra un video difundido por el Vaticano.
Nacido en Estados Unidos y nacionalizado peruano, el pontífice explicó que la elección de su nombre papal refleja su compromiso con las causas sociales defendidas por León XIII, que durante el siglo XIX fue un decidido defensor de los derechos de los trabajadores.
“Pensé tomar el nombre de León XIV. Hay varias razones, pero la principal es porque el papa León XIII, con la histórica Encíclica Rerum novarum, afrontó la cuestión social en el contexto de la primera gran revolución industrial”, declaró el pontífice de 69 años.
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León XIV: el flamante papa que como Francisco asume “la vida como viene”
- Ricardo Rivas
- X: @RtrivasRivas
- Fotos: Archivo/AFP
Los 69 años del nuevo pontífice permiten imaginar que lo será por mucho tiempo. A diferencia de los monarcas y jefes de Estado de su tiempo, sus responsabilidades irán más allá de los mandatos constitucionales. Sin duda será un arquitecto relevante de la aldea global de hoy y de mañana.
“A papa muerto, papa puesto”, dijo con calma y muy lentamente un anciano casi centenario, de misa diaria, en el atrio de una pequeña capilla ubicada en los suburbios de un pueblito bonaerense en el momento en que la única campana de ese templo comunitario católico sacudió la siesta con fuerza inusual y en una hora imprevista.
Desde el Vaticano, en la tele de un bodegón olvidable, el cardenal protodiácono Dominique Mamberti (73) expresó solemnemente: “Annuntio vobis gaudium magnum: ¡Habemus papam!”.
El Premio Nobel de la Paz 1980, Adolfo Pérez Esquivel (93), sonrió con satisfacción. “¡Un gringo!”, dijo. “Hoy mismo le voy a escribir”, agregó mi tan querido como viejo amigo y maestro que alguna vez me dijo que con Francisco “supimos construir una amistad”.
El elegido, Robert Francis Prevost (69), es un hombre joven. De la orden de los frailes agustinos. Entre 2000 y 2004 vino con frecuencia a la Argentina, visitó Salta, Jujuy, Catamarca, Tucumán y se alojó en avenida Las Heras al 2500 cuando pernoctó en Buenos Aires.
MISIÓN
Heredero de san Agustín, como él sostiene que el hombre “tiene un corazón y un alma”. En la montaña prefiere andar a lomo de mula y no le gusta caminar en soledad. “Me habéis llamado para llevar una cruz y para ser bendecido con esta misión y quiero que vosotros caminéis conmigo”, dijo en la primera misa que celebró como pontífice el viernes en la Capilla Sixtina. Aunque, en ese mismo templo histórico, formalmente oficiará nuevamente para iniciar su pontificado el 18 de mayo próximo.
Es muy probable que para entonces regresen a la Santa Sede presidentes, monarcas, jefes y jefas de Estado, delegaciones de otros credos para acompañar a quien –desde el jueves– es León XIV.
Una clara definición ideológica. León XIII –Gioacchino Vincenzo Raffaele Luigi Pecci–, pontífice entre 1878 y 1903, nacido el 2 de marzo de 1810 y fallecido el 20 de julio de 1903, también es llamado “el papa de los obreros”.
De su encíclica “Rerum novarun” (Cosas Nuevas), se desprende la doctrina social de la Iglesia, que apunta a la dignidad humana y, en ese contexto, aboga por la justicia social. Eran aquellos los tiempos de la Revolución Industrial. El salario justo y las condiciones laborales eran los temas centrales en el debate de las organizaciones obreras. ¿Cómo hoy?
CAMINO PROBABLE
León XIII abogaba por sindicatos católicos del tipo de la Central Latinoamericana de Trabajadores (CLAT). El probable camino de León XIV pareciera estar claramente definido por él mismo. “¡La paz esté con todos ustedes!, queridísimos hermanos y hermanas”, fueron las primeras palabras que expresó públicamente cuando con el hábito blanco se dirigió a quienes se encontraban en la plaza de San Pedro, aunque, en verdad, se expresaba “urbi et orbi”.
Fue breve y preciso. Al momento de bendecir, recordó la “voz débil pero siempre valiente del papa Francisco” cuando unas pocas horas antes de morir bendijo “al mundo entero”. Con esa perspectiva emergente de ese ejercicio de memoria reciente, León XIV fue más allá: “Permítanme dar continuidad a esa misma bendición” del pontífice que lo precedió.
En diálogo franco con el pueblo de Roma –ciudad de la que también es obispo– exhortó a la unidad “para ser un solo pueblo siempre en paz” y dio “¡gracias al papa Francisco!”.
Sabe de qué habla. Fue mediador en procura de la paz en Sudán, Somalia y Eritrea. Compenetrado con la Agenda 2030, trabaja intensamente en la promoción y defensa de los derechos humanos y el desarrollo sostenible al tiempo que aboga por la libertad religiosa.
Su palabra y acción permiten imaginar que, como Francisco, asume “la vida como viene”. En la Argentina, la Conferencia Episcopal (CEA) está reunida en la Casa de Retiros El Cenáculo-La Montonera, en la localidad bonaerense de Pilar, unos 68 kilómetros al norte de Buenos Aires.
JÚBILO
La elección de León XIV –que allí se siguió en tiempo real– fue celebrada con aplausos y vítores con reminiscencia futbolística. Hubo “abrazos de gol”, como gustaba decir Roberto Alfredo Perfumo (1942-2016), aquel enormísimo defensor del Racing Club al que también llamábamos el Mariscal.
Inglés, español, italiano son las tres lenguas en las que se ha expresado públicamente desde que dejó de lado su nombre de bautismo el que ahora es León XIV. Estadounidense nativo de Chicago y peruano por opción, extraña jugar tenis.
“Me considero un tenista aficionado. Desde que salí de Perú he tenido pocas ocasiones de practicarlo, así que tengo muchas ganas de volver a la pista. Mi nuevo trabajo (cardenal entonces) no me ha dejado mucho tiempo libre para ello hasta ahora”, reconoció poco tiempo atrás cuando fue entrevistado en augustinianorder.org, un portal de la Orden Agustiniana.
Deplora lo que percibe como un retroceso de la fe en favor de “otras certezas como la tecnología, el dinero, el éxito, el poder y el placer (…) porque la falta de fe conduce a menudo a la tragedia”.
LEGADO
El papa estadounidense y peruano como receptor del legado del papa Francisco ocupará buena parte del análisis en los tiempos que corren no solo entre las y los creyentes de la fe católica. También lo será entre quienes no tienen esa creencia y hasta entre quienes no creen, una característica bien diferente de las personas que se declaran ateas.
En los Estados Unidos, el presidente Donald Trump hizo público su beneplácito por la elección de su compatriota Prevost y asegura sentirse “honrado” con el nuevo pontífice.
El padre Robert Hagan, cercano al flamante papa, sostuvo en diálogo con la CNN que León XIV “representa todo lo que es bueno de ser estadounidense, el trabajar por la libertad, la justicia y la oportunidad para todas las personas, que son los valores principales sobre los que se fundó este país. Él es un instrumento, un promotor de todas las cosas buenas que tenemos en común”.
No se conoce hasta el momento de construir este texto cuántos votos acompañaron la elección del cardenal Prevost. Aunque es claro que fueron por lo menos 89. Atrás quedaron las absurdas especulaciones sobre cómo está constituido el Colegio Cardenalicio y que algunos de sus integrantes –provenientes de 71 países– nunca se habían visto personalmente.
Al parecer, tampoco fue impedimento para alcanzar los dos tercios de las voluntades electorales en su favor que muchos de quienes participaron del cónclave no hablaran más que en sus lenguas natales. No.
COMUNICACIÓN
¿Cómo se comunican… cómo dialogan?, le pregunté a un querido amigo monseñor que desde algunas décadas se encuentra en Roma, mientras compartíamos un par de cafés ristrettos, como solo los preparan los romanos. “El Espíritu Santo”, respondió con una leve sonrisa.
La memoria me retrotrajo hasta mis días de estudiante secundario cuando en el Instituto San Román –de los agustinos asuncionistas– en mi pueblo natal, el Bajo Belgrano –unos 1.200 kilómetros al sur de mi querida Asunción– los curas nos obligaban a leer el Libro de los Hechos de los Apóstoles.
“El día de Pentecostés, estaban todos unánimes juntos (…). Moraban entonces en Jerusalén judíos, varones piadosos, de todas las naciones bajo el cielo. Y hecho este estruendo, se juntó la multitud; y estaban confusos, porque cada uno les oía hablar en su propia lengua. Y estaban atónitos y maravillados, diciendo: Mirad, ¿no son galileos todos estos que hablan? ¿Cómo, pues, les oímos nosotros hablar cada uno en nuestra lengua en la que hemos nacido? Partos, medos, elamitas y los que habitamos en Mesopotamia, en Judea, en Capadocia, en el Ponto y en Asia, en Frigia y Panfilia, en Egipto y en las regiones de África más allá de Cirene, y romanos aquí residentes, tanto judíos como prosélitos, cretenses y árabes, les oímos hablar en nuestras lenguas las maravillas de Dios”.
¡Dale!, respondí incrédulo entonces. ¡Me arrepiento, amigo G!”. La cultura de las organizaciones –eclesiales o de cualquier tipo– son muy particulares y, en general, quienes no participan de ellas –y aun de buena fe– las incomprenden, las analizan o las ponderan con imprecisiones.
La literatura y el cine no pocas veces inducen a imaginar conspiraciones con pinceladas de tradiciones y misticismos que, como conductas humanas, claramente existen, pero no son una práctica constante.
RUMBO
Pero, una vez más, la muerte del papa Francisco, el desarrollo del cónclave y la elección de León XIV dejan claro que nada se detiene ni tampoco se pierde el rumbo en el devenir de la gestión vaticana que, técnicamente, es una monarquía teocrática soberana sobre un territorio de 44 manzanas que rodean a la que se conoce como la Colina Vaticana desde 1929, cuando se rubricó el Tratado de Letrán entre el Reino de Italia y el Vaticano.
Siempre ha sido así. Los procedimientos se cumplen y las tradiciones se respetan. Como el Tíber que, desde siempre en Ostia, a través de sus dos brazos –el Isola Sacra y el Fiumicino– incansablemente desagua en el Tirreno, la Iglesia sigue su camino.
Por ello, la elección de un papa no es un tema menor ni, mucho menos, una cuestión exclusivamente religiosa porque el pontífice lo es en su doble condición de líder de la Iglesia Universal y jefe de un Estado Vaticano, monárquico y teocrático –supérstite de los que fueran Estados Pontificios–, cuyo primer líder fue el papa Pío XI.
Es un país de 44 hectáreas de extensión ubicadas en torno de la Colina Vaticana, donde en la actualidad la población es de 500 personas, ya que en lo que corre de este año fallecieron 4 mujeres y un hombre, Francisco. En esa condición, como observador es parte de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), donde convergen 192 países, y de la Organización de los Estados Americanos (OEA), junto con 32 naciones.
Incrustado en territorio de la Unión Europea (UE), bloque regional constituido por 27 países y reinos, no es parte de él, sí es firmante del tratado que da lugar al que se conoce como Espacio Schengen y en él interactúan con el conjunto europeo en multiplicidad de cuestiones tales como migraciones, circulación de personas, emisión de documentos, fronteras, por solo mencionar algunos.
El Vaticano tiene un banco, poder judicial, un ejército de 135 efectivos, a los que conocemos como Guardia Suiza, que cumplen con esa misión desde 1506 cuando el papa era Julio II, tiene una Gendarmería Vaticana (la policía), que se ocupa de custodiar las fronteras; de investigar delitos; de ordenar el tráfico y de custodiar al pontífice, a los cardenales residentes, a la curia. Son esos “hombres de negro” que siempre caminan, trotan, corren al lado del papamóvil.
ATENCIÓN GLOBAL
Elegir un papa no es solo dirimir quién será el líder de la Iglesia Universal. No. A modo de ejemplo, para que quede claro. En la UE, el Estado Vaticano es el único que no tiene relaciones diplomáticas plenas con la República Popular China y sí las tiene con Taiwán. Pero, en los últimos años, por decisión de Francisco, en su rol de líder de la Iglesia Universal, alcanzó acuerdos religiosos –no políticos– con el presidente Xi Jinping para nombrar obispos.
Por todo esto y por la historia misma de los papas en el devenir de las naciones es que elegir un pontífice y jefe de Estado Vaticano se sigue con tanta atención global desde siempre.
Vale recordar el protagonismo del papa Juan XXIII junto con John Fitzgerald Kennedy y Nikita Kruschev, en octubre de 1962, para resolver la crisis de los misiles en Cuba, cuando el mundo estuvo cercano a una guerra nuclear.
O la activa mediación del papa san Juan Pablo II –a través del cardenal Samoré– que en diciembre de 1978 evitó que hubiera guerra entre Argentina y Chile; o cuál fue el rol de ese mismo pontífice cuando el presidente Ronald Reagan, luego de enfrentarse duramente con Mijail Gorbachov, provocó la disolución de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS); y mucho más acá en el tiempo, cuando el propio Francisco interactuó con el presidente Barak Obama para reducir el bloqueo a Cuba.
Habemus papam. León XIV. Los 69 años del flamante papa permiten imaginar que lo será por mucho tiempo. Que con excepción de los y las monarcas de su tiempo, sus responsabilidades irán más allá de los mandatos constitucionales de presidentes, jefas y jefes de Estado y de Gobierno hoy en ejercicio y con los que en el futuro tenga que interactuar. Claramente, será un arquitecto relevante de la aldea global de hoy y de mañana.