No había “elementos médicos” donde murió Maradona, dijo un policía
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San Isidro, Argentina. AFP.
No había “elementos médicos” ni “sueros” en la habitación donde Diego Maradona cumplía una internación domiciliaria tras una neurocirugía, aseguró ayer martes en un juicio en Buenos Aires el primer policía que ingresó a la casa del astro del fútbol tras su muerte hace cuatro años.
Cuatro uniformados dieron testimonio en un juzgado en San Isidro, en la periferia norte de la capital argentina, en el juicio a siete profesionales de la salud acusados por homicidio con dolo eventual, una figura que implica que eran conscientes de que su accionar podía ocasionar la muerte.
Lucas Farías, subcomisario de la policía bonaerense, relató a los tres jueces lo que vio cuando entró a la habitación de Maradona tras su muerte. “No vi elementos médicos en la habitación. No vi sueros que creo que tiene que tener una internación domiciliaria”, dijo el oficial.
“Lo que me llamó primero la atención de Diego Maradona era la posición boca arriba con el abdomen muy inflamado a punto de explotar”, añadió. “Me sorprendió verlo así a Maradona, no pensé nunca encontrarme con esa imagen”. Dijo además que en la habitación de Maradona “había desorden”, aunque en otro momento de su declaración consideró que era “el típico de una casa”.
Durante la audiencia se proyectó un video que muestra la escena de la vivienda del entonces DT de Gimnasia y Esgrima, incluida su habitación, tras su muerte el 25 de noviembre de 2020. Las imágenes lo muestran con el abdomen hinchado, vestido con una camiseta negra y short del club que dirigía.
Para el abogado Vadim Muschanchuk, defensor de la psiquiatra Agustina Cosachov, la audiencia fue “positiva” porque “tanto de los videos como de la declaración de los testigos se puede corroborar que la hinchazón en el abdomen de Maradona es de al menos cuatro horas posteriores a su muerte y después que le hayan hecho maniobras de reanimación”. Muschanchuk dijo además que no había suero en la habitación porque la internación de Maradona “no lo requería”.
Lucas Borge, quien entonces era jefe policial del departamento de Tigre, localidad donde murió Maradona, dijo que al llegar a la casa alrededor de las 14:00 (17:00 GMT) le llamó la atención “la cantidad de gente que había” y que “estaban todos en un patio”. “Estaban por grupitos separados, las hermanas en un lado, (la exesposa de Maradona) Claudia Villafañe con sus hijas, por otro; la enfermera con la psiquiatra”, dijo.
También relató haber visto a Maradona ya fallecido con “la panza muy hinchada” y declaró que no había una cama hospitalaria, hecho que pudo constatarse en el video. Es la primera ronda de testigos tras el comienzo el martes de la semana pasada del juicio contra el equipo médico de Maradona, quien falleció por un edema pulmonar durante su internación domiciliaria.
Borge dijo que, durante el peritaje a la habitación hecho por la policía científica, la única persona presente aparte del personal judicial y policial era una de las hijas del astro, Gianinna Maradona. En la apertura del proceso la semana pasada, el fiscal describió la internación como “temeraria, deficiente y sin precedentes” y describió el escenario de su muerte como “un teatro del horror”.
En la próxima audiencia, prevista para el jueves, declararán como testigos el médico Colin Campbell, vecino de Maradona que trató de reanimarlo, y Juan Carlos Pinto, médico que acudió con las ambulancias y fue quien firmó el certificado de defunción, además de otros dos testigos aún no confirmados por la fiscalía, informó el abogado querellante Fernando Burlando a la AFP. El juicio se prolongará menos hasta el 17 de julio. Se espera que declaren unos 120 testigos. Los acusados, que defienden su inocencia, arriesgan entre 8 y 25 años de prisión.
Mov Crew representa a Paraguay en Torneo del Reggaetón
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El colectivo de danzas urbanas Movimientos Crew (Mov Crew), originario de la ciudad de Julián Augusto Saldívar, participará en el Torneo Internacional del Reggaetón (TIR) Experience 2025, que se celebrará del 27 al 29 de junio en Buenos Aires (Argentina). El grupo prepara una puesta en escena cargada de energía y orgullo nacional tras consagrarse campeón en la categoría Adulto durante la eliminatoria nacional del TIR Paraguay en el 2024.
“Nuestra meta es que cada presentación sea un puente que conecte al mundo con la creatividad, la pasión y la resiliencia de la juventud paraguaya”, señala Natalia Valdez, directora ejecutiva de Mov Crew. “Llegamos a Buenos Aires decididos a dejar el nombre de Paraguay en lo más alto y a inspirar a la próxima generación de bailarines”.
Fundada en 2011 pasando a ser sus líderes Guille Ortiz, Natalia Valdez, Adrián Patiño y ahora Maida Delgado, Mov Crew formó a decenas de jóvenes talentos y ha representado al Paraguay en competencias internacionales. Entre sus logros más destacados figura su participación en Hip Hop International 2017, en Phoenix, Arizona (Estados Unidos), que catapultó al equipo al circuito global de danzas urbanas.
El Torneo Internacional del Reggaetón reunirá a los mejores equipos de Latinoamérica y el mundo. Mov Crew representará al Paraguay en la categoría Adulto, mostrando una propuesta que combina storytelling, técnica y la identidad cultural paraguaya. Liderado por Maida Delgado estos jóvenes talentos están dándolo todo para dejar en alto la bandera paraguaya
Con más de dos décadas dedicadas a las artes escénicas, Valdez dirige la Academia de Danza “Ballet Movimientos”, donde integra disciplinas como hip hop, reggaetón, jazz y teatro físico. Su visión interdisciplinaria ha hecho de Mov Crew sea un referente en innovación coreográfica y formación integral de artistas.
Mar del Plata incorpora la Competencia Internacional de Cortometrajes
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Por primera vez en su historia, el Festival Internacional de Cine de Mar del Plata incluirá una Competencia Internacional de Cortometrajes dentro de la programación oficial de la 40.ª edición, que se realizará del 6 al 16 de noviembre de 2025, en la ciudad bonaerense de Argentina. Hasta el año pasado, solo podían participar cortos de Argentina y América Latina en las ya consolidadas competencias al Mejor Cortometraje Argentino y Mejor Cortometraje Latinoamericano.
El festival continuará con sus tradicionales Competencia Internacional de Largometrajes, Competencia Latinoamericana de Largometrajes, Competencia Argentina de Largometrajes y Competencia Work in Progress, que incluye un premio en efectivo para apoyar la finalización de largometrajes argentinos en desarrollo. La convocatoria para la nueva Competencia Internacional de Cortometrajes ya está abierta y cerrará el lunes 30 de junio. Las películas pueden postularse a través del siguiente enlace oficial: https://www.mardelplatafilmfest.com/40/abierta-la-inscripcion-de-peliculas-a-la-40a-edicion-del-festival-internacional-de-cine-de-mar-del-plata.
Mar del Plata sigue siendo el único festival latinoamericano acreditado por la FIAPF (Federación Internacional de Asociaciones de Productores Cinematográficos) como festival competitivo de clase mundial, anteriormente denominado Categoría A. Forma parte de una prestigiosa lista que incluye a Berlín, Venecia, Cannes, San Sebastián, Tokio, Locarno y Karlovy Vary. A lo largo de los años, se ha convertido en una plataforma clave para el lanzamiento de cineastas argentinos y latinoamericanos emergentes al inicio de sus prometedoras carreras.
Fundado en 1954 como la Primera Muestra Cinematográfica, el festival debutó con 52 largometrajes y 49 cortos de 18 países. En 1959, la Asociación de Críticos Cinematográficos de Argentina tomó las riendas del evento y lo transformó en un festival competitivo. Con el tiempo, se convirtió en el evento cinematográfico más importante de América Latina. Tradicionalmente organizado por el Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales (INCAA), la 40ª edición del festival será producida en conjunto por el INCAA y la Municipalidad de General Pueyrredón.
La Policía despliega operativo de prevención en Asunción
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Una operación conjunta entre efectivos policiales de distintas comisarías, con el acompañamiento de grupos tácticos, se realizó en la noche de ayer viernes y madrugada de este sábado. Se llevaron adelante diversas incursiones en la zona del Mercado 4 y los barrios aledaños con el objetivo de reforzar la seguridad.
Las calles del barrio Silvio Pettirossi, San Vicente, Añareta’i, la zona de la plaza de la Amistad y el Mercado 4 fueron los puntos focales de recorrido de las cuadrillas policiales, que trabajan en operativos de refuerzo para garantizar la seguridad de comerciantes, clientes y peatones en general, realizando guardias, relevamiento de datos y recorridos.
El subcomisario Lorenzo Vera manifestó que, si bien existe un trabajo constante en las áreas ya mencionadas, debido a la cantidad de reportes de inseguridad se ha establecido un método de trabajo para mantener la presencia policial activa en horarios críticos, previniendo así cualquier tipo de hechos delictivos.
LAS ZONAS CON MÁS AFLUENCIA
En conversación con los medios de prensa, el uniformado explicó que son zonas con mucha afluencia de peatones y que normalmente se da la detención de quienes estén en falta con la ley, al igual que la incautación de productos ilícitos y vehículos sin documentos, por lo que se puede considerar de exitoso este tipo de incursiones.
Hay que destacar que las fuerzas del orden cuentan con información de que estas zonas tienen varios pasillos y calles con salidas rápidas que, en la mayoría de las ocasiones, son utilizadas por los delincuentes para darse a la fuga u ocultarse cuando se ven perseguidos.
Desde la Dirección de Policía recordaron que este tipo de incursiones y operativos lo llevan adelante las 24 comisarías de Asunción con el fin de brindar seguridad a la ciudadanía de manera constante.
“La boda del siglo”. El 29 de julio de 1981. Carlos, el príncipe de Gales y Diana Spencer, en el carruaje 1902 State Landau, recorren las calles de Londres. La fantasía de millones con “sus altezas reales” solo duró 5.509 días
Vida, muerte, fantasía, ilusión, deseo… pulsiones y condición humana
Ricardo Rivas
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Ricardo Rivas
Periodista
X: @RtrivasRivas
Fotos: Gentileza
Vida, muerte, ilusión, deseo... pulsiones incrustadas en la condición humana, aunque “reyes y peones, al final de la partida, vuelven a la misma caja”.
“¿Fantasear o desear...?”. Ese era el dilema que, en frecuentes charlas de café, proponía un tan veterano como anónimo polemista que habitaba, cuando la tarde agonizaba, algunas de las selectas mesas en el mítico café La Paz, en la esquina de la avenida Corrientes 1593, cuando esa arteria cordial se cruza con la calle Rodríguez Peña, muy cerca del Obelisco, en Buenos Aires, unos 1.300 kilómetros al sur de mi querida Asunción.
Era los años 70, en el siglo pasado. Enfrente –justo en diagonal– intentaba competir el bar Ramos. En concurrentes habituales estaban cabeza a cabeza. Inolvidables, por cierto. Pero el caso es que, luego de encender la polémica con aquel interrogante, con impostado tono académico, intentaba, aquel sanatero, zamarrearnos.
¡Me parece verlo! Acomodaba prolijamente los dos o tres libros de Sigmund Freud o de Foucault que siempre llevaba con él y lentamente –como buscando las palabras más adecuadas– iba al punto. Fumaba tabaco inglés en una pipa muy gastada y sobre su prominente nariz montaba espejuelos redondos tonalizados verde oscuro.
“El tío Segismundo –ironizaba mientras revoleaba sus manos refiriéndose a Freud– cuando compartíamos algunos puros con amigos en el Café Frauenhuber, en la inolvidable Viena, nos explicaba con claridad, jóvenes amigos, palabra más, palabra menos, que solo fantasean las personas insatisfechas”.
PULSIÓN
Lo seguíamos en silencio. Algunas veces –como la ignorancia nos impedía responder y/o, mucho menos, poner alguno de sus dichos en duda, hacía una pausa que disfrutaba y, si la memoria no me falla, en aquel caso puntual remató: “Cada fantasía surge de una pulsión para cumplir con un deseo insatisfecho, muy deseado, que corrija la realidad”.
Nunca recuerdo su nombre. En verdad, no tengo claro si alguna vez lo supe. Pero sí, sus anécdotas con pretensiones académicas y que se definía como “un libre pensador, diletante”. ¡Nos maravillaba! Aunque –debo admitirlo– teníamos dudas que no confesábamos sobre su presunta sabiduría por aquello de que entre los ciegos un tuerto es rey.
“¡Déjese de joder, farfullante…!”, recuerdo que le dijo –indisimuladamente molesto y a voz en cuello– un reconocido profesional y estudioso freudiano, de quien exclusivamente consignaré sus letras iniciales (G.G.), que incontenible por lo que también escuchó abandonó su café en una mesa cercana y lo increpó sin miramientos.
Un pesado silencio cubrió todas y cada una de las mesas. El increpado no atinó a responder. Se retiró cabizbajo –con sus tres libros bajo el brazo– enmudecido y sin plantarle cara. El increpante nos miró, se disculpó “por interrumpir la conversación sin que nadie me llame” y fue al punto: “Simple y sencillo, muchachos. La fantasía tiene que ver con el imaginario. Con lo que creemos o sabemos que muy difícilmente suceda. Con aquello que suponemos imposible y que, de alcanzarlo, imaginamos sería placentero, pero sabemos que no podrá ser. Desear es converger la fantasía con la realidad más deseada en algún momento de tu vida. ¡No entender esa diferencia es grave… y, pretender explicar desde la ignorancia y la confusión, no lo puedo dejar pasar!”.
Renovó su disculpa y volvió a su mesa. “Como una escuela de todas las cosas...”, como nos enseñó Discépolo cuando escribió aquel tangazo que llamó “Cafetín de Buenos Aires”, así era el bar La Paz. Fantasías. Deseos. Ilusiones. Me atrevo a añadir que, como entonces, en estos tiempos de imágenes exacerbadas y exacerbantes que circulan y atropellan en los avasallantes ecosistemas digitales que facilitan las comunicaciones reticulares contemporáneas, aquellas –junto con la vida y la muerte– emergen como inevitables pulsiones incrustadas en el día a día de nuestros días.
OXÍMORON
Claramente, forman parte de la condición humana. Pese a que, con el correr de los tiempos y a la democratización de las monarquías (¿oxímoron?), con mucho menos frecuencia que algún tiempo atrás y, en aquel contexto, escuchar decir “vida de príncipes”, sorprende porque pareciera ser una expresión que cae en desuso.
Aun así, hay quienes insisten con ella cuando se procura producir sentido respecto de alguna persona que –a juicio de quien así se expresa– tiene allanado el acceso a poderosos y poderosas o cuando dispone de bienes materiales en abundancia o cuando no debe preocuparse por necesidades que –como tales– sí lo son para la mayoría de la humanidad.
En ese contexto, tampoco el futuro debiera ser preocupante para quienes tienen –siempre a la vista de las otredades– tránsitos principescos o, acaso, propios de las realezas. Hambre, desocupación, falta de salud, de educación. En aquel contexto, se suponen alejados de aquellos y aquellas minorías vistosas. Sentires y decires. Pareciera, incluso, que nada ni nadie está exento, alguna vez, de emitir esos juicios o ser depositario de ese tipo de expresiones.
Hasta la muerte –en ciertas ocasiones, por la forma en que se produce y a quien afecta– hace que no sean escasas las voces que se atreven a afirmar que Mengana o Fulano “murió como un príncipe”. En el siglo XIX y buena parte del XX era frecuente que así se significara la partida de este mundo cuando las y los finados eran considerados socialmente como “patricios” o “ricos”.
Curioso, por cierto. Y tanto lo era (y es) que vaya a saber a quién y en qué situación tuvo la lucidez para destacar que “al final de la partida, reyes y peones vuelven a la misma caja”. ¿Sabiduría popular? Tal vez.
LA BODA DEL SIGLO
Aún recuerdo cuando el 29 de julio de 1981 –la tele satelital cuando el mundo era mundial y para nada global– puso “en el aire” (vieja expresión de uso común en la radiotelefonía de entonces, hoy casi olvidada), desde la catedral de San Pablo, en Londres, la que fue llamada como la “boda real o del siglo” porque, aquel día, el príncipe Carlos (32) –hijo primogénito de Isabel Alejandra María Windsor (1926-2022), la reina Isabel II del Reino Unido y de la Commonwealth desde 1952 hasta su muerte– contrajo matrimonio con la joven aristócrata llamada Diana Spencer (20).
Cerca de 800 millones de televidentes lo vimos. “¡Parece un cuento de hadas...!”, escuché decir a dos mujeres que – como otros muchos, frente a una vidriera colmada de televisores– vimos pasar a Carlos, por entonces príncipe de Gales, y Diana recién casados, a bordo del 1902 State Landau, como se conoce al carruaje que, en aquel año, el rey Eduardo VII –tío del contrayente– ordenó construir para ceremonias relevantes.
En la Argentina, desde poco menos de tres años, teníamos tele en colores. La novia, tanto en el ingreso a San Pablo –luego de descender junto con John, su padre, VIII conde de Spencer, de un carruaje vidriado– como en el momento en que salió de esa catedral con su esposo convertida en “alteza real”, tuvo que detenerse varios minutos para que las “damas de honor” acomodaran la cola de su vestido “de casi ocho metros de largo”, relataba la transmisión oficial.
¡Hermoso para ver! Un año y 22 días después –el 21 de julio de 1982– se anunció el nacimiento del príncipe Guillermo, heredero de la corona británica. El 15 de setiembre de 1984 –setecientos ochenta y siete días después que su hermano mayor– nació el príncipe Enrique.
Sin embargo, y como sostiene el dicho popular, “no todo lo que reluce es oro”. El 28 de agosto de 1996 –cinco mil quinientos nueve días después de aquella boda principesca– Diana y Carlos se divorciaron. Con el paso del tiempo la fantasía pública trocó en públicos desatinos vinculares. La princesa descubrió y confirmó que el príncipe tenía como amante a Camilla Parker-Bowles, una amiga de la Casa Real. ¡Crisis!
MULTITUD
Carlos pasó –para muchas y muchos– a ser el “realmente odiado”. Diana, en el transcurso de 1995, decidió no ocultar la situación. Habló con la BBC, la tele pública en el Reino Unido. “¿Cree que Camilla Parker-Bowles fue el factor que desencadenó el fracaso de su matrimonio?”, preguntó el periodista Martín Bashir a “su alteza real”. La respuesta fue simple, breve y clara: “Bueno, éramos tres en mi matrimonio. Y eso es una multitud”. El 31 de agosto de 1997, Diana, Dodi Al-Fayed (1955-1997), multimillonario egipcio, y el chófer, Henri Paul, murieron en un accidente de tránsito ocurrido en el interior del túnel del Pont de l’Alma, en París.
Los puentes de raíces vivas de Sohra (Cherrapunji) sorprendió a los exploradores occidentales y desde aquellos tiempos es polo de atracción hasta nuestros días
Aquel príncipe, Charles Philip Arthur George (77), desde el 8 de setiembre de 2022, es Carlos III, rey del Reino Unido y de los otros reinos de la Mancomunidad de Naciones. Camilla Rosemary Shand, luego Parker-Bowles (78) –la tercera de aquel matrimonio principesco que “era multitud”, como lo sentenció Diana, “la princesa del pueblo”, como la categorizó para siempre el ex primer ministro Tony Blair, el 31 de agosto de 1997– es reina consorte.
Fantasías. Deseos. Ilusiones. Condición humana. Fantasías. Deseos. Ilusiones. “Cambia, todo cambia”, canta como nadie Mercedes Sosa. Los khasi –una minoría étnica originaria que habita en el estado de Meghalaya, noreste de la India desde antes de las invasiones dravídicas pobladoras del sur en ese mismo país– desconocen quiénes de sus antecesores y cuándo comenzaron a orientar las raíces de los árboles para construir con ellas “puentes vivientes”.
Lejos de aquellas selvas inigualables, recién se supo algo de los que se conocieron entonces también como “los puentes de raíces vivas de Sohra (Cherrapunji)”, cuando era avanzado el siglo XIX. Los exploradores occidentales se asombraron con aquel descubrimiento. En La Sociedad Asiática, un histórico periódico que se publicaba en Calcuta en 1844, se consignó la información. Desde aquellos tiempos, es polo de atracción hasta nuestros días.
“AMOR RECÍPROCO”
Hacia allí, unas tres semanas atrás, partieron en luna de miel el príncipe Raj Raghuvanshi (21) y la princesa Sonam Raghuvanshi (24). Eran marido y mujer porque sus madres –en esa sociedad matrilineal– así lo acordaron. Ambos pertenecían a la misma clase social y casta. Aquel enclave natural que, además, con unos 12.000 milímetros de lluvias anuales es, según Guinness, el lugar más lluvioso de cada año, era perfecto para manifestarse amor recíproco sin interferencias. La actuación crucial de la mehndi, la celebración musical previa, la ceremonia principal, la fiesta posterior quedaron atrás.
Me explican –por Whatsapp, desde Nueva Delhi, tres diplomáticos chimenteros que me pidieron anonimato– que los fastos nupciales se extendieron por cuatro días. Las dos familias en estado de tranquilidad. Espiritual, social y económico. No faltó nada. Se observaron todos los rituales. Homa (la ofrenda al fuego) se concretó. El Panigrahena, los unió como nunca antes. Las siete vueltas al fuego –el Satapadi– hizo celebrar a muchas y muchos, sonreír a las y los más refinados y desear, ilusionarse... soñar, a otros y otras.
El príncipe Raj Raghuvanshi con la princesa Sonam Raghuvanshi. ¡Que vivan los novios!
Samskara se instaló en la flamante pareja. Luego, silencio. Los días pasaban y... más silencio. Pero irrumpió la angustia. Primero en el que fue el pueblo de ambos, luego en la provincia, la región y, finalmente, en todo el país. “¿Dónde están?” “¿Qué se sabe?”. La falta de novedades fue parte de las informaciones de la agencia de noticias nacional. Se iniciaron las búsquedas. Los supuestos ganaron el espacio público. Las ideas conspiranoides de poderosos y poderosas ingresaron en los circuitos informativos.
Nadie respondía a las incesantes llamadas a los móviles de Raj y Sonam. La policía y los servicios de inteligencia de la India los monitoreaban inútilmente. También el de uno de los hermanos de la princesa. ¡Nada! Pero, cuando nadie lo esperaba, todo cambió. El domingo pasado aquella novia obediente de los acuerdos y mandatos familiares que se mostró alegre, ilusionada, ante los unos y los otros; que fue objeto de los comentarios de sus vecinos e incluso blanco preferente a la vista de aquellas y aquellos que por ser de clases inferiores o de castas poco respetables no debieran haberla mirado, trocaron interrogantes y angustia sociales.
DIMES Y DIRETES
Desde algunos anocheceres en las sacudidas calles de aquel país con 1.400 millones de habitantes, se sabía por trascendidos –que más tarde se confirmaron– que el cadáver de Raj fue encontrado y recuperado de las profundidades de un precipicio con abundante vegetación. Fue el momento de los dimes y diretes. Se conoció el escabroso detalle de que el cuerpo lo encontraron con el cráneo partido con dos golpes duros aplicados con algún objeto contundente y cortante.
¡Horror! Rescatistas e investigadores tuvieron la convicción de que fue asesinado. Así lo dejaron trascender. No murió como un príncipe. Pero las honras fúnebres sí lo fueron para despedir a su alteza real. Sonam, esposa por un breve tiempo –geolocalizada desde el momento en que se comunicó con uno de sus hermanos– supo por quienes la hallaron que era viuda.
Gritó. Se ahogó en llanto. Insistió con el deshilachado argumento de que fueron víctimas de secuestro. Pero no tenía una coartada que generara, por lo menos, una duda. También supo que Rai Kushwaha, un chófer a su servicio, estaba preso en otra celda. Fue apresado en su pueblo natal, Madhya Pradesh. Contrastaron sus respuestas. Eran amantes desde tiempo antes de que Sonam y Raj protagonizaran una boda principesca.
Como en el caso de Carlos y Diana –con Rai– también se constituyeron en multitud. El amante capturado también confesó. Señaló a los tres criminales que asesinaron al príncipe –sus cómplices– a los que convenció para que ejecutaran al joven esposo de la mujer que también amaba.
Los sicarios fueron apresados. Abrumados, admitieron. La exprincesa viuda dejó de ser víctima para ser victimaria. La justicia la acusa de ser quien incitó a su frustrado enamorado de la necesidad de asesinar a Raj. Vida, muerte, ilusión, deseo... pulsiones incrustadas en la condición humana, aunque “reyes y peones, al final de la partida, vuelven a la misma caja”.