Cinco muertos en la colisión de dos aviones en Japón
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Cinco personas a bordo de una aeronave de la guardia costera japonesa murieron el martes después de una colisión con un avión de línea en la pista del aeropuerto internacional de Tokio Haneda, anunció el ministro de Transporte. “En cuanto al avión de la guardia costera, se nos informó que el capitán se salvó y se confirmó la muerte de cinco personas”, dijo Tetsuo Saito a los periodistas.
Un avión de la aerolínea Japan Airlines se incendió el martes en una pista del aeropuerto internacional de Tokio Haneda, según imágenes difundidas por la televisión pública japonesa NHK, que al igual que otros medios locales informó de una colisión con otra aeronave. Los 367 pasajeros y 12 tripulantes del vuelo de Japan Airlines fueron evacuados del avión, según NHK. Entre los pasajeros había ocho niños, precisó la agencia de noticias japonesa Kyodo.
Sin embargo, cinco de las seis personas a bordo de la otra aeronave implicada en el accidente, un avión de los guardacostas japoneses, estaban desaparecidas, precisó NHK. El sexto ocupante logró abandonar el aparato. En imágenes tomadas a las 17:47 locales (8:47 GMT), se podía ver al avión de Japan Airlines rodando por la pista antes de que una gran explosión dejara una estela de llamas tras la aeronave, que se detuvo un poco más adelante.
Según varios medios locales, fue este avión de pasajeros JAL 5016, un Airbus A50-900 procedente del aeropuerto de Shin-Chitose, cerca de Sapporo, en el norte de Japón, el que colisionó con un avión de los guardacostas japoneses. “No está claro si hubo colisión o no. Pero lo que es seguro es que nuestro avión estuvo implicado”, declaró a la AFP un responsable de los guardacostas del aeropuerto de Tokio Haneda.
Por su parte, Japan Airlines declaró que su aparato había chocado con el otro poco después de aterrizar, según la agencia de noticias Kyodo, que añadió que el ministerio de Transporte japonés estaba investigando el accidente. La pista quedó cubierta de escombros y más de 70 camiones de bomberos se desplazaron al lugar, según la televisión pública japonesa.
Tokio Haneda es uno de los dos aeropuertos internacionales de la capital japonesa y uno de los más transitados del mundo. Los accidentes con aviones de pasajeros son extremadamente raros en Japón. El más grave ocurrió en 1985, cuando un avión de Japan Airlines se estrelló entre Tokio y Osaka, matando a 520 personas, en una de las peores catástrofes aéreas del mundo.
Japón también estaba aún sacudido el martes por el violento terremoto que golpeó la víspera la península de Noto, en el centro del país, y que causó al menos 48 muertos, según un nuevo balance provisional de las autoridades locales.
Ciudadanía exige remodelación del aeropuerto Silvio Pettirossi: “Ya está viejo”, dicen
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Paraguay recibirá a más de 4.000 atletas que participarán de los Juegos Panamericanos Júnior Asunción 2025 y la ciudadanía lamenta que el aeropuerto Silvio Pettirossi esté en pésimas condiciones. Usuarios siguen reportando que los baños están sucios y que toda la infraestructura necesita remodelación.
Asunción es sede del encuentro internacional, sin embargo, recibirá a los atletas de las Américas en un aeropuerto que está desgastado, con problemas en infraestructura y estética. Esto hace que la bienvenida que debería darse a las delegaciones sea opaca y desalentadora.
Tras la publicación de La Nación/Nación Media, comenzaron a llover las quejas en redes sociales. La ciudadanía exige que se invierta en el aeropuerto, porque Paraguay está a la vista de encuentros internacionales como de inversionistas y se requiere de una terminal aérea acorde a las exigencias y demanda.
“En pleno 2025 aun no tenemos por lo menos un aeropuerto que valga la pena”, “será que las autoridades responsables no sienten ni un mínimo de vergüenza que vengan extranjeros y lo primero que vea sea el estado del principal aeropuerto del país”, fueron algunos cuestionamientos de los lectores de LN.
Marcia Ramos, usuaria que recientemente pasó por la terminal aérea resaltó que la ciudad se está modernizando y que lamentablemente el aeropuerto se estancó en el tiempo. “Ya está viejo, tantos edificios nuevos y no tenemos un aeropuerto como la gente”, refirió.
Vista del Aeropuerto Internacional Silvio Pettirossi. Foto: Archivo
El aeropuerto Silvio Pettirossi data del año 1980 y fue uno de los más innovadores de su época, pero se quedó en el tiempo y requiere de una remodelación para seguir recibiendo a personas de todo el mundo, según manifestación de la ciudadanía.
“El peor aeropuerto de América del Sur. Es una lástima. Lloro por mi País. En lugar de progresar, va de mal en peor”, “Horrível a situação desse aeroporto (horrible la situación del aeropuerto”, fueron otras de las reacciones en redes sociales.
Del 9 al 23 de agosto, Paraguay recibirá a más de 4.200 jóvenes atletas de 41 países del continente americano en la segunda edición de este evento deportivo continental. Los Juegos están dirigidos a atletas de entre 14 y 22 años, y representan una vitrina para las futuras figuras del deporte olímpico.
El aeropuerto recibe a miles de personas por día. Foto: Jorge Jara
El policía de la foto del Ycuá Bolaños: “Lo recuerdo como si hubiera sido ayer”
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Ciudad del Este. Agencia Regional.
A 21 años de la tragedia del Ycua Bolaños, la imagen de un policía con un niño en brazos, a quien rescataba, trataba de auxiliar, sigue impactando como un eco de aquella dolorosa mañana. El uniformado, uno de los protagonistas de esta histórica foto, aún recuerda el hecho como si hubiera ocurrido ayer. Y es que en el incendio de ese supermercado fallecieron cerca de 400 personas.
La Nación/Nación Media habló con el comisario principal Juan Duarte Ferreira, quien es el policía que hizo una técnica de primeros auxilios para una ventilación artificial al niño que llevaba en sus brazos.
Hoy, el uniformado es padre de dos hijos, un hombre de 26 años y una niña de 7. Cumple funciones en la Comisaría 11 de Juan E. O´Leary como jefe policial y, en tal sentido, de nuevo se encuentra cuidando a niños en esta mañana del 1 de agosto, al hacer la cobertura de la Escuela Las Residentas, del citado municipio.
Imagen muy divulgada en el extinto Noticias el Diario, captada por el reportero gráfico Sebastián Cáceres. Gentileza
Periódicamente, desde su función en una aparente tranquila ciudad del interior del país, el comisario Duarte Ferreira lidia con víctimas de asaltos, robos, violencia familiar, desapariciones, homicidios, accidentados, en índices mucho menores que las zonas de gran movimiento, pero asegura que, especialmente, cada 1 de agosto, la memoria le hace volver a aquel primer domingo de agosto del 2004.
“Lo recuerdo como si hubiera ocurrido ayer, cada gesto, cada acto, cada situación que nos tocó aquella mañana y en siguientes jornadas; no se debe olvidar para que no vuelva a ocurrir”, expresó el comisario Duarte. Remarcó que fue “lamentable ver tantas muertes en época de paz”.
Asimismo, dijo que la imagen divulgada de su intervención en el hecho le valió que hasta un tiempo después, existieran personas que lo reconocían en el transporte público, y, por ejemplo, le agradecían por haber salvado a un familiar. Dijo que fue un policía en servicio, así como otros cientos de uniformados, bomberos voluntarios y un sin fin de personas que ayudaron.
El oficial recorrió varias unidades policiales a lo largo de estos 21 años hasta quedar en Alto Paraná. Después del siniestro, cumplió funciones en Accidentología Vial del Departamento de Criminología, donde le tocó intervenir en muchos accidentes.
“Estuve de nuevo en muchas situaciones terribles, especialmente cuando encontré a niños como víctimas de esas tragedias en rutas, pero sabemos que eso corresponde a nuestra función”, sostuvo el comisario Duarte.
El oficial de policía no fue solo el agente que ayudó en el incendio, sino familiar de una víctima y, en tal sentido, refiere que conoce muy bien la lucha encausada en busca de Justicia y reparación. Un sobrino de 20 años, Nelson Damián Duarte, trabajaba en el supermercado y fue una de las víctimas.
“Una larga lucha, juicios interminables, muchas familias sin asistencia, es lo que nos dejó también ese día tan triste; mucha fuerza a los que no fueron atendidos como corresponde”, dijo el policía.
¿A quién rescató?
Inicialmente, se creyó que el niño salvado por el policía y retratado en la emblemática foto del reportero Sebastián Cáceres, para el Diario Noticias (extinto), se trató de Enzo Bobadilla.
Sin embargo, cabe recordar que hasta hace unos años, Verónica Bécker, madre de una niña, aclaraba que fue su hija, Annete Nicole Gaus Bécker, de cuatro meses, la que está en la emblemática imagen y lamentó que se haya cometido ese error, tratándose de la identidad de una hija que perdió.
El policía Juan Duarte informó que mantuvo contactos con la familia del citado niño hasta que llegó a la edad de 7 u 8 años, aproximadamente. Luego, él se trasladó a otras zonas del país a cumplir funciones y dejó de tener vinculación con dicha familia, aunque había estado acompañando el crecimiento del niño.
Buscan identificar al conductor que habría atropellado a una mujer y huyó
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Una mujer de 79 años fue atropellada el pasado miércoles 23 de julio en horas de la mañana, sobre la avenida Eusebio Ayala. La misma sufrió graves lesiones y ahora, tanto sus familiares como los efectivos policiales, buscan identificar al conductor de la camioneta, ya que el mismo, tras el percance, se dio a la fuga.
María del Carmen García, de 79 años, se encontraba saliendo de un banco y se dirigía a un supermercado sobre la avenida Eusebio Ayala cuando, mientras cruzaba, es atropellada por una camioneta de color gris. La misma, si bien intentó esquivarse, no lo logró y recibió el impacto que la hizo salir despedida y caer al asfalto.
La mujer permaneció siete días en terapia intensiva y entre las lesiones sufridas se encuentran siete fracturas torácicas y un derrame pleural; afortunadamente, el día de ayer abandonó el área de cuidados intensivos y continúa internada en sala, aun con pronóstico reservado.
Según su hijo Raúl Benítez, el conductor de la camioneta habría frenado metros después y se bajó del vehículo y, tras cerciorarse de que la mujer estaba con vida, manifestó que iría a estacionarse y regresaría, pero se dio a la fuga y hasta el momento no se ha presentado para hacerse cargo de lo ocurrido.
“Yo creo que quería aprovechar y llegar a la luz verde, y que estaba usando el celular o algo porque no la vio mi mamá, y si estaba mirando de frente, la hubiera visto; no frenó ni intentó esquivarla. Ahora estamos recolectando imágenes de circuito cerrado de varios locales de la zona y la policía está investigando para lograr dar con el auto del hecho”, comentó Raúl Benítez en conversación con Canal Trece.
El mismo destacó que su madre pasó días críticos tras el accidente y que, debido a su edad, los médicos aconsejaron que no fuera sometida a intervenciones quirúrgicas, por lo que su recuperación será aún más lenta, dolorosa y costosa para sus familiares.
Ycuá Bolaños: una tragedia que se vive, se recuerda y se lucha por sanar
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Cada 1 de agosto el pueblo paraguayo recuerda uno de los días más terribles y luctuosos de su historia: el incendio del supermercado Ycuá Bolaños. Aquel domingo soleado del 2004 se vio teñido por el fuego, las cenizas y las lágrimas de casi 400 paraguayos fallecidos. Han pasado 21 años, pero la herida sigue sangrando, sigue doliendo.
El sol quedó cubierto por el negro humo que cubrió la ciudad, que se volvió gris y doliente por el terrible suceso que marcó para siempre al barrio Trinidad, donde en cada cuadra había al menos una víctima.
Las llamas habrían iniciado cerca del mediodía en la cocina del patio de comidas del super, el cual, debido al día y el horario, estaba lleno de familias que estaban compartiendo en el lugar o iban a retirar el almuerzo para compartirlo en sus casas.
Los múltiples testimonios refieren que segundos después de escucharse una explosión, el sitio estaba rodeado de llamas, las cuales se extendieron de manera voraz, generando pánico, miedo y un descontrol entre todos los que estaban en el lugar y que, al intentar huir del sitio, se encontraron con los portones y las salidas de emergencias cerradas, quedando atrapados en el infierno que, tras 21 años, permanece en la memoria de todo un pueblo.
La historia de cientos de sobrevivientes ha sido contada año tras año, con la esperanza de que aquella tragedia nunca sea olvidada. Rocío Melgarejo es una madre que casi pierde a su hija aquel domingo. Ese día la siguió por años, ya que su hija no solo sobrevivió milagrosamente, sino que debió luchar por recuperarse y sanar.
“Mi hija Luna tenía 4 añitos apenas, pero ella cada domingo iba a la iglesia con mi hermano Nelson y su novia María Luisa. Ese domingo no fue la excepción, pero al salir del encuentro fueron hasta el super para almorzar; ellos estaban en el estacionamiento cuando el fuego los atrapó”, relató Rocío a La Nación/Nación Media.
Continúo recordando que, en medio de la densa humareda y las llamas que tomaban el lugar, casi por un milagro un pastor amigo de la familia apareció para ayudar a su hermano a rescatar a la pequeña Luna y su cuñada María Luisa, quienes lograron salir de las llamas al igual que su hermano Nelson, pero con graves secuelas.
Los múltiples testimonios refieren que segundos después de escucharse una explosión, el sitio estaba rodeado de llamas. Foto: Archivo
“Ese día yo no entendía lo que pasaba, porque a mi hermano lo derivaron a un hospital, a mi cuñada a otro y a Luna al IPS; ahí me dijeron que estaban y fui a buscarla, desesperada. Cuando llegó una de las doctoras, me mostró unos aritos, muy peculiares, cuadraditos; eran los de Luna”, comentó Rocío.
Destacó que en los minutos posteriores a la tragedia, y en medio de la búsqueda y el hallazgo de su hija, no podía dimensionar todo lo que había pasado, pero al llegar a ver a su hija, quedó completamente paralizada, ya que si bien no podía creer el estado en el que se encontraba, sabía que era su retoña.
“Yo entré a la habitación y vi a Luna, estaba en una camilla, y tenía toda la cara colorada, hinchada, con respiradores y soporte médico; no podía creer que era mi hija. Miré sus piecitos, me detuve a mirar sus pies y sabía que era ella, me convencí de que era ella. Ella sufrió un paro respiratorio, estaba muerta al momento en que la rescataron; después volvió a la vida, pero no se sabía cuánto tiempo estuvo sin respirar”, indicó Rocío.
El 1 de agosto del 2004, el incendio del supermercado Ykua Bolaños se cobró la vida de 364 personas. Foto: Archivo
Entre las explicaciones médicas sobre el estado de Luna, surgían posibilidades terribles, como el hecho de que su capacidad del habla y desarrollo se hayan visto comprometidas debido a la falta de oxígeno sufrida, eso sin contar las quemaduras que habían sufrido.
“Luna sufrió quemaduras de segundo y tercer grado en un 20 % de su cuerpo, pero si bien esa cifra suena poco, ella era muy pequeña y esto hacía que la situación fuera muy grave según los médicos, y que la agravante era la zona de las quemaduras, ya que le afectaba la cara, parte de la cabeza, el cuello y las manos; además, pasamos por infecciones y otras dificultades”, explicó la madre de Luna.
Una vez fuera de terapia intensiva y con la capacidad de ser trasladada, la pequeña Luna inició su camino en una nueva vida, una vida donde debía aprender a lidiar con el dolor de las heridas, los tratamientos por quemaduras y los cuidados para la cicatrización.
Luna permaneció meses recibiendo tratamiento en Chile. Foto: Gentileza
La búsqueda de la recuperación total de Luna la llevó hasta Chile, hasta la Caoniquem, que es una corporación que se dedica a la rehabilitación de niños, niñas y adolescentes con quemaduras y otras cicatrices, donde por meses recibió atención médica especializada; debió quedar internada e inclusive permanecer en un albergue junto a su madre.
Rocío recuerda con resiliencia y fortaleza los procesos médicos a los que debió acompañar a Luna, incluyendo las cirugías de injerto y los procesos de confección de sus ropas compresivas que debía utilizar la pequeña para garantizar una rápida y buena recuperación.
“Ella usaba su máscara y ropas de compresión todo el tiempo, siempre; no se las sacaba porque se quería curar. Los primeros años de la escuela las usaba ahí y, si bien nunca me contó que haya pasado mal, sé como mamá y mujer que en algún momento se sentía incómoda por la forma en que nos miraban o hablaban, pero todo lo fuimos superando”, destacó Rocío.
Con una larga lucha, y algunas marcas tanto en la piel como en la memoria, hoy Luna tiene 25 años, trabaja, estudia y se destaca como una persona sumamente afín al arte, ya que baila, canta y pinta, logrando expresarse completamente a través de estas plataformas que la apasionan.
Hoy Rocío relata como un milagro que su hija y su hermano hayan sobrevivido, y recuerda con amor y cariño a su cuñada María Luisa, quien debido a la inhalación de humo y el paro que sufrió no logró sobrevivir. Hoy, a pesar de 21 años de perspectiva, Rocío nunca olvida aquel domingo que marcó la vida de su familia.
Esta madre es el fiel ejemplo de miles de familiares que perdieron a alguien aquel trágico 1 de agosto, pero que también lograron abrazar a un ser querido que fue arrebatado de las llamas aquella mañana, una madre que comprende que el milagro puede nacer en medio de una tragedia y que no existe nada que el tiempo, el amor y la dedicación no curen.
El 1 de agosto del 2004, el incendio del supermercado Ykua Bolaños se cobró la vida de 364 personas y resultaron con heridas graves más de 200, hombres y mujeres. Las familias de todos ellos nunca olvidarán la pérdida, el miedo y la injusticia vivida aquel día, en especial porque si las puertas no hubieran sido cerradas, quizá aún podrían abrazar a quienes aman.