Acosado por la justicia, el expresidente brasileño Jair Bolsonaro convocó ayer sábado a sus seguidores a participar en una “gran manifestación” el 21 de abril en la playa de Copacabana, en Río de Janeiro, dos meses después de una primera demostración de fuerza en Sao Paulo.

Daremos seguimiento a lo ocurrido en San Pablo el 25 de febrero (...) brindando información sobre nuestro Estado democrático de derecho”, dijo el exmandatario de extrema derecha en un video publicado en sus cuentas oficiales de varias redes sociales. La manifestación en Sao Paulo reunió a unas 185.000 personas, según estimaciones de investigadores.

Tuvo lugar poco después de una gran operación policial en el marco de una investigación sobre un supuesto “intento de golpe” fomentado por Bolsonaro y algunos de sus colaboradores más cercanos que desconocían su derrota electoral de 2022 ante su rival de izquierda Luiz Inácio Lula da Silva. Durante ese operativo, el 8 de febrero, al expresidente (2019-2022) se le prohibió salir del territorio nacional.

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Los investigadores manejan en particular un documento que contenía un proyecto de decreto destinado, según dijeron, a “impedir el acceso al poder del presidente legítimamente elegido”, convocaba a nuevas elecciones y disponía la detención del presidente del Tribunal Supremo Electoral, Alexandre de Moraes.

Este proyecto de decreto es “la mayor fake news de la historia de Brasil”, denunció Bolsonaro en un video publicado el sábado, indicando que evocará ese tema durante la manifestación del 21 de abril en Río. El expresidente siempre ha proclamado su inocencia y se dice víctima de “persecución”.

Unos días después de la operación policial del 8 de febrero, Bolsonaro pasó dos noches en la embajada de Hungría en Brasilia, en pleno carnaval. Para el diario estadounidense The New York Times, que dio esa noticia a finales de marzo, respaldada por imágenes de videovigilancia, el exjefe de Estado se “escondía” para escapar de la justicia.

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Esa versión fue desmentida por Bolsonaro y sus abogados, que sostienen que su cliente sólo había ido a la embajada para “hablar con las autoridades” de un “país amigo”, encabezado por otro representante de la derecha radical, Viktor Orban.

El expresidente brasileño también es objeto de otras investigaciones por presuntamente haber falsificado certificados de vacunación contra el covid-19 y por supuesta apropiación indebida de obsequios recibidos del extranjero, en particular joyas ofrecidas por Arabia Saudita.

Fuente: AFP.

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