Chile estudiará el universo con la mayor cámara digital
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Rodeados de desérticas montañas y bajo los cielos azules del norte de Chile, los astrónomos del Observatorio Vera C. Rubin esperan revolucionar el estudio del universo cuando incorporen a un telescopio la cámara digital más grande jamás construida en el mundo. Del tamaño de un vehículo para cuatro personas, y con 2,8 toneladas de peso, el sofisticado aparato será instalado en un telescopio en construcción y tendrá la capacidad de abarcar el cielo como nunca antes, señalan a la AFP los responsables del proyecto financiado por Estados Unidos.
Con un costo de alrededor de 800 millones de dólares, comenzará a captar imágenes en el primer semestre de 2025. Cada tres días hará un barrido del cielo, y repetirá el movimiento una y otra vez, lo que le permitirá a los científicos profundizar en el análisis del universo. Pasaremos de “estudiar una estrella y saber toda la física en profundidad de esa estrella, a estudiar miles de millones de estrellas a la vez”, afirma Bruno Dias, presidente de la Sociedad Chilena de Astronomía (Sochias).
“Será un cambio de paradigma en la astronomía”, agrega Stuartt Corder, subdirector de NoirLab, centro de investigación estadounidense que administra el observatorio ubicado en el cerro Pachón (560 km al norte de Santiago) a más de 2.500 metros de altitud. Con este proyecto, Chile, que cuenta con los cielos más limpios del planeta, se consolida como potencia en la observación astronómica, con un tercio de los telescopios más potentes del planeta instalados en su territorio, según datos de la Sochias.
Se espera que en 10 años, la LSST (las siglas en inglés de Investigación del Espacio-Tiempo como Legado para la Posteridad) tenga datos de 20 millones de galaxias, 17 mil millones de estrellas y seis millones de objetos espaciales. Los científicos contarán con un renovado catálogo de imágenes del sistema solar, además podrán mapear la Vía Láctea y avanzar en el estudio de la energía y materia oscura, que conforma el 90 % del universo.
La cámara capturará fotografías de 3.200 megapixeles. Una imagen tan grande que para visualizarla se requerirán más de 300 televisores de tamaño promedio de alta definición juntos. El aparato, que se está fabricando en California, triplicará la capacidad de la actual cámara más poderosa, la Hyper Suprime-Cam japonesa, de 870 megapixeles. Y será seis veces más potente que la actual cámara más poderosa de NoirLab.
“La cámara que existe, que está en el (cerro) Tololo (también en Chile), es de 520 megapixeles”, explica Jacques Sebag, encargado de la construcción del telescopio que contendrá la megacámara. Ese telescopio tiene un espejo de 8,4 metros de diámetro y para su traslado por tierra se necesitaron varios camiones y retirar las señales de tránsito para que pudiera pasar, cuentan los responsables.
Muy atrás quedó el telescopio de 40 centímetros que llegó hace más de 60 años a Chile, cuando se instaló el primer observatorio internacional del país en el cerro Tololo, en la década de 1960. “Ese telescopio llegó aquí a lomo de una mula, porque no había un camino”, cuenta Stephen Heathcote, director del observatorio Cerro Tololo, a solo 20 km del cerro Pachón.
El observatorio Vera C. Rubin, nombrado en honor a la astrónoma estadounidense que descubrió la materia oscura, se suma a otros grandes centros de estudios de observación ubicados en el norte de Chile. Las condiciones naturales de los desiertos en el norte del país, ubicados entre el océano Pacífico y la cordillera de Los Andes, generan los cielos más limpios del planeta, gracias a su poca nubosidad y clima seco.
Chile alberga los telescopios de más de 30 países, entre ellos algunos de los instrumentos astronómicos más poderosos del mundo, como el Observatorio ALMA, el radiotelescopio más potente o el futuro Telescopio Extremadamente Grande, que en 2027 observará distancias jamás alcanzadas.
El observatorio Cerro Tololo, en tanto, fue testigo de grandes descubrimientos, como la expansión acelerada del universo, que valió un premio Nobel de Física en 2011 para los estadounidenses Saul Perlmutter y Adam Riess, y al australiano Brian Schmidt. Aunque en otros países como Estados Unidos, Australia, China o España también se han instalado poderosos aparatos de observación, “Chile es imbatible” en el campo de la astronomía, afirma el presidente de Sochias.
El guaraní se posiciona en el centro del debate digital
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En el marco del Día de la Aceptación Universal, impulsado a nivel global por la Corporación para Nombres y Números Asignados en Internet (ICANN), el pasado 23 de mayo se realizó una iniciativa pionera que abordó la inclusión del idioma guaraní en el ecosistema digital, en el salón auditorio del Centro Nacional de Computación de la Universidad Nacional de Asunción (CNC-UNA).
El encuentro “Aceptación Universal 2025 – Capítulo Paraguay” fue organizado por el Network Information Center – Paraguay (NIC.PY), dependiente del CNC-UNA, que administra el dominio de primer nivel .PY. Además, contó con la participación de directores generales del Rectorado de la UNA, autoridades de la ICANN, representantes de instituciones públicas y privadas, así como de invitadas e invitados especiales de la Universidad Católica Nuestra Señora de la Asunción (UCA), y referentes del sector tecnológico y lingüístico.
“Este día nos convoca a deliberar sobre un objetivo clave para el futuro de la red: lograr que todos los nombres de dominio y direcciones de correo electrónico -sin importar el idioma, alfabeto o extensión- sean aceptados y funcionen correctamente en todos los sistemas y plataformas. La Aceptación Universal no es solo una cuestión técnica; es también un acto de inclusión digital”, expresó el vicerrector de la UNA, Miguel Torres Ñumbay, durante la apertura.
Bajo el lema “Aceptación Universal de Nombres de Dominio en Guaraní”, la jornada tuvo como objetivo principal visibilizar los avances y desafíos en la implementación de nombres de dominio internacionalizados, especialmente en guaraní, nuestra lengua oficial. La Aceptación Universal busca garantizar que todos los dominios -incluidos los nuevos dominios de nivel superior (TLD), los dominios en alfabetos nativos y las direcciones de correo electrónico- sean reconocidos y operen correctamente en todos los entornos digitales.
La agenda incluyó la participación de representantes de la Secretaría de Políticas Lingüísticas (SPL), quienes reflexionaron sobre el valor cultural del guaraní y su incorporación a las tecnologías digitales. Posteriormente, Sergio Valle, embajador de Aceptación Universal para América Latina y el Caribe, ofreció –de forma virtual– una introducción a los fundamentos de esta filosofía de inclusión lingüística digital, preparando el terreno para las presentaciones técnicas que siguieron.
Durante el evento, el equipo técnico del NIC.PY compartió experiencias prácticas y avances en la adaptación del idioma guaraní a entornos digitales, abordando temas como la configuración de zonas DNS, el uso de servidores web y correo electrónico, y herramientas de diagnóstico para dominios en guaraní. Las exposiciones estuvieron lideradas por Martha Fretes, directora del NIC.PY.
El cierre de la jornada estuvo marcado por una reflexión colectiva sobre los desafíos que representa la adopción plena de nombres de dominio en guaraní, en concordancia con los principios de accesibilidad, diversidad e inclusión digital que promueve la ICANN a nivel mundial. Transmisión completa de la jornada: https://www.youtube.com/live/fPE879M1H5g.
La adaptación del idioma paraguayo a entornos digitales centró un importante encuentro en la UNA. Foto: Gentileza
“La interconexión ha generado nuevas formas de sufrimiento psíquico”
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Jimmi Peralta
Fotos: Mariana Díaz/Archivo
La geopsiquiatría como un campo emergente de estudios y nuevo enfoque de salud mental profundiza su mirada respecto a la influencia del entorno cercano y global en la psiquis de las personas. En este diálogo con El Gran Domingo de La Nación, el Dr. Julio Torales habla sobre esta novedad académica, su alcance, campo de acción y estudios existentes.
La reconfiguración del plano geopolítico global, la digitalización, el cambio climático y la pandemia, entre otros fenómenos que pueden ser mundiales o locales, pero de interrelación planetaria, sin dudas marcan huellas en la condición psíquica de las personas. En procura de desarrollar una mayor comprensión de esa situación, surge un nuevo enfoque médico que ya viene desarrollando estudios al respecto: la geopsiquiatría.
En contraposición al síntoma del momento que experimenta el sujeto individual, surge una forma de comprender la salud psíquica que pone el acento en la condición social del ser humano y parte de un enfoque holístico.
En este contexto, el médico psiquiatra paraguayo Julio Torales fue electo senior fellow del Instituto Internacional de Geopsiquiatría (International Institute of Geopsychiatry), con sede en Suiza, y nombrado director del Centro Colaborativo en Geopsiquatría en Paraguay.
Actualmente, Torales es profesor titular de Psiquiatría y líder del Grupo de Investigación sobre Epidemiología de los Trastornos Mentales, Psicopatología y Neurociencias de la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad Nacional de Asunción (FCM-UNA). Además, es coordinador del Centro de Investigaciones Médicas de la Universidad Sudamericana e investigador de la Universidad de Los Lagos (Chile).
–¿Cuál es la definición de la geopsiquiatría?
–La geopsiquiatría es una subdisciplina emergente de la psiquiatría que estudia las interacciones entre los factores geográficos, sociopolíticos, económicos y ambientales y su influencia en la salud mental de las poblaciones. Se trata de un enfoque integrador que reconoce cómo el entorno, el territorio y los procesos históricos afectan el bienestar psíquico individual y colectivo.
URGENCIA
–¿Cuál es la necesidad a la que viene a asistir?
–La geopsiquiatría surge para responder a una necesidad urgente: comprender y abordar los determinantes contextuales de la salud mental que han sido tradicionalmente subestimados. En un mundo marcado por desigualdades estructurales, crisis humanitarias, migraciones forzadas y colapsos ecológicos. Esta disciplina busca ofrecer marcos de análisis y acción sensibles a la realidad geopolítica de cada territorio.
–¿Existen otras especialidades o disciplinas que trabajen el factor social dentro de la psiquiatría?
–Sí. La psiquiatría social, la psiquiatría transcultural y la psiquiatría comunitaria son disciplinas que han abordado aspectos sociales, culturales y contextuales. Sin embargo, la geopsiquiatría se diferencia por su énfasis en los determinantes geopolíticos y ambientales globales, proponiendo una lectura más amplia y situada de los fenómenos mentales.
–¿Qué tipos de patologías se enmarcan en el ámbito de competencia específica de la geopsiquiatría?, ¿su labor se centra más en lo estadístico?
–La geopsiquiatría no se limita a una categoría diagnóstica específica, pero suele enfocarse en trastornos vinculados al contexto, como el estrés postraumático, la ansiedad climática, la depresión asociada a crisis humanitarias o las psicosis en contextos de violencia estructural. Más que limitarse al análisis estadístico, busca interpretar los datos a la luz de las realidades sociales, políticas y ambientales en las que se inscriben.
–¿La interconexión virtual y real del mundo globalizado visualiza y/o genera nuevos problemas mentales?
–Ambas cosas. Por un lado, la interconexión ha permitido visibilizar condiciones mentales antes silenciadas o estigmatizadas. Pero también ha generado nuevas formas de sufrimiento psíquico: adicción a las redes, ansiedad informativa, dismorfia corporal digital, aislamiento paradójico, entre otras. La vida en red ha transformado los modos de vincularnos con efectos directos sobre la salud mental.
PUNTO DE INFLEXIÓN
–¿Qué peso tienen en estos nuevos escenarios la virtualidad y la pandemia?
–La pandemia de covid-19 fue un punto de inflexión. Aceleró procesos de digitalización y puso en evidencia la fragilidad de los sistemas de salud mental a nivel global. La virtualidad se volvió una herramienta clave para sostener vínculos, pero también potenció el aislamiento, la fatiga psíquica y la desigualdad en el acceso a recursos digitales, sobre todo en contextos de vulnerabilidad.
–¿Existen antecedentes de estudios y análisis anteriores que se hayan clasificado dentro del análisis de la geopsiquiatría?
–Sí, aunque no con ese nombre. Durante la Guerra Fría se investigaron los efectos del miedo nuclear y tras el 11-S se estudió el impacto del terrorismo y la securitización en la salud mental colectiva. La geopsiquiatría retoma estas experiencias para construir un marco conceptual más sistemático y global capaz de integrar esas realidades al análisis contemporáneo.
–¿Qué tipo de acciones globales podrían impulsarse en el marco de las necesidades que plantea el nuevo panorama de la salud mental en el mundo?
–Se necesitan políticas públicas globales que integren la salud mental como componente esencial del desarrollo sostenible. Esto incluye el fortalecimiento de sistemas comunitarios de atención, la capacitación de profesionales en enfoques contextuales, la investigación transnacional de determinantes psicosociales y la inclusión de la salud mental en agendas climáticas, migratorias y de derechos humanos.
MISIÓN
–¿Qué es el Instituto Internacional de Geopsiquiatría? ¿Cuáles son sus funciones y qué trabajo desarrollará usted allí?
–El Instituto Internacional de Geopsiquiatría fue creado en 2025 bajo el auspicio del Grupo de Interés Especial en Geopsiquiatría de la Asociación Mundial de Psiquiatría. Su misión es promover la investigación, la formación académica y la incidencia política en torno a la relación entre geopolítica y salud mental. Como senior fellow y director del Centro Colaborativo en Paraguay, me corresponde impulsar estudios regionales, fortalecer capacidades locales y contribuir al desarrollo de marcos teóricos y prácticos que reflejen las realidades de América Latina en el contexto global.
–¿En qué sentido la problemática del subdiagnóstico, la escasez de profesionales y los prejuicios sociales que postergan las consultas menguan el avance en este tipo de aristas investigativas emergentes?
–Estas problemáticas no solo dificultan el acceso a atención oportuna, sino que también limitan la capacidad de los sistemas de salud para generar datos representativos y contextualizados. El subdiagnóstico oculta la verdadera magnitud del sufrimiento psíquico en las poblaciones; la escasez de profesionales impide establecer redes de investigación clínica sólidas y el estigma social retrasa tanto la consulta como la participación en estudios. Esto repercute directamente en la producción de evidencia científica que permita desarrollar políticas sensibles al contexto geográfico y sociocultural. La geopsiquiatría, al enfocarse en los determinantes estructurales y globales de la salud mental, pone de relieve la urgencia de superar estas barreras para avanzar hacia una comprensión más completa y justa del sufrimiento psicológico en cada territorio.
DESARROLLO DE LA GEOPSIQUIATRÍA EN PARAGUAY
Profesionales paraguayos publicaron en el International Journal of Social Psychiatry un estudio que analizó, por primera vez en el país, la relación entre condiciones meteorológicas extremas y las consultas psiquiátricas de urgencia.
Utilizando un diseño case-crossover, el estudio evidenció que el calor extremo y la baja humedad relativa se asocian con un incremento significativo de consultas por episodios bipolares, trastornos de la conducta alimentaria y depresión.
En contraste, se observó una disminución en las consultas por esquizofrenia. Además, se constató que cada 1 % menos de humedad relativa aumentaba en 11 % el riesgo de consulta, lo que subraya la vulnerabilidad de ciertos cuadros ante condiciones climáticas adversas.
Otro trabajo recientemente publicado, esta vez en la revista Geopsychiatry, consistió en la primera encuesta global sobre la incorporación de la geopsiquiatría en la formación de médicos residentes en psiquiatría. Participaron 401 profesionales de más de 20 países. Los resultados muestran que, si bien la familiaridad con la disciplina aún es baja (4,2 %), más del 60 % considera muy importante incluirla en los programas formativos. Este estudio también identificó las principales barreras institucionales, como la falta de docentes capacitados y de materiales educativos específicos.
Actualmente Paraguay lidera un estudio multinacional sobre los efectos del cambio climático y fenómenos meteorológicos extremos en la salud mental de la población general.
Esta investigación se encuentra en fase de recolección de datos en los cinco continentes, en colaboración con centros académicos de América, Europa, África, Asia y Oceanía.
Está en fase de diseño final un nuevo estudio que evaluará la relación entre la exposición a partículas finas en suspensión (material particulado PM2.5) y la aparición o intensificación de síntomas comunes de enfermedades mentales.
Esta línea de investigación apunta a profundizar el entendimiento del impacto de la contaminación ambiental en el bienestar psicológico, un aspecto cada vez más relevante en contextos urbanos y vulnerables.
Princesa de Asturias premia la lucha contra el cáncer
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Madrid, España. AFP.
La estadounidense Mary-Claire King fue galardonada este jueves en España con el Premio Princesa de Asturias de Investigación Científica y Técnica, por su aplicación de la genética a la prevención del cáncer, contribuyendo “a salvar millones de vidas”. “Los estudios de la doctora King han permitido establecer por primera vez la estrecha relación entre un gen concreto y el riesgo de desarrollar cáncer de mama u ovario, contribuyendo de este modo a salvar millones de vidas”, indicó el jurado del premio, concedido por la Fundación Princesa de Asturias, heredera del trono español.
Sus trabajos también han sido claves para conocer “la sorprendente similitud genética entre humanos y chimpancés”. Asimismo, la genetista estadounidense de 79 años ha contribuido a “la defensa de los derechos humanos”, toda vez que “desarrolló una metodología rigurosa, tanto científica como legalmente, con la que se ha conseguido la reunificación familiar de personas desaparecidas”, continuó el fallo, dado a conocer en Oviedo, capital de la región española de Asturias.
King fue seleccionada de entre 59 candidaturas de 23 nacionalidades que optaban por este premio. Graduada en Matemáticas y con doctorado en Genética en la Universidad de Berkeley, King ha recibido varios reconocimientos, como el Lasker, sobre todo por haber identificado el gen BRCA1, clave en el desarrollo de los cáncer de mama y ovario.
Ese descubrimiento “supuso un cambio de paradigma en el conocimiento del origen del cáncer”, lo que llevó a que “el estudio de esta enfermedad y de otras enfermedades denominadas raras” comenzaran a “enfocarse desde otro punto de vista”, apuntó la Fundación Princesa de Asturias.
Con más de veinte doctorados honoris causa en universidades de todo el mundo, King ha ocupado cargos relevantes en instituciones públicas y universidades de Estados Unidos, así como en el Consejo Científico de la Organización Mundial de la Salud.
El de Investigación Científica y Técnica es el séptimo de los ocho galardones de esta edición de los premios, considerados los más prestigiosos del mundo iberoamericano, que anualmente otorga la Fundación Princesa de Asturias. Instituidos en 1981, están dotados con 50.000 euros (unos 57.600 dólares) y una escultura creada por el fallecido artista catalán Joan Miró.
El año pasado, en esta categoría, el reconocimiento fue para cinco expertos de Estados Unidos, Canadá y Dinamarca, cuyos estudios propiciaron fármacos para combatir la diabetes y la obesidad, como el Ozempic. En otras ediciones también fueron premiados los científicos responsables del descubrimiento del ARN mensajero, que permitió desarrollar en tiempo récord varias vacunas contra el covid-19, o matemáticos impulsores del procesamiento matemático de datos.
Este año, los galardones ya anunciados han sido el Princesa de Asturias de Comunicación y Humanidades, que recayó en el filósofo y ensayista alemán de origen surcoreano Byung-Chul Han, el de las Letras, que distinguió al español Eduardo Mendoza, y el de Ciencias Sociales, para el sociólogo estadounidense Douglas Massey.
También se fallaron el de Artes, que recayó en la fotógrafa mexicana Graciela Iturbide, el de Deportes, que reconoció a la tenista estadounidense Serena Williams, y la semana pasada el de la Concordia, destinado al Museo Nacional de Antropología de México.
El 18 de junio concluirán los anuncios de esta edición, con el fallo del Princesa de Asturias de Cooperación Internacional. Los galardones, que toman su nombre del título de la heredera al trono de la Corona española, la princesa Leonor, son entregados por los reyes Felipe y Letizia, normalmente acompañados por sus hijas, en octubre en una ceremonia en Oviedo, capital de Asturias.
Celdas de batería de segunda vida en la planta de VoltR, fabricante francés de baterías de litio de diseño ecológico, en Verrières-en-Anjou. Foto: Sébastien Salom-Gomis/AFP
Europa se rezaga en carrera por el litio, mientras China avanza en América Latina
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París, Francia. AFP.
Europa quiere ser un referente mundial en transporte limpio, pero se está topando con un desafío: el litio, un recurso clave para fabricar baterías de autos eléctricos, y codiciado por China en Latinoamérica y África. China produce más de las tres cuartas partes de las baterías vendidas en el planeta, refina el 70 % de esa materia prima y es el tercer extractor mundial por detrás de Australia y Chile, según datos de 2024 del servicio geológico de Estados Unidos (USGS).
Para hacerse un hueco, Europa ha desarrollado una ambiciosa arquitectura regulatoria que pone el énfasis en la preservación del medioambiente, la creación de empleo de calidad y la cooperación con las comunidades locales. Además, ha suscrito acuerdos bilaterales con una quincena de países, entre ellos Chile y Argentina, quinto productor mundial de litio. El problema es el dinero.
“Veo muchos memorandos de entendimiento, pero falta acción. En ocasiones, el mismo día que estábamos firmando un acuerdo, los chinos estaban comprando una mina en ese país”, dice a AFP Julia Poliscanova, directora del área de vehículos eléctricos en el círculo de reflexión Transport and Environment (T&E).
El desfase es obvio: mientras que China invirtió 6.080 millones de dólares en proyectos de litio de 2020 a 2023, Europa apenas puso sobre la mesa 1.060 millones, según datos recopilados por T&E. La Agencia Internacional de la Energía lo afirma claramente en su reciente informe de 2025 sobre minerales críticos, donde por cierto destaca el aumento de la demanda mundial de litio el año pasado, un 30 %.
“Para garantizar el suministro de materias primas, China está invirtiendo activamente en minas en el extranjero, a través de empresas estatales con apoyo político del gobierno”, apunta la AIE.
China cuenta para ello con la Iniciativa de la Franja y la Ruta, en la que la minería fue el segundo mayor capítulo, con 21.400 millones de dólares de inversión en 2024, detalla la AIE.
Europa “está atrasando los niveles de inversión en estas áreas”, y “si no tiene clara su posición de cómo va a desarrollar sus industrias nacionales de baterías y hasta de minería (...), va a dejar espacios que se lo van a comer en otros lados del mundo”, apunta desde Santiago de Chile Sebastián Galarza, fundador del Centro de Movilidad Sostenible.
El caso es especialmente marcado en África, donde la demanda china ha aupado a Zimbabue a la posición de cuarto productor mundial de litio.
“Los chinos y otros actores no siempre hablan de estándares [de inversión], pero ahí está su dinero. Los ideales y estándares de la UE tienen que venir de la mano del dinero, en forma de inversiones reales en minería”, incide Theo Acheampong, del centro de reflexión ECFR.
Para 2035, la UE tiene el objetivo de que todos los coches nuevos destinados a su mercado produzcan cero emisiones. El porcentaje de ventas de vehículos eléctricos en la UE fue del 21 % en 2024, según la AIE.
Europa planea construir decenas de fábricas de baterías, pero no lo está teniendo fácil ante el errático apetito de sus propios consumidores y la competencia de Japón (Panasonic), Corea del Sur (LG Energy Solution, Samsung) y sobre todo China (CATL, BYD).
Tanto el mercado como los analistas defienden por ello un estrechamiento de la relación con el triángulo del litio formado por Chile, Argentina y Bolivia (casi la mitad de las reservas del preciado metal), sin olvidar la emergente producción brasileña. El objetivo: crear cadenas de valor y que algún día las baterías de autos eléctricos se fabriquen también en América Latina.
La propuesta regulatoria europea permitiría a América Latina “compatibilizar el desarrollo local con la exportación de esas materias primas, y no caer en un ciclo puramente extractivista”, expone Juan Vázquez, jefe adjunto para América Latina y el Caribe en el Centro de Desarrollo de la OCDE.
“Actualmente, el 4 % del litio de Chile va a Europa (...) pero la UE tiene todas las posibilidades para aumentar la participación en la industria de la batería”, incide Stefan Debruyne, director de asuntos externos de la minera chilena privada SQM.
Una electrificación creciente
Galarza plantea la cuestión fundamental, que va más allá de la extracción del metal. “¿Qué interés tienes como empresa de instalarte en Chile para producir cátodos, baterías o materiales más elaborados, si no tienes un mercado local o regional que abastecer? ¿Por qué no simplemente llevarte el litio, refinarlo y hacer todo en China y mandarnos la batería de vuelta?”, se pregunta.
Defendiendo la tradición automotriz de México, Brasil y Argentina, él mismo responde: “hay que empujar rápidamente hacia la electrificación del transporte en la región”, para que “seamos parte también de los beneficios de esa transición energética”. El camino se anuncia largo, pero los últimos datos son promisorios, según la AIE, que elogió recientemente las políticas públicas aplicadas, tales como incentivos fiscales y reducciones de las tarifas de matriculación.
En Brasil, el mayor mercado regional, la cuota de ventas de autos eléctricos se duplicó en 2024 respecto al año anterior, y alcanzó el 6,4 %, el 85 % de ellos importados de China. La tendencia mejoró igualmente en Costa Rica y Colombia, con porcentajes del 15 % y el 7,4 %, respectivamente. México y Chile crecieron y se ubicaron ligeramente por encima del 2 %.