Donald Trump afirmó este jueves que el presidente de Estados Unidos debería gozar de una “inmunidad total” contra un procesamiento penal incluso si sus acciones “cruzan la línea” roja. El favorito para la nominación republicana de cara a las elecciones presidenciales de noviembre se enfrenta a 91 cargos penales en cuatro casos que incluyen el presunto intento de alterar los resultados electorales de 2020 y de apropiarse de documentos ultrasecretos cuando se fue de la Casa Blanca.
En una publicación subida a las redes sociales en torno a las 2 de la madrugada, Trump argumentó que como presidente tenía inmunidad total ante el procesamiento e instó a la Corte Suprema a fallar en su favor. “Incluso los hechos que ‘cruzan la línea’ deben recaer bajo inmunidad total, o serán años de trauma tratando de determinar el bien del mal”, señaló Trump en su red Truth Social, fiel a su estilo de escribir en mayúsculas.
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Trump sugirió que los presidentes estadounidenses necesitan inmunidad para poder tomar decisiones difíciles. El republicano comparó la situación con la de las fuerzas de seguridad, que deben seguir trabajando a pesar de “‘policías canallas’ ocasionales”.
“A veces”, escribió Trump, “hay que vivir con un ‘genial pero ligeramente imperfecto’”. En su opinión, la Corte Suprema, que se inclinó a la derecha desde que él nombró a tres nuevos jueces durante su mandato, tomará una “decisión fácil”, si tiene que dirimir sobre el caso.
Un tribunal federal de apelaciones de Washington examina actualmente un recurso de Trump pidiendo inmunidad en un procesamiento por su presunto papel en el intento de alterar el resultado de las elecciones de 2020, en las que perdió frente al demócrata Joe Biden. Si los magistrados rechazan la apelación de Trump, como anticipan la mayoría de los expertos legales, es probable que el caso llegue ante la Corte Suprema.
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Fuente: AFP
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¿Quién puede ser el vicepresidente de Trump?
¿A quién elegirá Donald Trump como compañero de fórmula para las elecciones presidenciales de noviembre? Imposible saberlo, pero algunos nombres suenan con fuerza. El expresidente republicano debe elegir con cuidado a su posible futuro vicepresidente si quiere ampliar su base electoral en su duelo contra el demócrata Joe Biden. Estos son algunos de los nombres que más circulan.
Tim Scott
A Donald Trump le gusta el perfil de Tim Scott, el senador afroestadounidense de Carolina del Sur. El expresidente republicano no para de elogiar la lealtad de este hombre de 50 años, antiguo aspirante a la Casa Blanca. “Eres mucho mejor candidato para mí de lo que has sido para ti”, dijo en un mitin reciente.
Con Tim Scott como mano derecha, Trump podría aspirar a ganarse a los votantes negros, que prefirieron mayoritariamente a Joe Biden en las elecciones de 2020. Sus detractores reprochan al senador su falta de magnetismo, sobre todo durante los debates.
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Elise Stefanik
Elise Stefanik, de 39 años, llegó al Congreso con posiciones moderadas, pero su ascenso meteórico entre los republicanos se debe al apoyo de Donald Trump. La congresista por Nueva York ha abrazado sin vacilar cada una de las cruzadas del millonario.
Si la elige como compañera de fórmula, Donald Trump podría ganarse a una parte del electorado femenino, entre el que su apoyo decae, según los sondeos. Pero esta incondicional del candidato republicano también podría ahuyentar a los votantes más moderados.
J.D Vance
J.D. Vance, de 39 años, no ha sido fan de Donald Trump desde sus inicios, algo que el expresidente republicano le reprocha. Pero no por ello hay que borrarlo de la lista. Este exmilitar y senador por Ohio, conocido por haber publicado un libro éxito de ventas sobre la clase trabajadora blanca de Estados Unidos, acaba de entrar en política, pero su perfil ya despierta interés en los círculos republicanos.
Llama la atención sobre todo su capacidad para recaudar grandes sumas de dinero para su partido. Y esto es importante en un país donde las victorias políticas se obtienen a base de miles de millones de dólares.
Marco Rubio
La relación entre Donald Trump y Marco Rubio ha sido tirante en el pasado. En las primarias republicanas de 2016 el senador de Florida se burló del magnate inmobiliario. Desde entonces ambos parecen haber enterrado el hacha de guerra.
Donald Trump sabe que podría sacar provecho del perfil de este senador de 52 años, muy implicado en temas geopolíticos y que podría darle un valioso apoyo entre los votantes hispanos. Pero un sector de la derecha dura nunca le ha perdonado su propuesta de reforma migratoria, presentada hace más de diez años.
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Nikki Haley
La elección de Nikki Haley, la última rival de Donald Trump en las primarias republicanas, sería sorprendente, pero no imposible. Esta mujer de 52 años aún no ha anunciado su apoyo público a la candidatura de Donald Trump. Durante muchos meses el republicano ha llamado a su exembajadora ante la ONU “cabeza hueca”.
Pero la exgobernadora de Carolina del Sur es muy popular entre los votantes republicanos moderados e independientes, votos que de otro modo podrían ir a parar a Joe Biden.
Otros posibles candidatos
También circulan los nombres del gobernador de Dakota del Norte, Doug Burgum, y del senador Rick Scott, pero sus posibilidades parecen limitadas por el momento. También lo son las del empresario Vivek Ramaswamy, el congresista Byron Donalds y la expresentadora de televisión Kari Lake.
La gobernadora de Dakota del Sur, Kristi Noem, fue considerada durante mucho tiempo como una posible candidata, pero sus posibilidades se han desplomado desde que afirmó haber matado de un disparo a su perra porque era “indomable”.
Contactado por la AFP, el entorno de Donald Trump se negó a dar detalles sobre el perfil que busca. “Cualquiera que afirme saber quién o cuándo el presidente Trump elegirá a su vicepresidente miente”, dijo uno de sus asesores. “A no ser que esa persona se llame Donald Trump”.
Fuente: AFP.
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Detectar a votantes de Trump, un dolor de cabeza para encuestadoras
¿Por quién votará en noviembre? Los institutos de encuestas intentan detectar a los votantes que elegirán al republicano Donald Trump en las elecciones presidenciales de Estados Unidos para evitar subestimarlos como hicieron en 2020 y cuatro años antes. La victoria del republicano frente a la demócrata Hillary Clinton en 2016 sorprendió al país, pero fueron sobre todo las últimas elecciones, que ganó Joe Biden, las que obligaron a los encuestadores a hacer revaluar sus métodos.
Según un informe de la Asociación Estadounidense para la Investigación de la Opinión Pública (AAPOR), se han producido errores de “magnitud inusual”, los peores en veinte o incluso cuarenta años. ¿Por qué hasta la víspera electoral las encuestas sobreestimaron el voto a Biden?
Don Levy, director del instituto de investigación de la universidad de Siena, que publica junto con el New York Times unas proyecciones muy seguidas, no cree que los partidarios del magnate republicano sean demasiado “tímidos” para expresar su preferencia. Pero son “más reacios a participar en una encuesta”, e incluso hostiles.
“Donald Trump ha pedido a sus partidarios que no respondan a las encuestas y, francamente, nunca habíamos tenido que lidiar con eso”, coincide Celinda Lake, cuya influyente empresa de sondeos trabaja para el Partido Demócrata. “En 2020 constatamos que los encuestados eran más reservados a la hora de revelar su intención de voto”, explica también a AFP Doug Schwartz, que dirige otro conocido instituto de la Universidad Quinnipiac. Pero “nuestros esfuerzos han contribuido a reducir el rechazo”, asegura sin entrar en detalles.
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Más difícil y caro
Todo el mundo está de acuerdo en que llegar a los votantes en la era de los teléfonos móviles con filtro de llamadas es cada vez más difícil y costoso. Para corregir la infrarrepresentación de votantes del candidato republicano, Don Levy plantea la pregunta sobre intención de voto “de entrada”. Aunque los partidarios del magnate de 77 años, una vez declarada su preferencia, cuelgan sin contestar a las otras preguntas, al menos consigue esta respuesta, explica a la AFP.
Además, apuesta por las entrevistas telefónicas, basadas en las listas electorales, y se asegura de que los potenciales simpatizantes de Trump (por ejemplo, los votantes blancos sin título universitario que viven en zonas rurales) estén sobrerrepresentados. Celinda Lake, por su parte, utiliza técnicas de modelización estadística, pero se niega a limitarse a las entrevistas telefónicas.
Por teléfono te encuentras con gente mayor que “trabaja en un horario regular”, y no tanto con jóvenes o personas con empleos precarios, señala. Ella aboga por un enfoque “mixto”. “Usamos internet, mandamos mensajes de texto, llamamos a móviles y a fijos”, prosigue. Sus encuestadores intentan contactar con la misma persona “varias veces”. Además “somos cada vez más cuidadosos con la forma en la que empezamos nuestros cuestionarios”, declaró Celinda Lake a la AFP, para no parecer “demasiado parciales” o “demasiado progresistas”.
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“Estados bisagra”
“Por ejemplo preguntamos a la gente qué le pareció el partido de fútbol americano del día anterior, u otra pregunta que les haga pensar ‘este es como yo’”. Las empresas de sondeos también se esmeran con los “estados bisagra”, que pueden inclinarse hacia uno u otro partido en función de los candidatos y otros factores.
En Estados Unidos los ciudadanos no eligen directamente al presidente, sino que designan a grandes electores de cada estado, que serán quienes voten por uno u otro candidato. Para ganar Joe Biden y Donald Trump no necesitan obtener la mayoría de los votos en todo el país, pero sí en una serie de estados indecisos, aunque sea por un margen muy estrecho.
En 2024 comentaristas e investigadores han identificado seis o incluso siete, entre ellos Arizona, Georgia, Nevada o Pensilvania. Paradójicamente, Don Levy (Siena) teme que el deseo de los institutos de sondeos de explorar estos estados, e incluso algunos distritos específicos, sea perjudicial. “Algunas personas (que viven en estados indecisos) podrían sentirse ‘demasiado sondeadas’. Y esto también podría influir” en la fiabilidad de las encuestas, advierte.
Fuente: AFP.
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EE. UU.: confianza de consumidores cayó al peor nivel en seis meses
La confianza de los consumidores en la economía de Estados Unidos cayó en mayo a su nivel más bajo desde noviembre, en medio de preocupaciones por la evolución de la inflación, el empleo y las tasas de interés, según estimación preliminar de la Universidad de Michigan. El índice, elaborado por el instituto empresarial Conference Board cayó 13 % respecto a abril, alcanzando los 67,4 puntos.
Este registro sorprendió a los analistas, que habían pronosticado un descenso mucho menor y contaban con 76 puntos, según el consenso recabado por el sitio especializado Market Watch. “Los consumidores se habían reservado su opinión en los últimos meses, pero ahora perciben una evolución negativa en varios aspectos”, explicó la responsable de la encuesta, Joanne Hsu, citada en un comunicado. En ese sentido, los estadounidenses “expresaron su preocupación por la evolución desfavorable de la inflación, el desempleo y las tasas de interés durante el próximo año”.
A principios de año, la Reserva Federal (Fed, banco Central) se planteaba empezar a bajar sus tasas en los meses siguientes. Esto habría reducido los intereses de los préstamos inmobiliarios o para automóviles e incluso de las tarjetas de crédito. Pero el repunte de la inflación desde enero llevó a dejarlo de lado, para evitar un nuevo aumento de los precios.
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Fuente: AFP.
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Este viernes se cerró la tercera semana del juicio a Donald Trump
El juicio de Donald Trump cierra este viernes una tercera semana marcada por el testimonio bomba de la exestrella de cine porno Stormy Daniels, en el centro del caso que ha sentado por primera vez a un expresidente de Estados Unidos en el banquillo.
Antes de la conclusión de la audiencia este viernes, el fiscal Joshua Steinglass indicó que la acusación llamará la próxima semana a dos nuevos testigos, sin revelar sus nombres, y que podrían ser los últimos por su parte.
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La mayoría de los comentaristas prevén que el lunes suba al estrado Michael Cohen, exabogado personal de Trump, quien fue el encargado de hacer el pago de 130.000 dólares a Daniels en la recta final de las elecciones presidenciales de 2016, y cuyo reembolso fue registrado como gastos legales.
Ante las quejas de Trump, sobre el que pende una orden que le prohíbe hablar de los testigos, el jurado o miembros de la corte, el juez Juan Merchan pidió a la Fiscalía que comunique a Cohen que “se abstenga de hacer comentarios públicos” sobre el juicio o el magnate.
Al término del juicio, el jurado popular tendrá que determinar si el magnate falsificó 34 documentos contables para esconder el pago a Daniels, como acusa la Fiscalía. Si es declarado culpable podría ser condenado a la cárcel, aunque ello no le impediría ser presidente en caso de que fuera el vencedor en noviembre del duelo contra Joe Biden.
Cohen ya se declaró culpable de fraude fiscal, violación de leyes de financiación de campaña electoral y de mentir al Congreso por lo que fue condenado a tres años de cárcel en 2018. Entonces se comprometió a colaborar con la Fiscalía, por lo que su testimonio es altamente esperado.
Junto a Daniels son las dos estrellas de este juicio histórico.
La exactriz explicó al jurado de Nueva York con todo lujo de detalles la aventura de una noche que tuvo con Trump, y que este siempre ha negado, en un torneo de golf de famosos.
En su testimonio, describió el pijama de Trump, sus calzoncillos, la posición sexual y el hecho de que no llevara preservativo. También dijo que no se sintió amenazada “ni verbal ni físicamente”, aunque se sintió “avergonzada por no haberlo impedido, por no haber dicho que no”.
La defensa, que trató de desacreditarla, alegó que estos detalles eran “extremadamente perjudiciales” para el caso que se centra la falsificación de documentos contables, por lo que presentó en dos ocasiones -el martes y jueves - una moción para anular el juicio, lo que rechazó el juez.
La cárcel, una posibilidad
La semana se inició con un nuevo rapapolvo del juez al magnate republicano por desacatar una vez más su prohibición de hablar de los testigos, el jurado y personal de la corte en las redes sociales.
Como las multas por desacatar dicha orden, que ascienden a 10.000 dólares, no parecen tener efecto, el juez le amenazó con meterle en la cárcel.
Como cada día, Trump volvió a arremeter este viernes a su llegada al tribunal contra este juicio “horrible” destinado, según él, a impedirle que haga campaña, aunque anunció que el sábado dará un mitin en el vecino Nueva Jersey.
Tras dos días electrizantes por la declaración de una de las testigos estrella del juicio, este viernes se sucedieron en el estrado Madeleine Westerhout, exasistente de Trump, que explicó cómo el magnate dirigía sus negocios, y dos especialistas de empresas de telefonía interrogados sobre llamadas telefónicas.
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Además del caso de Nueva York, Trump ha sido acusado en Washington y Georgia de conspirar para anular los resultados de las elecciones de 2020 y en Florida por presunta manipulación indebida de documentos clasificados tras dejar la Casa Blanca, pero ese caso ha sido aplazado indefinidamente.
Fuente: AFP