El presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, negó este martes cualquier persecución contra su predecesor Jair Bolsonaro, cuyo hijo fue blanco de un operativo policial relacionado con una investigación sobre espionaje ilegal.
El mandatario izquierdista fue consultado en una entrevista radial sobre comentarios de Bolsonaro, quien se dijo sentirse “perseguido” por el actual gobierno. “Es una tontería”, respondió Lula, en diálogo con la radio CBN de Recife (noreste).
“El gobierno brasileño no tiene control sobre la policía federal, menos aún sobre el sistema de justicia”, añadió. Carlos Bolsonaro, hijo del expresidente y legislador en Río de Janeiro, fue objeto el lunes de órdenes de allanamiento e incautación por parte de la policía, que investiga un supuesto espionaje ilegal en favor del líder ultraderechista y su círculo íntimo.
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El hijo del expresidente ultraderechista es sospechoso de ser “miembro del núcleo político de la organización criminal” que se habría constituido en el seno de la Agencia Brasileña de Inteligencia (Abin). Los investigadores sospechan que la agencia utilizó un software israelí llamado FirstMile para espiar a cientos de políticos y figuras públicas durante la presidencia de Bolsonaro (2019-2022).
El martes, Carlos Bolsonaro fue interrogado en la sede de la policía federal en Río de Janeiro, pero salió sin dar declaraciones a la prensa, constató un equipo de la AFP. Más temprano, el concejal municipal afirmó en X (antes Twitter) que la audiencia no tenía relación con la investigación de la Abin.
Allanamiento
También publicó un video desde su casa, donde dijo que encontró “muchas cosas revueltas” tras el allanamiento. Durante el operativo del lunes, se encontraba con su padre en una residencia de Angra dos Reis, localidad costera a unos 150 kilómetros de Río, también allanada el lunes.
El jueves pasado, los investigadores apuntaron a Alexandre Ramagem, jefe de la agencia de inteligencia durante la presidencia de Bolsonaro y ahora diputado por el Partido Liberal (PL) del expresidente. Cuando se le preguntó sobre su confianza en el actual equipo de Abin, Lula respondió: “Nunca estamos seguros”.
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Dijo tener “gran confianza” en el actual director Luiz Fernando Corrêa, pero advirtió que pronto podría destituir a su segundo, “si se demuestra” que “mantuvo relaciones con el señor Ramagem”. Lula señaló además que espera que la investigación siga su curso, “respetando la presunción de inocencia” y “sin espectáculos pirotécnicos”, criticando las ruidosas operaciones policiales de las que también fue blanco en el pasado.
Condenado en 2023 a ocho años de inhabilitación política por “abuso de poder” durante una reunión con embajadores en la que difundió información falsa sobre el sistema de votación electrónica, Bolsonaro ha enfrentado varios procesos judiciales desde que perdió las elecciones presidenciales en octubre de 2022, entre otros por corrupción.
Fuente: AFP
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Bolsonaro suma dos votos en contra y solo falta uno para su condena
Con 2-0 a favor de una condena, la corte suprema de Brasil dejó ayer martes al expresidente Jair Bolsonaro cerca de ir a prisión por golpismo, en un juicio histórico que Donald Trump busca influenciar con sanciones al país. El líder de la derecha y la ultraderecha brasileñas, de 70 años, se expone a una pena de más de 40 años de cárcel acusado de haber conspirado para tratar de aferrarse al poder tras su derrota en las elecciones de 2022 frente al izquierdista Luiz Inácio Lula da Silva.
Basta una mayoría simple de tres votos sobre cinco para una condena o absolución. En audiencias públicas y retransmitidas en vivo, los jueces deben pronunciarse hasta el viernes para decidir el futuro del exmandatario y otros siete coacusados, entre ellos varios exministros y altos mandos militares. El primero en exponer su voto fue el magistrado Alexandre de Moraes, objeto de sanciones de Estados Unidos y blanco de un supuesto plan de asesinato por parte de los golpistas liderados por Bolsonaro.
A lo largo de cinco horas, el juez se refirió a una “organización criminal”, que durante meses se coordinó para llevar a cabo los delitos imputados. El magistrado votó por condenar a los ocho coacusados e incluyó una imputación específica para Bolsonaro: la de “liderar” dicha organización. “Brasil casi volvió a una dictadura”, dijo Moraes.
“Da tristeza en el corazón ver cómo una persona (Moraes) pronuncia un voto político con tanta rabia, parecía el líder del gobierno en la corte”, cuestionó en rueda de prensa el senador Flávio Bolsonaro, hijo del expresidente. El juez Flávio Dino, exministro de Justicia de Lula, votó igualmente por la condenación. En momentos en que el bolsonarismo presiona por un eventual perdón legislativo para su líder, el magistrado sostuvo que los delitos juzgados “no son susceptibles de amnistía”.
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Banquillo vacío
Bolsonaro, que se declara inocente, y el resto de acusados no comparecieron ante el tribunal en Brasilia, constató un periodista de AFP en la sala. Sus abogados atribuyen la ausencia del excapitán del ejército, que está en arresto domiciliario, a cuestiones de salud. Está acusado de cinco delitos, entre este intento de golpe de Estado, que no se habría consumado por falta de apoyo de la cúpula militar.
Habría contemplado el asesinato de Lula antes de su investidura, así como de Moraes y del vicepresidente Geraldo Alckmin. La fiscalía también lo acusa de instigar el 8 de enero de 2023, cuando miles de seguidores vandalizaron las sedes de poder en Brasilia en un intento de derrocar a Lula.
Se expone a hasta 43 años de cárcel, aunque una eventual condena es apelable. La sociedad brasileña, polarizada, se muestra dividida sobre el juicio. Mientras el 53 % cree que Moraes aplica las leyes, el 39 % estima que Bolsonaro es juzgado por motivos políticos, según un sondeo del instituto Datafolha de agosto.
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¿Nuevas sanciones de Trump?
Durante el juicio, Bolsonaro ganó el apoyo del presidente estadounidense Donald Trump. Aduciendo una “caza de brujas” contra su aliado, el mandatario impuso aranceles de 50 % a algunas exportaciones brasileñas y sancionó a funcionarios como Moraes. Y la amenaza de nuevas sanciones planea sobre Brasil.
“Para el juez Alexandre de Moraes y aquellos cuyos abusos de autoridad han minado libertades fundamentales, seguiremos tomando las medidas apropiadas”, dijo el lunes en X un alto funcionario del Departamento de Estado, Darren Beattie. “Nos ocuparemos de ello, aunque no es posible prever lo que puede salir de la cabeza de Trump”, indicó días atrás el ministro de Finanzas, Fernando Haddad, acerca de esa hipótesis. Este martes, al ser consultada sobre posibles nuevas medidas contra Brasil, la portavoz de la Casa Blanca Karoline Leavitt dijo no tener “medidas adicionales para anunciar”.
Pero “el presidente (Trump) no teme usar el poder económico y militar de Estados Unidos para proteger la libertad de expresión alrededor del mundo”, respondió la portavoz. Poco después, la cancillería brasileña dijo en un comunicado que Brasil “condena el uso de sanciones económicas o amenazas del uso de la fuerza” contra su democracia.
Amnistía
Los bolsonaristas dan por hecho una condena, pero no están de brazos cruzados. Mayoritaria en el Congreso, la derecha maniobra para votar una amnistía para su líder, un pedido refrendado por decenas de miles de seguidores en manifestaciones el domingo en varias ciudades brasileñas.
Consultado por la AFP, el gobernador de Sao Paulo, Tarcísio de Freitas, considerado posible sucesor del exmandatario en los comicios de 2026, aseguró que “hay votos de sobra” para la amnistía. Bolsonaro siempre se ha mostrado confiado en revertir su inhabilitación política y presentarse a las elecciones de 2026. Una condena no obstante podría precipitar la carrera para sucederle. Mientras, Lula, de 79 años, cuenta con presentarse a la reelección.
Fuente: AFP.
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Cinco jueces inician este martes las votaciones para decidir el futuro de Bolsonaro
El expresidente brasileño Jair Bolsonaro conocerá esta semana si es condenado por golpismo, en un juicio histórico que ha desatado la cólera de Donald Trump y sacude la derecha brasileña a un año de las presidenciales. Cinco jueces del Supremo Tribunal Federal comenzarán este martes las votaciones para decidir el futuro del exmandatario (2019-2022) y otros siete coacusados, entre ellos varios exministros y altos mandos militares.
El líder de la derecha y la ultraderecha brasileñas, de 70 años, fue imputado en febrero por supuestamente haber liderado una “organización criminal armada” que conspiró para tratar de aferrarse al poder tras la derrota en las elecciones de 2022 frente al izquierdista Luiz Inácio Lula da Silva. Es la primera vez que un exmandatario es acusado de golpe de Estado en Brasil, un país donde los responsables de la última dictadura militar (1964-1985) nunca fueron juzgados.
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¿Más presión de Trump?
Bolsonaro tiene previsto seguir el proceso en su residencia en Brasilia donde desde agosto cumple arresto domiciliario. Sus abogados atribuyen su ausencia en el tribunal a cuestiones de salud. Ya inhabilitado políticamente hasta 2030, el excapitán del Ejército clama su inocencia y se considera víctima de una “persecución política”. Entre tanto, ganó el apoyo del presidente estadounidense Donald Trump.
Aduciendo una “caza de brujas” contra su aliado, el mandatario impuso aranceles de 50 % a algunas exportaciones brasileñas y sancionó a jueces del caso, como al relator Alexandre de Moraes. La corte suprema ignorará “presiones internas o externas”, replicó la semana pasada Moraes. Pero la amenaza de nuevas sanciones podría planear sobre Brasil, asegura en sus redes sociales el hijo del expresidente Eduardo Bolsonaro, residente en Estados Unidos y artífice de la campaña en favor de su padre ante la administración de Trump.
“Nos ocuparemos de ello, aunque no es posible prever lo que puede salir de la cabeza de Trump”, indicó días atrás el ministro de Finanzas, Fernando Haddad, acerca de esa hipótesis. En vísperas de la sentencia por golpismo, el gobierno estadounidense volvió este lunes a cuestionar a Moraes y prometió seguir actuando contra el juez. “Para el juez Alexandre de Moraes y aquellos cuyos abusos de autoridad han minado libertades fundamentales, seguiremos tomando las medidas apropiadas”, dijo el subsecretario de Diplomacia Pública del Departamento de Estado, Darren Beattie, en X.
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Mayoría simple
Bolsonaro está acusado de cinco delitos, entre estos intentos de golpe de Estado, que no se habría consumado por falta de apoyo de la cúpula militar. Habría contemplado incluso el asesinato de Lula antes de su investidura. La fiscalía también lo acusa de instigar el 8 de enero de 2023, cuando miles de seguidores vandalizaron las sedes de poder en Brasilia llamando a una insurrección militar para derrocar a Lula.
Se expone a hasta 43 años de cárcel. El veredicto quedará determinado por una mayoría simple de los cinco jueces, que luego votarían para fijar una eventual pena, que es apelable. Las sesiones se extenderán hasta el viernes en la corte suprema, cuya seguridad ha sido reforzada.
Amnistía y ataques al STF
Dando por hecho una condena, los bolsonaristas no están de brazos cruzados. Mayoritaria en el Congreso, la derecha maniobra para votar una amnistía para el ultraderechista, un pedido refrendado por decenas de miles de seguidores en manifestaciones el fin de semana en varias ciudades brasileñas. Consultado por la AFP, el gobernador de Sao Paulo, Tarcísio de Freitas, considerado posible sucesor del exmandatario en los comicios de 2026, aseguró que “hay votos de sobra” para la amnistía.
Freitas cargó además en un acto en Sao Paulo contra el supremo: “No vamos a aceptar la dictadura de un poder sobre otro”, agregó, en referencia a la corte. Esta “ejerce de guardián de la Constitución y del Estado de Derecho”, le replicó el decano del supremo Gilmar Mendes, rechazando que sus jueces sean “tiranos”. Bolsonaro siempre se ha mostrado confiado en revertir su inhabilitación política y presentarse a las elecciones de 2026. Una condena no obstante podría precipitar la carrera para sucederle.
Mientras, Lula, de 79 años, cuenta con presentarse a la reelección. En Brasilia, un detractor de Bolsonaro aseguró regocijarse con el juicio. “Me da un gran placer vivir este momento de la historia brasileña. Que no quede impune”, dijo a la AFP Mauricio de Aquino Costa, un profesor de 54 años.
Otros exmandatarios ante la justicia
La corte suprema de Brasil se apresta a dar su veredicto esta semana en el juicio contra Jair Bolsonaro, el primer expresidente en ser procesado por intento de golpe de Estado desde el fin de la dictadura militar (1964-1985).
Sin embargo, cuatro de los siete ocupantes del palacio presidencial de Planalto antes del exmandatario ultraderechista (2019-2022) fueron en algún momento condenados, encarcelados o destituidos, la mayoría por corrupción. A la espera de la sentencia, Bolsonaro se encuentra en prisión domiciliaria preventiva desde agosto.
Fernando Collor de Mello (1990-1992)
Primer presidente electo por voto universal directo tras la dictadura, Collor (centro-derecha) renunció a la mitad de su mandato luego de que el Parlamento le iniciara un proceso de destitución por corrupción pasiva. De regreso a la política en 2006 como senador, fue condenado en 2023 a una pena de ocho años de prisión por corrupción por la corte suprema.
En el marco del megaescándalo destapado por la investigación “Lava Jato”, fue declarado culpable de haber facilitado “de manera irregular” la firma de contratos entre una empresa de construcción y una filial de la petrolera pública Petrobras. En mayo, Collor fue autorizado a cumplir su pena en arresto domiciliario por motivos de salud.
Luiz Inácio Lula da Silva (2003-2010, 2023-actualidad)
También objeto de la investigación “Lava Jato”, Lula fue encarcelado 580 días, desde abril de 2018 hasta noviembre de 2019, después de haber sido condenado por corrupción pasiva y lavado de dinero.
Acusado de haber recibido un tríplex frente al mar de una empresa de construcción a cambio de contratos públicos, su condena fue finalmente anulada por la corte suprema, que consideró, entre otras cosas, que el juez que lo había sentenciado en primera instancia había sido parcial. Esta anulación permitió a la figura más emblemática de la izquierda brasileña disputar y ganar la elección presidencial de 2022 frente al saliente Bolsonaro.
Dilma Rousseff (2011-2016)
Heredera de Lula, la primera mujer electa presidenta de Brasil fue destituida durante su segundo mandato consecutivo por el Parlamento, que la acusó de maquillaje de las cuentas públicas. La caída libre de su popularidad, debido entre otras cosas a una recesión y grandes manifestaciones en su contra, prepararon el terreno para su salida. La izquierda brasileña considera aún hoy que ese proceso fue un “golpe de Estado” parlamentario teñido de misoginia.
Michel Temer (2016-2018)
Rousseff fue reemplazada por su vicepresidente Temer (centro-derecha), quien tampoco demoró en aparecer en las primeras planas de los diarios por sus problemas judiciales. Acusado de corrupción en el marco de la investigación “Lava Jato”, se salvó dos veces en 2017 de un juicio ante la corte suprema, gracias a un voto desfavorable de la Cámara de Diputados. Después de dejar el poder, fue encarcelado dos veces en 2019 por obstrucción a la justicia, pero en ambas ocasiones fue liberado a los pocos días.
Fuente: AFP.
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Miles de bolsonaristas salen a las calles antes del fin de juicio
- San Pablo, Brasil. AFP.
Con inicio del acto en San Pablo y declaraciones de manifestantes miles de seguidores de Jair Bolsonaro se manifestaron ayer domingo en varias ciudades de Brasil, pocos días antes de que la justicia decida si el expresidente es culpable por golpismo.
La corte suprema dará la semana próxima su veredicto en el juicio a Bolsonaro por un presunto intento de golpe de Estado en 2022, que puede enfrentarlo a más de 40 años de cárcel. En prisión domiciliaria preventiva desde agosto, el líder de extrema derecha es el protagonista ausente de movilizaciones en ciudades como San Pablo, Río de Janeiro y Brasilia, donde acudieron miles de manifestantes, según constató la AFP.
El acto principal comenzó a las 15:00 locales (18:00 GMT) en la tradicional avenida Paulista de San Pablo, con la presencia de varios presidenciables de la derecha brasileña.
“Estamos aquí para defender la legalidad y los valores en este país. El juicio a Bolsonaro es una canallada”, dijo Aparecida Paula, una jubilada de 70 años que vestía la camiseta de la selección. Las movilizaciones reclaman una amnistía legislativa a cientos de simpatizantes bolsonaristas condenados por el asalto a los poderes públicos en Brasilia del 8 de enero de 2023. Según la fiscalía, Bolsonaro (2019-2022) promovió esos hechos como un último intento de aferrarse al poder tras perder las elecciones frente a Luiz Inácio Lula da Silva. El bolsonarismo aspira a votar la amnistía en el Congreso y que también alcance a su líder si resulta condenado.
“THANK YOU”
Vestidos con los colores verde y amarillo de la bandera brasileña, los simpatizantes bolsonaristas se concentraron en la Paulista con carteles a favor de la amnistía y contra Lula y los jueces de la corte suprema.
DÍA DE LA INDEPENDENCIA
Por su lado, en el Día de la Independencia de Brasil, el presidente de izquierda Lula encabezó ayer el tradicional desfile cívico-militar en Brasilia. “Brasil soberano” fue el lema de este año, en alusión a los aranceles de Trump. “No aceptamos órdenes de nadie”, dijo Lula en un mensaje televisado a la nación el sábado por la noche.
Sin dar nombres, se refirió como “traidores a la patria” a “algunos políticos brasileños que alentaron ataques a “Brasil. El diputado Eduardo Bolsonaro, hijo del expresidente, se mudó meses atrás a Estados Unidos, donde lleva una campaña para que el gobierno de Trump interceda en favor de su padre.
Lula dijo esta semana que ve un “riesgo” de amnistía a los condenados por el 8 de enero de 2023 si el tema se vota en el Congreso. “Es una batalla que también tiene que ser hecha por el pueblo”, afirmó el mandatario de 79 años, que planea buscar su reelección en 2026.
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Brasil: movilizaciones miden fuerza en torno a sentencia de Bolsonaro
El expresidente brasileño Jair Bolsonaro mide este domingo su fuerza con movilizaciones en las principales ciudades del país, días antes de que la justicia decida si es culpable por golpismo. La corte suprema dará la semana próxima su veredicto en el proceso a Bolsonaro por un presunto intento de golpe de Estado en 2022, que puede enfrentarlo a más de 40 años de cárcel.
En prisión domiciliaria preventiva desde agosto, el líder de extrema derecha será el protagonista ausente de actos a favor de una amnistía legislativa a cientos de sus simpatizantes condenados por el asalto a los poderes públicos en Brasilia del 8 de enero de 2023.
Según la fiscalía, Bolsonaro (2019-2022) promovió esos hechos como un último intento de aferrarse al poder tras perder las elecciones contra Luiz Inácio Lula da Silva. El bolsonarismo aspira a votar la amnistía en el Congreso y que también alcance a su líder si resulta condenado.
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“Reacciona Brasil”
Bajo el lema “Reacciona Brasil”, la movilización se activará por la mañana en Rio de Janeiro, aunque su palco principal abrirá por la tarde en Sao Paulo. Allí estarán presentes el patrocinador de los actos, el pastor evangélico ultraconservador Silas Malafaia, y varios presidenciables de la derecha.
Bolsonaro se encuentra inhabilitado electoralmente hasta 2030 por haber cuestionado sin pruebas el sistema de votación brasileño. En el escenario en la tradicional avenida Paulista aparecerá, entre otros, el gobernador paulista Tarcísio de Freitas, posible sucesor de Bolsonaro y promotor clave de la amnistía. El exmandatario se declara inocente y dice ser un perseguido.
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Desfile y seguridad reforzada
En el Día de la Independencia de Brasil, el presidente Lula encabezará por su lado el tradicional desfile oficial en Brasilia. “Brasil soberano” es el lema de este año, pocos meses después de que el presidente estadounidense, Donald Trump, impusiera aranceles punitivos a Brasil bajo el argumento de que existe una “caza de brujas” contra su aliado Bolsonaro.
Las autoridades decidieron este año reforzar el operativo de seguridad del desfile, con dos mil agentes desplegados y una tropa adicional acuartelada en caso de emergencia, confirmó la Policía Militar de Brasilia a la AFP. El gobierno difundió esta semana un video en redes sociales donde llamó a “sacar la ‘verde-amarela’ del armario” para el desfile, en alusión a la camiseta de la selección de fútbol, apropiada como símbolo por el bolsonarismo.
Lula dijo esta semana que ve un “riesgo” de amnistía a los condenados por el 8 de enero de 2023 si el tema se vota en el Congreso. “Es una batalla que también tiene que ser hecha por el pueblo”, afirmó el mandatario de 79 años, que planea buscar su reelección en 2026.
“Aún no hay definición” sobre la amnistía, aseguró el presidente de la Cámara de Diputados, Hugo Motta, responsable de decidir si el tema se vota o no. Pero tanto el gobierno como la oposición reconocieron que, en los últimos días, se intensificaron las tratativas para llevar el asunto al pleno del Congreso.
Fuente: AFP.