Ucrania y Rusia reportaron ataques con drones enemigos contra su territorio este sábado de madrugada, cuando Kiev afirma que neutralizó 24 drones rusos y Moscú, 47 artefactos ucranianos. En un comunicado, la fuerza aérea ucraniana declaró que Rusia había tirado misiles desde la región de Bélgorod, pero no precisó ni cuántos ni de qué tipo eran.
Según esta fuente, Moscú también lanzó 28 drones hacia Ucrania, 24 de los cuales fueron destruidos mientras sobrevolaban las regiones de Sumi, Poltava, Dnipropetrovsk, Mikolaiv y Jersón. El Estado Mayor ucraniano reivindicó además un bombardeo nocturno, sin precisar el armamento utilizado, contra un depósito de carburante cerca de la localidad de Rovenki, en la región de Lugansk, en el este ucraniano ocupado por las tropas rusas.
Moscú no confirmó ese ataque. Kiev suele atacar instalaciones industriales y militares rusas, en respuesta a los bombardeos de Moscú en el marco de su invasión de la exrepública soviética, iniciada a finales de febrero de 2022.
Por su parte, el Ministerio ruso de Defensa afirmó haber neutralizado 47 drones ucranianos por la noche, 17 de ellos en la región de Krasnodar (suroeste), 16 en el mar de Azov y 12 en la región de Kursk. El gobernador de la región de Krasnodar afirmó que los ataques ucranianos habían dañado tres casas y provocado el incendio de un vehículo, sin causar víctimas.
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Fuente: AFP
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Zelenski y líderes de la UE hablarán con Trump antes de su reunión con Putin
El presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, y dirigentes europeos hablarán el miércoles con Donald Trump para intentar influir en su reunión con Vladimir Putin sobre la guerra en Ucrania, que suscita temores de un acuerdo en detrimento de Kiev.
Los europeos han intensificado sus contactos y se han esforzado en formar un frente unido en apoyo a Ucrania, tras el anuncio de una cumbre el viernes en Alaska entre el mandatario estadounidense y su par ruso.
El lunes a la tarde, Alemania anunció una iniciativa diplomática de envergadura: el jefe de gobierno alemán Friedich Merz “invitó” a líderes de países europeos y de Ucrania, de la OTAN y de la Unión Europea (UE), así como a Trump y a su vicepresidente JD Vance a “conversaciones” por videoconferencia el miércoles.
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Organizadas por “grupos temáticos”, se centrarán en “los preparativos para posibles negociaciones de paz”, asuntos “relacionados con las reivindicaciones territoriales y las garantías de seguridad”, así como posibles “acciones adicionales” para “ejercer presión sobre Rusia”, declaró en un comunicado el portavoz del gobierno alemán, Stefan Kornelius.
A nivel europeo, los dirigentes de Francia, Reino Unido, Italia, Polonia y Finlandia participarán del encuentro. La presidencia francesa precisó, posteriormente, que esta iniciativa había sido acordada conjuntamente entre Merz, el presidente Emmanuel Macron y el primer ministro británico, Keir Starmer.
Según el diario Bild, Zelenski, los europeos y el secretario general de la alianza transatlántica, Mark Rutte, se reunirán primero sin los estadounidenses, a quienes comunicarán luego los resultados de sus consultas. La UE ya había reunido de urgencia este lunes a sus ministros de Exteriores para intentar evitar un acuerdo entre Washington y Moscú que perjudique a Ucrania.
Según Trump, la cumbre de Alaska abordará un posible acuerdo que prevea “intercambios territoriales” para poner fin al conflicto desatado tras la invasión rusa de Ucrania en febrero de 2022.
El magnate republicano expresó el lunes que espera una reunión “constructiva” con su homólogo ruso, a la vez que manifestó su descontento por el rechazo ucraniano a ceder territorio a Moscú.
Por el momento, la presencia de Zelenski no está prevista, aunque sigue siendo “posible”, según el embajador de Estados Unidos ante la OTAN, Matthew Whitaker. Unas horas antes de la videoconferencia, el dirigente ucraniano volvió a pedir no ceder a las exigencias de Putin.
“Rusia se niega a detener las masacres y, por lo tanto, no debería recibir ninguna recompensa ni beneficio. Y esto no es sólo una postura moral, sino racional”, escribió Zelenski en Facebook. “Las concesiones no convencen a un asesino”, añadió.
Para la jefa de la diplomacia de la Unión Europea, Kaja Kallas, “cualquier acuerdo entre Estados Unidos y Rusia debe incluir a Ucrania y a la UE, ya que se trata de un asunto de seguridad para Ucrania y para toda Europa”.
Ultimátum
El jefe de Estado ucraniano, quien se reunió en los últimos tres días con 13 líderes europeos, afirmó que Kiev “por supuesto” trabaja con Estados Unidos. Por su parte, Putin conversó con nueve jefes de Estado o de gobierno en tres días, entre ellos el chino Xi Jinping, el indio Narendra Modi y el brasileño Luiz Inácio Lula da Silva.
Trump, que prometió resolver el conflicto ucraniano en 24 horas tras su regreso a la Casa Blanca, inició un acercamiento drástico con el presidente ruso. Sin embargo, mostró una creciente frustración ante la intensificación de los bombardeos rusos sobre Ucrania en los últimos meses.
El anuncio de la cumbre de Alaska se produjo el viernes, el mismo día en que expiró un ultimátum al Kremlin para poner fin al peor conflicto armado en Europa desde la Segunda Guerra Mundial.
Los combates y bombardeos han continuado desde entonces, con seis muertos reportados en ataques rusos el domingo en Ucrania, donde una bomba rusa también impactó en la concurrida estación central de autobuses de Zaporiyia (este), hiriendo a 20 personas.
El Ministerio de Defensa ruso se atribuyó el lunes la responsabilidad de la captura de una nueva aldea en la región oriental ucraniana de Donetsk: la ciudad de Fedorivka, ubicada al noreste de Pokrovsk y Mirnogrado, localidades amenazadas de ser rodeadas debido al continuo avance de las tropas rusas en esta zona durante más de un mes.
Actualmente, el ejército ruso controla alrededor del 20 % del territorio ucraniano. Moscú exige a Ucrania ceder cuatro regiones parcialmente ocupadas por sus tropas (Donetsk, Lugansk, Zaporiyia y Jersón), además de la península de Crimea anexada en 2014. También le pide renunciar al suministro de armas occidentales y a la adhesión a la OTAN, algo que Kiev considera inaceptable.
Fuente: AFP
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Inauguración de los Juegos ASU2025
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Trump da 50 días a Rusia para acabar la guerra en Ucrania
- Washington, Estados Unidos. AFP.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, dio 50 días a Rusia para poner fin a la guerra en Ucrania o exponerse a más sanciones y anunció el inminente envío de una gran cantidad de armas a Kiev a través de la OTAN.
El presidente ruso, Vladimir Putin, se niega a poner fin a la invasión iniciada en febrero de 2022. Su ofensiva se intensificó en las últimas semanas, coincidiendo con el estancamiento de las negociaciones impulsadas por Estados Unidos para frenar los combates en Ucrania.
Moscú rompe récords cada semana en número de drones lanzados, suministrados por una industria de defensa que opera a plena capacidad.
“Estamos muy, muy descontentos” con Rusia, declaró Trump a periodistas durante una reunión con el jefe de la OTAN, Mark Rutte, en la Casa Blanca.
“Vamos a aplicar aranceles muy duros si no llegamos a un acuerdo en 50 días, aranceles de aproximadamente el 100 %”, declaró Trump.
Añadió que se trataría de “aranceles secundarios” que afectarían a los socios comerciales de Rusia. El objetivo es asfixiar económicamente al país, sometido ya a sanciones occidentales duras.
Trump y Rutte revelaron los términos de un acuerdo en virtud del cual la alianza militar de la OTAN compraría armas a Estados Unidos, incluidas baterías antimisiles Patriot, y luego las suministraría a Ucrania para combatir la invasión rusa
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Digamos no a drones y robots asesinos
Bombas sin bombarderos… sin paquetes sospechosos… asemejan a peligrosas herramientas incrustadas en la vida cotidiana… Quienes diseñan y desarrollan – quiero pensar que, sin desearlo, planificarlo ni gestionarlo– no siempre ven (o quieren ver) con claridad a las señoras y señores de la guerra y sus despreciables prácticas.
- Por Ricardo Rivas
- Periodista X: @RtrivasRivas
- Fotos: Gentileza
En la construcción de la verdad necesariamente interviene la cultura. ¿Qué es verdad? “La realidad”, responden algunos y algunas. Pero... “la verdad no es una representación unívoca de la realidad”, sostiene Yuval Noah Harari en la página 44 de la edición que leo y releo de Nexus, una de sus obras más vendidas en nuestra maltratada aldea global. La realidad es compleja. Tanto como la humanidad. “¿Es tan sapiens el homo?”, recuerdo que decía irónicamente un tan querido como veterano colega periodista, corresponsal de la prensa internacional, con el que compartimos no menos de cinco años de trabajo en Latinoamérica. “¡Tendrá que demostrarlo!”, agregaba a modo de respuesta a una pregunta que nadie había expresado. Reíamos y brindábamos con otra cerveza para dejar atrás las mil formas de violencias que verificábamos en nuestras búsquedas periodísticas.
De todas formas, aquel interrogante lanzado al aire todavía hoy no me animo a responderlo. Lo mío es la pregunta. El interrogante permanente. Solo políticos y creyentes en lo que venga e internalicen se presentan y actúan como propietarios de las respuestas. Los pongo en duda. ¡Sépanlo! Y aunque lo hago con respeto y, de alguna forma, en defensa propia, tengo claro y coincido con Harari en que “el poder no es sabiduría”.
Algunas palabras se ponen de moda. Muchas. Inteligente (smart) y dron son dos de ellas. Esperanza es la otra, aunque debo decirlo, rescato solo esas tres con el propósito de construir esta historia en esta noche de frío (¡muy frío!), de viernes junto a los leños crepitantes y sentado en la vieja mecedora. Afuera, la niebla es densa. Las nubes decidieron desplomarse sobre la tierra para quedarse allí. Silenciosas. Como en acecho de aquellos y aquellas que se atrevan a andar sin la certeza de saber qué hay dentro de tamaña tiniebla.
Con casi sesenta guerras activas –desde algún lugar– el hábitat global es tenebroso. Con la popularización de los que se plantan como creadores revolucionarios de los desarrollos tecnológicos y, a veces, mucho más, el espanto crece. Bombas sin bombarderos… sin paquetes sospechosos… asemejan a peligrosas herramientas incrustadas en la vida cotidiana. Quienes diseñan y desarrollan –quiero pensar que, sin desearlo, planificarlo ni gestionarlo– no siempre ven (o quieren ver) con claridad a las señoras y señores de la guerra y sus despreciables prácticas. En ese campo también crece la IA (inteligencia artificial) que deslumbra, preocupa y deviene en símbolo que simboliza a partir de la cultura de quienes simbolizan para relatarla y producir sentido. Nada existe sin relato. Primero fue el verbo. Vuelvo a Harari. “La IA es la mayor revolución de la información que ha conocido la historia (que) no es el estudio del pasado, sino el estudio del cambio. (Porque) nos enseña lo que se mantiene inmutable, lo que cambia y cómo cambian las cosas”. Yuval Noah señala, desde esa perspectiva, sobre la inconveniencia de conceder “a la IA un mayor control sobre las sociedades del siglo XXI” dado que “se diferencia (entre otros desarrollos tecnológicos de alto impacto en las prácticas bio-psico-sociales) de la imprenta y de la radio (porque una eventual) futura dictadura de la IA podría ser muy distinta de lo que hemos conocido hasta ahora”. Desde la atenta observación y profunda reflexión hace públicas algunas de sus conclusiones. La inteligencia artificial “es la primera tecnología de la historia que puede tomar decisiones y generar nuevas ideas por sí misma”. La IA “puede procesar información por sí sola, (y) por lo tanto, sustituir a los humanos en la toma de decisiones (porque) no es una herramienta, es un agente”. ¿Por qué tanta preocupación? Su respuesta no se hace esperar con ejemplos concretos. “En el momento actual, en la fase embrionaria de la revolución de la IA, los ordenadores toman decisiones por nosotros: la concesión de una hipoteca, un contrato de trabajo o la imposición de una pena de cárcel. Esta tendencia no hará más que aumentar y acelerarse, lo que nos dificultará la comprensión de nuestra propia vida. ¿Podemos confiar en los algoritmos informáticos (sobre los que también se apoyan las operaciones de la IA) para tomar decisiones sensatas y construir un mundo mejor?”.
CONOCIMIENTO VERDADERO
Muy poco más de una década atrás, Tenzin Gyatso (90), el Dalai Lama –Premio Nobel de la Paz en 1989, en el transcurso de una cumbre de premios nobel que se realizó en Roma– sostuvo que la tecnología “puede convertirnos en esclavos” porque “si todo está mecanizado, no tenemos la capacidad de ver más allá” y exhortó para que “sea bien utilizada” dado que al “conocimiento verdadero (por muy desarrollada que esté la IA) “es imposible llegar y que sea mejor que la mente humana (porque) siempre será mejor y más inteligente (que) máquinas y robots (sin que importe) lo sofisticados que sean”.
Era el sábado 13 de diciembre de 2014. En nuestro presente, un puñado de días atrás, en Ginebra, Suiza, la Unión Internacional de las Telecomunicaciones (UIT) –asociada con otras agencias de la Organización de las Naciones Unidas (ONU)– desarrolló la “Cumbre de la IA (Inteligencia Artificial) para el bien”. Las preocupaciones de quienes allí convergen claramente crecen y así lo expresan. “La humanidad se encuentra en una encrucijada ante el inmenso potencial generado por la revolución digital impulsada por la inteligencia artificial”, sentenció en un mensaje que envió a la UIT el papa León XIV. En ese texto reseñó que el impacto de la inteligencia artificial se percibe en campos tales como “la educación, el trabajo, el arte, la sanidad, la política, el ámbito militar o la comunicación” y, justamente, por ello el jefe del Estado Vaticano demanda de quienes trabajan en ese tipo de desarrollos “responsabilidad y discernimiento”. El también líder del catolicismo advierte que “la inteligencia artificial puede simular aspectos del razonamiento humano y realizar tareas específicas con velocidad y eficiencia, pero no puede replicar el discernimiento moral ni la capacidad de establecer relaciones genuinas”. Al cabo de esa argumentación sobre la IA abogó a expertos y desarrolladores por el “respeto por los valores humanos y sociales, capacidad de juicio con conciencia clara y crecimiento en la responsabilidad” para garantizar –desde marcos éticos y jurídicos– “que se base en el reconocimiento compartido de la dignidad inherente y las libertades fundamentales de la persona”.
TECNOLOGÍA Y VIOLENCIA
El uso de los más recientes desarrollos tecnológicos aplicados al ejercicio de las violencias se expande con proyección global. La IA es esencial en el desarrollo de armas autónomas no tripuladas. La guerra digital parece haber llegado para quedarse. En un reciente reporte de la organización Drone Wars UK (https://dronewars.net/) se consignan los resultados de una investigación que, en sus conclusiones, revela “la magnitud del daño a civiles causado por los ataques con drones militares en países africanos, como Etiopía, Mali, Burkina Faso, Nigeria, Somalia y Sudán”. Sin dejar afuera de sus búsquedas Ucrania, Gaza o todo Oriente cercano, añade que “drones armados tipo MALE importados en todo el continente, de fabricantes de Turquía, China e Irán” se utilizan ampliamente. “Como mínimo, se determinó que más de 943 civiles han muerto en al menos 50 incidentes separados entre noviembre de 2021 y noviembre de 2024”, según consta en las pesquisas desarrolladas y precisan que “de los seis estados investigados, cinco han sido verificados por operar drones Bayraktar TB-2, producidos por el fabricante turco de drones Baykar, (que en) varios también operan drones armados Wing Loong II y (sistemas de armas autónomos) Mohajer-6 de Irán”. Destaca el sitio que esos equipos también intervienen “en campañas militares nacionales (internas, dirigidas) contra grupos insurgentes armados (y que) regularmente (esas armas llamadas inteligentes) no distinguen entre civiles y combatientes en sus operaciones”. Los analistas precisan que “en un incidente ocurrido en la región etíope de Amhara, más de 85 civiles murieron en un ataque con drones contra la aldea de Ch’obi en octubre de 2022”. Luego que, “en otro incidente, en Nigeria, un error de inteligencia militar causó la muerte de al menos (otros) 85 civiles –y, según algunos informes (podrían ser) hasta 125 (las víctimas)– que (estaban reunidas) para celebrar la festividad islámica de Mawlud, (y fueron asesinadas) en dos ataques con drones mal dirigidos en diciembre de 2023”.
Las matanzas (incidentes) de civiles sin riesgo alguno para quienes operan los drones porque se encuentran en áreas alejadas de las operaciones en desarrollo se multiplican. “Hace tres semanas, el 10 de junio, un dron británico Reaper comenzó a rastrear una motocicleta en el noroeste de Siria, cerca de la frontera con Turquía”, relata dronewars.net “mientras (en tierra) alguien descrito por la inteligencia de un país europeo central como ‘un miembro conocido’ de ISIS (Estado Islámico de Irak y Siria, por su sigla en inglés) la conducía. El individuo, que aparentemente había sido monitoreado por el dron ‘durante algún tiempo’, fue rastreado y abatido por un misil Hellfire disparado por el dron poco después”. ¿Es necesario añadir información al reporte? ¿Algo no se entiende? ¿También existe el llamado “gatillo fácil” en el ecosistema digital de las nuevas guerras?
Los drones atacan incluso en áreas civiles densamente pobladas. Los daños no deseados se repiten. ¿Existen y se cumplen disposiciones para preservar y mitigar eventuales daños sobre la población civil? “Estos casos demuestran la urgente necesidad de reforzar los controles sobre la proliferación de drones armados y la clara falta de responsabilidad de quienes exportan estas armas al proporcionarlas a gobiernos aparentemente poco dispuestos a respetar el derecho internacional humanitario. La magnitud del sufrimiento civil que se muestra en este informe debería dejar clara la amenaza que supone la rápida expansión de la guerra con drones en todo el mundo, facilitada por el acceso a sistemas de armas cada vez más baratos producidos por fabricantes irresponsables y con ánimo de lucro”. Acechan los drones y, por ello, “las actividades más básicas de la vida cotidiana –visitar un mercado o asistir a un lugar de culto– (son) potencialmente mortales”.
PAZ, SIEMPRE
En mayo de 2019, Daisaku Ikeda (1928-2023), filósofo budista, educador, constructor de la paz, escritor y poeta, ante la Asamblea General de la ONU –invitado por António Guterres, secretario general de esa organización multilateral– propuso la prohibición de las armas autónomas letales (SAAL, por su sigla en inglés). “Existe en la comunidad internacional la creciente inquietud de que los SAAL transformen radicalmente el entorno de la seguridad global”, dijo Ikeda aquel día. Aseguró después, sin que nadie lo desmintiera o contradijera, que “una de las amenazas que representan estos sistemas (de armas) es la posibilidad de iniciar combates sin intervención humana directa”. Aleccionó luego que ello “reduce el umbral de las acciones militares y genera situaciones potenciales que podrían violar gravemente el derecho internacional humanitario”. Esperanzado, exhortó “enfáticamente (…) a los Estados que ya han solicitado la prohibición de los SAAL; a países como el Japón, que han declarado su intención de no fabricar tales armas; y a las oenegés participantes en la Campaña para Detener a los Robots Asesinos, a unirse y trabajar juntas por la pronta aprobación de un instrumento jurídico vinculante que prohíba por completo el desarrollo y el uso de estos sistemas”. Miles lo escuchamos, aplaudimos y vitoreamos. Pensamos como él, sentimos como él. Decimos enérgicamente no a drones y robots asesinos. Deseamos la paz. Sabemos que se puede y se debe. ¿Cuándo? Siempre. Alguna vez, el Dalai Lama lo dijo claramente. “Solo existen dos días en el año en que no puedes hacer nada. Uno se llama ayer y otro mañana. Por lo tanto, hoy es el día ideal para amar, crecer, hacer y vivir”.