La justicia británica acordó el lunes pasado a Julian Assange la posibilidad de apelar contra su extradición a Estados Unidos, al que pedía garantías sobre el trato que recibiría el fundador de Wikileaks. El 26 de marzo los jueces británicos pidieron a las autoridades estadounidenses que garantizasen que el australiano, de 52 años, podría acogerse a la Primera Enmienda de la Constitución, que protege la libertad de expresión, y que no sería condenado a la pena de muerte.

Pero las garantías presentadas por Estados Unidos, en el primero de los puntos, no lograron convencer este lunes a los dos magistrados del Tribunal Superior de Londres, después de que la justicia hubiera concedido la extradición a Estados Unidos en junio de 2022. Edward Fitzgerald, abogado defensor, aceptó las garantías del gobierno estadounidense de que Assange no sería condenado a la pena de muerte, pero cuestionó si su cliente podría confiar en la Primera Enmienda de la Constitución norteamericana, que cubre la libertad de expresión y la libertad de prensa.

James Lewis, que representaba al gobierno de Estados Unidos, dijo que la conducta del australiano “simplemente no estaba protegida” por la Primera Enmienda. Según Lewis, esta Primera Enmienda no se aplica a nadie “en relación con la publicación de información de defensa nacional obtenida ilegalmente, indicando los nombres de fuentes inocentes por su grave e inminente riesgo de daño”.

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Assange, que no estuvo presente en la audiencia por su delicado estado de salud, se enfrenta en Estados Unidos a 175 años de prisión por publicar desde 2010 más de 700.000 documentos clasificados sobre actividades militares y diplomáticas estadounidenses, particularmente relacionadas con Irak y Afganistán. Los abogados defensores se abrazaron cuando los jueces anunciaron el fallo.

“Este día marca un punto de inflexión”, afirmó la mujer del australiano, Stella, tras conocer el fallo, añadiendo después que habló con Assange en prisión, quien le trasladó que estaba “aliviado” por el fallo, después de una noche de insomnio. “Hoy es una muy buena señal. Creo que el gobierno estadounidense debería tomar esto como un momento para abandonar el caso y simplemente ponerle fin, para distanciarse de este terrible proceso que esta administración no inició”, añadió Stella Assange.

El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, indicó recientemente que Estados Unidos estaba considerando una solicitud de Australia para retirar los cargos. Amnistía Internacional calificó el fallo como “una rara noticia positiva para Julian Assange y todos los defensores de la libertad de prensa”. El “intento de Estados Unidos de procesar a Assange pone en riesgo la libertad de prensa en todo el mundo. Ridiculiza las obligaciones de Estados Unidos según el derecho internacional y su compromiso declarado con la libertad de expresión”, afirmó Simon Crowther, asesor jurídico de Amnistía.

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Julian Assange en el balcón de la embajada de Ecuador en Londres, muestra el documento de la ONU. Foto: AFP

Revelaciones y orden de detención

En julio de 2010, la prensa mundial publica 70.000 documentos confidenciales sobre las operaciones de la coalición internacional en Afganistán, difundidos por la página Wikileaks. En octubre se publican 400.000 informes sobre la invasión estadounidense de Irak y, un mes después, el contenido de 250.000 cables diplomáticos estadounidenses.

El 18 de noviembre Suecia lanza una orden de detención europea contra Assange como parte de una investigación por violación y agresión sexual a dos mujeres en agosto de 2010. El australiano asegura que fueron relaciones consentidas. Assange, que estaba en Londres, se entrega a la policía británica el 7 de diciembre. Queda detenido nueve días y luego bajo arresto domiciliario. En febrero de 2011, un tribunal valida la solicitud de extradición a Suecia. El australiano teme ser entregado desde allí a Estados Unidos y enfrentarse a la pena de muerte.

Refugiado en la embajada de Ecuador

El 19 de junio de 2012, Assange se refugia en la embajada ecuatoriana en Londres y solicita asilo político. Ecuador, presidido por Rafael Correa, concede el asilo en agosto y pide a las autoridades británicas, sin éxito, un salvoconducto para que el fundador de Wikileaks pueda viajar a Quito.

Assange se quedará recluido en la embajada durante casi siete años. El 2 de abril de 2019, el presidente ecuatoriano Lenín Moreno, afirma que Assange violó el acuerdo sobre sus condiciones de asilo y nueve días después el australiano es detenido en la embajada por la policía británica.

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Manifestantes con carteles que piden que Julian Assange sea liberado y no extraditado a EE. UU. Foto: Archivo

Investigación por violación

Inmediatamente, la abogada de la mujer que acusa a Assange por violación en Suecia anuncia el pedido de reapertura de la investigación, archivada en 2017. Los hechos concernientes a la otra demanda, por agresión sexual, habían prescrito en 2015.

El 23 de mayo de 2019, la justicia estadounidense, que ya lo acusaba de “piratería informática”, lo inculpa por otros 17 cargos en virtud de las leyes antiespionaje. Assange es pasible de 175 años de cárcel. El 21 de octubre, el fundador de Wikileaks aparece en persona por primera vez en el juzgado de Westminster, confuso y balbuceando. El 19 de noviembre de 2019, la fiscalía sueca anuncia el abandono de la investigación por violación, por falta de pruebas.

Vista de extradición

El 24 de febrero de 2020, la justicia británica empieza a examinar la solicitud de extradición estadounidense, postergada a causa de la pandemia. La abogada Stella Morris, pareja de Assange, advierte que en Estados Unidos podría ser “condenado a muerte”.

El 4 de enero de 2021, la jueza Vanessa Baraitser rechaza la solicitud, considerando que las condiciones de encarcelamiento en Estados Unidos podrían entrañar riesgo de suicidio. La justicia británica decide mantenerlo en detención.

Julian Assange vivió asilado en la embajada de Ecuador en Londres durante varios años. Foto: Archivo

Anulación del rechazo a la extradición

El 12 de febrero de 2021, Washington apela la denegación de extradición y al iniciarse la audiencia en octubre, el abogado de Estados Unidos niega que haya riesgo de suicidio y afirma que, de ser extraditado, Assange no sería recluido en la prisión de alta seguridad especial ADX en Florence (Colorado), que recibiría la atención médica y psicológica necesaria y que podría solicitar cumplir su sentencia en Australia.

El 10 de diciembre, el Tribunal Superior de Londres anula el rechazo a la extradición, por considerar que Estados Unidos había brindado garantías sobre el trato que le sería brindado al fundador de WikiLeaks. La defensa de Assange presenta un nuevo recurso.

Recurso contra la extradición

El 14 de marzo de 2022, el Tribunal Superior Británico rechaza ese recurso. El 20 de abril, el tribunal de Westminster Magistrates de Londres emite formalmente una orden de extradición. El 17 de junio, la ministra del Interior británica, Priti Patel, firma el decreto de extradición, que Assange apela.

El 20 y 21 de febrero de 2024 se desarrolla el juicio en Londres para examinar el recurso contra la extradición. El 25 de marzo, el Tribunal Superior de Justicia de Londres anuncia que al día siguiente dirá si acepta el recurso de Assange.

Nuevas garantías

El 26 de marzo, la justicia británica pide a Estados Unidos nuevas garantías sobre el trato que reservaría a Assange si es extraditado. Los magistrados británicos pidieron garantías de que el australiano podría acogerse a la Primera Enmienda de la Constitución, que protege la libertad de expresión, y que no sería condenado a muerte. El 20 de mayo, el Tribunal Superior de Justicia de Londres, tras examinar las garantías concede a Assange una nueva apelación a su extradición.

Fuente: AFP.

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